Название: Tres perspectivas sobre el milenio y el más allá
Автор: Darell L. Bock
Издательство: Bookwire
Жанр: Религия: прочее
isbn: 9781629462271
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Por todo esto, los cristianos del primer siglo le proclamaron Rey (Hechos 5:31; 17:7; Apocalipsis 1:5) con dignidad, autoridad y poder reales (Efesios 1:22; Filipenses 2:9). Desde ese tiempo, Cristo nos traslada a su reino cuando nos convertimos (Colosenses 1:12-13; 4:11; 1Tesalonicenses 2:12), nos organiza como un reino (1 Pedro 2:9; Apocalipsis 1:6, 9), y nos hace sentar místicamente con Él en su señorío (1 Corintios 3:21-22; Efesios 1:3; 2:6; Colosenses 3:1).
En sus parábolas del reino en Mateo 13, el Señor bosqueja algunos de los aspectos básicos de su reino espiritual, dos de las cuales son especialmente útiles para el optimismo gradual del posmilenialismo, y ellas merecen nuestra atención. Pero primero, comentaré rápidamente las demás, puesto que las parábolas del reino forman una unidad.
En la parábola del sembrador (Mateo 13:3-13), Cristo identifica los ciudadanos justos de su Reino: los que reciben correctamente la Palabra de Dios. De acuerdo con las expectativas posmileniales —y con los pactos de Génesis 1:26-31; 3:15; 12:2-3 y las profecías del Salmo 2:8 y Isaías 2:3— su cantidad aumentará grandemente: treinta, sesenta y cien veces (Mateo 13:8; cf. La bendición de Dios sobre Isaac en Génesis 26:12).
La parábola de la cizaña (Mateo 13:24-30, 36-43) y la red (13:47-50) advierten que a pesar de un crecimiento increíble de sus ciudadanos, la manifestación historica del reino siempre incluirá una mezcla de los justos y los injustos. No habrá una separación entre ellos hasta la resurrección que ocurrirá durante la segunda venida para finalizar la historia. El reino nunca será perfecto mientras esté en la tierra.
Las parábolas del tesoro escondido (Mateo 13:44) y la perla de gran precio (Mateo 13:45-56) hablan del valor incalculable y las bendiciones del reino. Las parábolas de la semilla de mostaza (13:31-32) y la levadura (13:33) nos instruyen acerca del desarrollo gradual y el resultado final del reino en la historia. Explicaré en mayor detalle el desarrollo gradual del reino, tal como se revela en estas dos últimas parábolas.
La parábola de la semilla de mostaza nos dice: «Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas» (Mateo 13:31-32). La imagen comunica algo magnífico e incomprensible: de una semilla pequeñita se levanta un árbol en el cual los pájaros pueden anidar con sus polluelos. Las aves cantando entre las ramas simbolizan la serenidad pacífica (Salmo 104:12, 17). En Daniel 4:12 y Ezequiel 31:3, 6 la grandeza de Babilonia y Asiria (cosas concedidas en la providencia de Dios, Jeremias 27:5-8; Ezequiel 3:3,9) aparecen como árboles inmensos en los cuales anidan las aves: Daniel presenta la provisión por gracia de alimento para todos; Ezequiel muestra por medio de símbolos, la grandeza del reino. Es decir, estos son reinos grandes, los cuales por un tiempo abastecen a los seres humanos con provisión y abrigo.
Cristo nos enseña que Dios tiene un reino que también crecerá hasta llegar a ser un árbol grande que provee lugar para que los pájaros aniden con sus polluelos. Ezequiel 17:22-24a nos da mas detalles a esta imagen dada por Cristo:
Así ha dicho Jehová el Señor: Tomaré yo del cogollo de aquel alto cedro, y lo plantaré; del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y lo plantaré sobre el monte alto y sublime. En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramas, y dará fruto, y se hará magnífico cedro; y habitarán debajo de él todas las aves de toda especie; a la sombra de sus ramas habitarán. Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco.
Este pasaje habla de la magnificencia universal y la exaltación gloriosa del Reino de los cielos, el cual, cuando esté completamente desarrollado proveerá abrigo para todos. Tanto la profecía de Ezequiel como la parábola de Cristo, indican el crecimiento y la soberanía del Reino de Cristo: el renuevo sobre el monte alto crece sobre todos los árboles; la semilla de mostaza se hace la planta más grande en el huerto. De modo que la parábola de la semilla de mostaza habla de la extensión gradual del reino en el mundo.
La parábola de levadura dice: «Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado» (Mateo 13:33).61 Puesto que la parábola anterior habla del crecimiento externo, esta habla de la penetración interna del reino.
La levadura es un agente penetrante que se difunde a lo largo de un medio desde adentro (cf. La naturaleza interna del reino, Lucas 17:20-262; Juan 3:3; Romanos 14:17). Al contrario de la equivocada idea popular, la levadura no siempre representa algo malo, porque se halla en las ofrendas ordenadas por Dios en Levítico 7:13; 23:17; Amós 4:5. Por supuesto, cuando es asociada con palabras que significan maldad, habla de lo malo (por ejemplo, «levadura de malicia»). Pero acá en Mateo 13:33, la levadura simboliza el «Reino de los Cielos». Este reino es tan espiritualmente glorioso que los que están «pobres en espíritu» y «perseguidos por la justicia» lo reciben como una bendición (Mateo 5:3, 10; Lucas 6:20). En realidad, el poder penetrante y sutil de la levadura es una fuente de interés proverbial (Gálatas 5:9). Y esa característica de penetrar puede referirse a algo bueno o malo.
Cristo enseña enfáticamente, en otras palabras, que el reino se difundirá plenamente en el mundo entero (cf. Mateo 13:38). Las expectaciones gloriosas para el Reino de los cielos son claras: El reino penetrará todo (13:33), producirá hasta cien veces más (13:8), crecerá a una estatura inmensa (13:31-32), y dominará el campo/mundo (debido que sembró la semilla en un campo de trigo, no en un campo de maleza, el mundo al cual vuelve Cristo será un campo de trigo, no de maleza, 13:30). La influencia justa del reino penetrará totalmente el sistema del mundo.
Las parábolas del reino, pues, se ajustan bien a las expectativas de victoria en el Antiguo Testamento. El Reino del Dios de los cielos (Daniel 2:44), el cual Cristo predica urgentemente (Marcos 1:15) y el cual es un tesoro precioso (Mateo 13:44), crecerá a una posición de dominio en el mundo.
Juan 12:31-32
En Juan 12:31-32 Cristo afirma poderosamente y con confianza: «Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo». Irónicamente el momento de debilidad máxima (la crucifixión) se convierte en la clave de su gran victoria (cf. Colosenses 2:14-14), que incluye el «juicio» del mundo, la derrota de Satanás, y atrae a toda la humanidad. Y este momento está por ocurrir: «ahora es».
Los comentarios de Calvino sobre la palabra «juicio» (griego krisis) nos ayudan. Él se enfoca en el significado amplio del trasfondo hebraico (el cual forma el marco cultural para los oyentes de Cristo):
Algunos toman la palabra juicio como «reforma» mientras otros la toman como «condenación». Yo estoy de acuerdo con los primeros que explican que hay que restaurar el mundo a su debido orden. Porque la palabra hebrea mishpat que ha sido traducida como juicio significa una constitución bien ordenada... СКАЧАТЬ