El Sacro Imperio Romano Germánico. Peter H. Wilson
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу El Sacro Imperio Romano Germánico - Peter H. Wilson страница 17

Название: El Sacro Imperio Romano Germánico

Автор: Peter H. Wilson

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия:

isbn: 9788412221213

isbn:

СКАЧАТЬ de libertades locales y particulares, que comenzó a conformar el imperio como una jerarquía de estatus y distribuía el capital político y social de forma desigual entre la sociedad. La coronación y la misión del emperador lo elevaban por encima de otros señores, pero estos todavía conservaban un papel en su ascenso al trono real. El éxito conquistador de los francos nutrió una cultura de poder aristocrático de la que los monarcas carolingios nunca pudieron escapar. Ningún rey podía permitirse ignorar por mucho tiempo a sus nobles principales. Por otra parte, estos raramente trataban de deponer al rey o establecer su propio reino independiente. Como veremos en el Capítulo 7, la aristocracia carolingia y la otónida dejaron pasar reiteradas oportunidades de desmembrar el imperio en algunas fases de gobierno real débil. Las rebeliones buscaban la influencia individual, no formas alternativas de gobierno.

      La libertad más importante era el derecho de los señores a participar en las grandes cuestiones imperiales y a tener voz en la formación del consenso político. La historia política del imperio, más que como una batalla constante entre centralismo e independencia principesca, se comprende mejor como el largo proceso de delineación, fijación y precisión de tales derechos. Como explicaremos con mayor detalle en el Capítulo 8, estas graduaciones se hicieron más pronunciadas a partir de finales del siglo XII, cuando se da la distinción fundamental entre aquellos que están «en inmediatez imperial» y aquellos cuya relación con el emperador la mediatizaban uno o más niveles intermedios de jerarquía señorial. Durante los cinco siglos siguientes, la inmediatez quedó firmemente asociada con el reinado sobre territorios cada vez más diferenciados, así como sobre sus súbditos mediados. Mientras tanto, aquellos que disponían de inmediatez compartían derechos políticos comunes que, a partir de finales del siglo XV, empezaron a ejercerse a través de instituciones formales.

      Poder

      El dominio imperial no era hegemónico, a pesar de los avances periódicos hacia una monarquía de autoridad directa, en particular con los salios, pero se caracterizaba más por mediaciones y negociación. Esto funcionó porque los principales protagonistas tenían más que ganar con la preservación del orden imperial que con su reversión o fragmentación. Los carolingios establecieron en todo su reino un sistema de gobernanza general, que consolidaron mediante la adaptación de las especificidades del gobierno a las circunstancias locales (vid. págs. 330-347). El imperio estaba dividido en ducados que formaban distritos militares y subdividido en condados para el mantenimiento del orden público. Al oeste del Rin los ducados seguían, sobre todo, la estructura de diócesis, mientras que al este de dicho río coincidían con las áreas tribales, menos numerosas pero más extensas. La tierra se concedía en forma de feudos o rentas para que duques y condes pudieran tener fuentes de subsistencia y poder cumplir sus funciones, así como ayudar a obispos y abades a establecer una infraestructura eclesiástica más extensiva y densa (vid. págs. 79-88 y 323-328).