Miserias del poder. Óscar Rodríguez Barreira
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СКАЧАТЬ obispo.68 Pese a las pretensiones de oficialidad que tanto el Comité Central como el Comité de Presos quisieron dar al presidio y muerte de los obispos de Almería y Guadix, los acontecimientos se precipitaron de manera rápida y sin legalidad alguna.69 No es este el lugar para ocuparse de esos lamentables sucesos, aunque sí lo es para señalar que tanto el vicario general de la diócesis, Rafael Ortega Barrios, como la líder del Socorro Blanco, Carmen Góngora, entraron en contacto con el obispo antes de su muerte, consiguiendo así que las redes de asistencia a eclesiásticos y fieles estuvieran en contacto con don Diego Ventaja. El Socorro Blanco tradicionalista, aquel que se convertiría en Falange clandestina o Quinta Columna, daba sus primeros pasos estrechamente ligado al Palacio Episcopal.

      El niño Manuel Román González, enlace de doña Carmen Góngora, visitó en diversas ocasiones a don Diego, como portavoz de mensajes de los sacerdotes que pedían orientación. En una ocasión fue portador de una tarjeta del sacerdote don Juan Soler García que pedía al prelado autorización para marcharse a su pueblo. Don Diego otorgó el permiso. Ignoraba aquel que en su pueblo apenas le descubrieran lo matarían.

      En otra ocasión, Román, burlando la guardia montada por los milicianos en la plaza de Careaga, logró entrevistarse de nuevo con don Diego y sacó por la puerta que daba a la calle Lope de Vega algunos objetos sagrados que se escondieron en casa de doña Carmen Góngora, la cual había trasladado el taller a la actual calle Mariana, donde había establecido el centro de ayuda a todos los perseguidos, llamado «Socorro Blanco».70

      El hecho cierto de la implicación de la Iglesia y sus redes sociales en la oposición a la República, añadido a su mezcolanza con las estructuras del Ejército y de FET-JONS, y su propio carácter clandestino complican mucho la reconstrucción de las actividades y composición de esta organización. Aún más, durante la posguerra, periodo en el que la pertenencia a la clandestina era un mérito, sus antiguos miembros eran muy cautelosos para hablar públicamente de sus actividades pasadas.71 Todavía hoy la Quinta Columna es un tema tabú y controvertido.72

      Antonio Andrés Díaz, por ejemplo, nos contó su paso por el Socorro Azul. Cuando le hicimos ver el desconcierto que nos causaba la denominación insistió en la denominación señalándonos nuestro error:

      (Óscar) ¿Entonces a usted le ayudó el Socorro Azul o el Socorro Blanco? (Respuesta) Perdón, Socorro Azul, se llamaba. (Óscar) Y ese cuál era el que... (Respuesta) El de Carmeeeen... (Óscar) El de Carmen Góngora ah, ya, ya... (Respuesta) A través de Carmen Góngora.73

      Celestino Fernández, sin embargo, no compartiría ese calificativo para la clandestina. La organización de Aramburu, Mendizábal y Carmen Góngora, de ser Falange, cosa dudosa, sería blanca, jamás azul. «Tuvimos un pequeño choque con la Falange clandestina, que eran los perseguidos, se ocuparon del socorro blanco y de la Falange clandestina que la mandaba Fernández Aramburu un sevillano».74

      Fuera el color que fuese, probablemente el adjetivo que mejor define la actividad de estas redes y organizaciones sea el de clandestinas. Como ha señalado Javier Cervera, ya antes del golpe militar existían importantes sectores derechistas al margen de la ley, mas serán el golpe y la guerra que le siguió los hechos que amplíen los márgenes de la clandestinidad. Si en Almería el número de jovenzuelos falangistas o militares conspiradores era limitado, unos meses más tarde el número de afectados por la comitecracia primero y por el Estado reconstruido, después, ampliaba en mucho el número de críticos, disidentes, derrotistas, desafectos, espías y quintacolumnistas.75

