Название: Tres perspectivas sobre el milenio y el más allá
Автор: Darell L. Bock
Издательство: Bookwire
Жанр: Религия: прочее
isbn: 9781629462271
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La meta histórica del pacto de Abraham brilla claramente en los Salmos y los profetas (ver la aclaración que sigue). Permítame el lector ahora avanzar hasta el conclusivo nuevo pacto.
El nuevo pacto
Jeremías 31:31-34 profetiza un nuevo pacto venidero, el cual también anticipa un tiempo de gran gloria:
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
Por la destacada influencia del pacto con Abraham, y por las circunstancias históricas de su audiencia, Jeremías orienta el pacto a «la casa de Israel y la casa de Judá». Pero ya que el pacto con Abraham contiene bendiciones para «todas las familias de la tierra» (Génesis 12:3), podemos esperar que el nuevo pacto haga lo mismo. Verdaderamente, en el primer siglo, Cristo establece este nuevo pacto en su muerte y lo representa en la cena del Señor (Lucas 22:20; 1 Corintios 11:25; 2 Corintios 3:6; Hebreos 8:8; 9:15; 12:24), lo cual el cristianismo ortodoxo reconoce es para todo el pueblo de Dios, tanto judíos como gentiles. Todos los que confían en Cristo, consecuentemente, son descendientes de Abraham (Romanos 4:16; cf. Gálatas 3:7, 9, 14, 29), porque estamos en Cristo, y Él es el descendiente postrero de Abraham (Gálatas 3:16). En resumen, los cristianos son actualmente, participantes del nuevo pacto.
Este nuevo pacto será muchísimo más glorioso que el viejo: asegurará el guardar la justicia de Dios con más profundidad y seguridad (Jeremías 31:33b), una relación más firme y más completa con Dios (v. 33c), y un conocimiento de Dios más poderoso y más extenso (v. 34). Así pues, podemos esperar una manifestación maravillosa del reino de Dios en la historia por medio de este pacto glorioso.
EVIDENCIA EXEGÉTICA QUE APOYA EL POSMILENIALISMO
Permítame ahora analizar algunos pasajes específicos que apoyan e ilustran esta expectativa gloriosa. A pesar de algunas quejas, el posmilenialismo no es un sistema teológico sin fundamento exegético.44 No está enraizado solamente en unos pocos textos cuidadosamente seleccionados,45 tampoco depende principalmente del Antiguo Testamento, sin apoyo del Nuevo.46 Numerosos pasajes en ambos testamentos apoyan el sistema posmilenial, demostrando que la Escritura entera respira el aire optimista de la esperanza.47 Por supuesto por la falta de espacio, solamente podré resaltar unos pocos pasajes.
De especial importancia en el debate escatológico son los Salmos mesiánicos. El posmilenialismo cobra gran ánimo por el optimismo histórico de estos himnos gloriosos.
Por ejemplo, el Salmo 22:27 anticipa un tiempo cuando «Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti» —aparentemente sobre la base de la persuasión evangelística, en lugar de la imposición apocalíptica. Otros Salmos son semejantes: «Para que sea conocido en la tierra tu camino, En todas las naciones tu salvación» (67:2); «Y témanlo todos los términos de la tierra» (67:7); «Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán» (86:9); «Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen; He aquí Filistea y Tiro, con Etiopía» (87:4); «Entonces las naciones temerán el nombre de Jehová, Y todos los reyes de la tierra tu gloria» (102:15). De hecho, el Mesías estará sentado en el cielo hasta que sus enemigos estén puestos como estrado de sus pies (110:1) —tema del versículo citado con más frecuencia en el Nuevo Testamento.48
En el Salmo 72 la victoria mesiánica está vinculada con la historia previa a la consumación, antes de la renovación del universo presente, y antes del establecimiento de cielos nuevos y tierra nueva, los cuales son eternos:
Te temerán mientras duren el sol y la luna, de generación en generación. Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; Como el rocío que destila sobre la tierra. Florecerá en sus días justicia, Y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna. Dominará de mar a mar, Y desde el río hasta los confines de la tierra. (Salmo 72:5-8, letra cursiva añadida)
Salmo 2
Enfoquémonos en el Salmo 2, un salmo que nos puede enseñar mucho. La visión gloriosa contenida en este salmo nos provee una interpretación inspirada de la historia humana.49
Narra la turbación cósmica entre las naciones y la seguridad profética de su resultado glorioso. Por eso, sigue el patrón del protο-evangelio (Génesis 3:15), mostrando la lucha temporal y luego la victoria histórica.
El salmo abre con las naciones amotinadas «contra Jehová y contra su ungido» (versículos 1-3). Es cierto que todo el mundo está en oposición a la autoridad de Dios, dicha oposición es la esencia de todo pecado (Génesis 3:5; Romanos 1:18-21). Las naciones del mundo buscan librarse del reino soberano de Jehová y de su ungido: «Rompamos sus ligaduras» (versículo 3).
Esta ferocidad no solo es mala, sino también fútil, porque el Señor está tranquilamente entronado en majestad trascendente en los cielos: «El Señor se burlará de ellos» (versículo 4). Aquí el salmista irónicamente demuestra la confianza de Dios manifestada en su burla a la oposición de sus enemigos contra Él y contra su ungido (versículo 2). El término «ungido» (Hebreo meshíach) señala al gran Redentor y Rey, a quien los judíos esperaban por largo tiempo (ver Juan 1:20, 24-25, 41, 49; cf. Marcos 15:32; Lucas 24:19_21). Él es nuestro Señor y Salvador, Jesucristo (Marcos 8:29-30; 14:61-62).
El Nuevo Testamento interpreta este Salmo mesiánicamente, con la ira de las naciones manifestada especialmente en la crucifixión (Hechos 4:25-27):
Por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno contra el Señor, y contra su Cristo. Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel.
En la crucifixión, este Salmo «llegó a su punto álgido, pero no fue consumado o cumplido», porque la batalla cósmica continúa.50
En el versículo 5, la confianza perseverante de Dios cede lugar a su justa indignación, «Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira». En verdad, en el Salmo 2, David utiliza varias palabras hebreas de Éxodo 15 (az, nibhalû, yõshẽb), donde una canción de celebración relata la derrota de Egipto y anticipa el terror de los enemigos canaeos de Israel. Con seguridad, el Mesías vencerá a las naciones enfadadas del mundo tanto como Dios derrotó a los enemigos cananeos de Israel. Alexander comenta: «El СКАЧАТЬ