Shakey. Jimmy McDonough
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Читать онлайн книгу Shakey - Jimmy McDonough страница 54

Название: Shakey

Автор: Jimmy McDonough

Издательство: Bookwire

Жанр: Изобразительное искусство, фотография

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isbn: 9788418282195

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СКАЧАТЬ joven de la agencia William Morris, acudió con Greene y Stone a uno de los conciertos en San Diego y «decidí jugarme toda mi reputación por el grupo». Al regresar a los sobrios confines de su encorsetada agencia, Hartmann y su colega Skip Taylor prepararon el famoso comunicado interno que casi los pone de patitas en la calle. Según Hartmann, rezaba: A TODOS LOS AGENTES DE: LA COSTA OESTE, NUEVA YORK, CHICAGO. ASUNTO: BUFFALO SPRINGFIELD. NOS COMPLACE COMUNICARLES QUE SON EL NUEVO BOMBAZO A NIVEL MUNDIAL. PERO, DESCUIDEN, FORMAN PARTE DE NUESTRA MANADA. La auténtica irreverencia aparecía al final del comunicado: un búfalo con el logotipo de William Morris grabado en el trasero.

      «Me cayó el broncazo del jefe», recordaba Hartmann. «Yo le dije: “No se preocupe, jefe. No volverá a suceder”. Lo que él no sabía es que el segundo comunicado ya estaba en camino.» Hartmann les consiguió a los Springfield un bolo como teloneros de los Rolling Stones en el Hollywood Bowl —nada mal para un grupo que ni siquiera había publicado un disco— y seis actuaciones como artista invitado en el conservador Hollywood Palace, un programa televisivo de variedades, lo nunca visto en aquella época tratándose de un grupo de rock. Como dijo Young: «John Hartmann estaba del lado de los Buffalo».

      Hartmann prestó todo su apoyo a Greene y Stone, lo cual, sumado al peso de Ahmet Ertegun y Atlantic Records, debería haber bastado para catapultar a Buffalo Springfield al estrellato. Sin embargo, todo empezó a venirse abajo de inmediato. Stills comentaba apesadumbrado: «Aquel fue nuestro punto álgido, en el Whisky; después vino la caída en picado».

       —¿Molaba tu apartamento de Commodore Gardens?

       —A mí sí que me molaba. En realidad, era mi primer piso. Todo era como muy psicodélico. Tenía una bombilla azul en la nevera. Compré una cosa de bambú para forrar las paredes en Pier 9. Donna y Vicky me acompañaron y compramos mogollón de historias para el piso. Puse esteras de hierba en la pared, le daban un toque superoriginal. Mi apartamento parecía el camerino del Fillmore.

       Por aquella época estábamos tocando en el Whisky a Go Go. Pude permitirme pagar el piso durante un tiempo, pero solo al principio. Fue divertido. Acabé acumulando tantos pagos pendientes que me escaqueaba del alquiler.

       Compuse «Out of My Mind» y «Flying on the Ground Is Wrong» en Commodore Gardens, en Orchid Avenue. «Flying on the Ground Is Wrong» no iba destinado a nadie en particular. Trata de las drogas; del dilema de tomar drogas o no, de la vida; todo mezclado.

       Si quieres conocerme y no quieres colocarte, no conseguirás conocerme. De eso trata la canción, más o menos. No podemos estar juntos, porque somos demasiado distintos. Es como si dijeras: «Te quiero, pero no estás conmigo».

      «Stephen es el líder, pero todos lo somos», rezaba azarosa la contraportada del disco de debut de la banda. Este concepto jerárquico tan ambiguo acabaría trayendo problemas, pero al principio Stephen era considerado el alma máter del grupo. «Oye, mira, en mi opinión, Buffalo Springfield era el grupo de Stephen Stills», se ha cansado de repetir Richie Furay. «En aquella época era de una creatividad increíble.»

      Eve Babitz, una escritora que confeccionó dos de las icónicas portadas-collage de los Springfield, tuvo un breve romance con Stills y recuerda que era tremendamente obsesivo. «Stephen ponía los discos de Buffalo Springfield una y otra vez en mi mierda de tocadiscos mono para comprobar cómo sonarían en la radio de un coche. Desde el día que nos conocimos me venía diciendo: “Quiero componer temas redondos, llegar a ser muy famoso y tener muchas groupies”.»