      Michael Seidman, partiendo del estudio de las actitudes sociales en la retaguardia republicana, ha dividido la Guerra Civil en cuatro periodos: 1) Militancia: julio a noviembre de 1936. 2) Oportunismo: noviembre de 1936 a octubre de 1937. 3) Cinismo: noviembre de 1937 a agosto de 1938. 4) Supervivencia: septiembre de 1938 a abril de 1939. Estos periodos podrían converger con los datos que ofrece Javier Cervera, ya que de su investigación se entiende que el mayor número de condenas por desafección se produce entre diciembre de 1936 y septiembre de 1937, mientras que el mayor número de acusados y condenados por derrotismo se produjo durante 1938. De este modo, a nivel general, podríamos convenir que el noviembre del No pasarán supone un antes y un después en las actividades contra la República. A partir de esa fecha, la Quinta Columna se organizaría bajo la forma de falanges clandestinas y, a partir de 1938, las actividades contrarias a la República llegaron a su apogeo.76 Esta cronología parece coincidir con la propuesta por Sofía Rodríguez López, quien mantiene que fue a partir del primer invierno en las trincheras cuando se multiplicaron las denuncias contra desafectos y quintacolumnistas.77

      Nuestra propuesta de cronología quintacolumnista pretende resaltar, fundamentalmente, dos periodos, aunque aceptemos la división en cuatro. Un primer periodo, que podría ser dividido en dos, concluiría con la apertura y el derrumbe del frente del Ebro. A partir de ahí comenzaría un segundo periodo que también podría dividirse en otros dos bloques. El primer apartado, que hemos denominado de salvación, verá el nacimiento de las redes de asistencia en torno al Palacio Episcopal, a los consulados, etc. El segundo, en el que ya se puede hablar con más propiedad del Socorro Blanco, nacería con los sucesos de mayo de 1937 y supondría el tránsito de la guerra miliciana a la guerra total. Este periodo supone una reducción a la nada del espacio público bajo la pretensión de construir un orden popular antifascista que movilizara a toda la población contra el enemigo. Son los momentos de obsesión por el enemigo interior y la Quinta Columna que se aprovechan para destruir las resistencias ofrecidas por algunos sectores anarquistas.78 El tercer periodo, o primero del segundo bloque de la guerra, rompe con el frente del Ebro. A partir de ese momento el bando republicano ya solo puede negociar a la defensiva y los sectores profranquistas en el bando republicano tienen menos dificultades para realizar sus actividades. Su acción pretende el boicot, el paso al bando nacional de derechistas, la obstrucción de la recluta frentepopulista y construir ciertas infraestructuras que faciliten el traspaso de poderes cuando llegue la ansiada Liberación.79El cuarto, y último bloque, comienza con el año de la Victoria. Son los momentos de las huidas y desbandadas y de la quiebra de cualquier tipo de unión republicana. Los derechistas intentan ocupar buenas posiciones en sus infraestructuras para el ansiado asalto al poder.

      Esta propuesta, provisional y susceptible de revisión, resulta, a nuestro juicio, operativa, ya que la evolución de la Quinta Columna en Almería sigue esos mismos pasos: 1) Periodo de salvación: julio 1936-mayo 1937. 2) Socorro Blanco: mayo 1937-junio 1938. 3) Red Hataca: junio 1938-diciembre 1938. 4) Falange clandestina: noviembre 1938-abril 1939. Un problema con el que nos encontramos es que, como ha señalado Javier Paniagua, apenas existen trabajos sobre este tema, por lo que no podemos comparar el caso con el de otras regiones.80

      La clandestinidad obligó a la Quinta Columna a adoptar fuertes medidas de seguridad a fin de minimizar riesgos. La estructura de estas redes seguía el esquema de células triangulares. Este esquema permitía que la caída de un/a quintacolumnista no supusiera el encarcelamiento de toda la red, sino de tres o, a lo sumo, cinco implicados.

      El problema de este esquema es que, si se conseguía detener a una de las partes superiores de la pirámide, corría serio peligro la red entera. Esto, añadido a una infiltración, fue lo que ocurrió cuando el SIM detuvo a Cármen Góngora López. Según su declaración a la Causa General, esta detención se produjo el 28 de junio de 1938 a consecuencia de la denuncia de un guardia de asalto vinculado al SIM: Miguel Artero García.81

      Carmen estuvo detenida en las dependencias de la temida organización durante veinte días, periodo de tiempo en el que su anciana madre también sufrió prisión. Empero, Carmen Góngora tuvo suerte. Su delicado estado de salud, el hecho de que fuera descubierta en un momento en el que la guerra estaba ya muy avanzada y la propia colaboración prestada СКАЧАТЬ