      «Éxito y fama; Stephen quería irse a Londres de colega de los Beatles lo antes posible», comentaba Richard Davis. Lamentablemente, Stills compartía grupo con Neil Young, que tenía unas tácticas y unos objetivos bastante más ambiguos. El indio y el cowboy pronto entrarían en guerra. Davis recuerda que Stephen dijo en uno de los ensayos en el Whisky: «Quiero tocar mi canción.» «No sé por qué, pero me llamó la atención. Nunca antes había oído a nadie ponerse tan arrogante.» Stephen no se contentaba con su papel de vocalista y compositor, también «quería temas donde poder ejercer de guitarra solista», afirmaba Davis.

      «En el Whisky se produjeron discusiones monumentales», decía Donna Port. «Auténticos concursos de gritos. Stephen se enfadaba por las chorradas más absurdas, en plan: “¡Te has equivocado en una nota!”; Neil no discutía por nimiedades así. Él se lo pensaba dos veces antes de devolvérsela.» A Port y a su amiga Vicky Cavaleri, ambas camareras del club, el grupo les había pedido que prestaran mucha atención a los dos músicos durante cada actuación para poder intervenir en las trifulcas que se organizaban después en el camerino. «Parecía que nosotras teníamos que llevar la puntuación», comentaba Cavaleri.

      Mientras la fricción entre Stills y Young funcionara bien de cara al público, podía reportar jugosos beneficios. «Él va por delante del ritmo y yo, por detrás», le dijo Young a Sylvie Simmons en 1996. «Era una batalla continua.» Los afortunados que lograron ver a los Springfield en pleno apogeo recuerdan que el diálogo musical entre los dos guitarristas era espectacular, y que Stills provocaba en Young unos solos incendiarios. «Joder, Neil siempre acababa con los amplis echando humo», comentaba el roadie Miles Thomas. «Llevaba el volumen a tope todas las noches.»

      Pero Young pretendía cantar los temas que componía, y sus extraños gorgoritos no acababan de cuajar, sobre todo con Stephen. «Stills se ponía de los nervios cuando cantaba Neil», comentaba Brian Stone. «Los del grupo ni siquiera querían que hiciera los coros.»55 Donna Port recuerda un concierto en el que Young se acercó al micro, nervioso, dispuesto a interpretar un tema, y Stills, tratando de hacerse el gracioso, se disculpó con el público de antemano por la voz de su compañero. «Después de la actuación, Neil se fue directo al camerino y rompió llorar», comentaba Port.

      Muchos consideran que las inseguridades de Stills eran la causa principal de los conflictos. «Siempre me dio la impresión de que Stephen tenía que demostrar algo, que era tan bueno o mejor que Neil Young», decía Nurit Wilde, una amiga del grupo. «No me parecía que Neil se sintiera obligado a demostrar nada a nivel musical. Creo que Stephen no tenía conciencia de su propio talento.»

      Wilde opinaba que cuando el grupo se metía en el estudio, Charlie Greene «se esforzaba por provocar la rivalidad entre Stephen y Neil. No era en plan: “Venga, hoy nos vamos a dedicar a este tema de Buffalo Springfield”; era más bien: “Hoy nos centraremos en el tema de Stephen. Mañana en el de Neil”. Creo que Charlie pensaba que así les sacaría el máximo partido, pero lo único que hizo fue agudizar la competitividad».

      Para empeorar las cosas, las madres tan dominantes de ambos no paraban de meter baza. «Rassy venía y me decía: “Mi hijo es la estrella del grupo, deberían tocar más temas de Neil, nunca le dejan que cante”», recordaba Elliot Roberts, que se planteó fugazmente ejercer de mánager de la banda. «Si aparecía algún folleto o artículo donde se leyera: “Guitarra solista, Stephen Stills”, se ponía hecha un basilisco. La madre de Stephen era igual.» Rassy Young y Talitha Stills compartían la debilidad por la bebida, y sus discusiones a menudo se volvían, según Roberts, «amargas, punzantes, etílicas y crueles».

      Cuanto peor se ponían las cosas, más se esforzaba Stills por controlar la situación. «Intentaba ser el cabecilla y mantener el orden», le contó al escritor Allan McDougall en 1971. «Tienes que entender que parte de mi educación sureña estaba muy vinculada al mundo militar. Iba a una academia militar, donde me preparaba para ser oficial. Muchas veces, mi manera de afrontar ese tipo de situaciones pasa por tomar el mando, sin más; porque alguien tiene que hacerlo… Era la única opción viable, y estaba claro que alguien como Neil o Bruce iba a saltar de inmediato, por eso reinaba el caos.»

       Stephen era el líder del grupo. Además, tenía un criterio consolidado sobre СКАЧАТЬ