El Cristo preexistente. Gastón Soublette
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Название: El Cristo preexistente

Автор: Gastón Soublette

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия:

isbn: 9789561425378

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СКАЧАТЬ y que será dominada por su marido. Al hombre le anuncia que con penosos trabajos encontrará su alimento y que comerá el pan con el sudor de su frente, mientras la tierra le producirá cardos y espinos. Finalmente Dios cierra el ciclo de su sentencia condenatoria definiendo al hombre como tierra y polvo, al que retornará cuando muera.

      Se entiende que en esta tragedia en cuatro actos, en los tres ya descritos, dos parecen dirigidos a toda la humanidad, esto es, el primero y el tercero. El segundo, vale decir, el dilema que se presenta a la primera pareja entre obedecer a Dios o dejarse tentar por la serpiente, es una expresión fundamental de la polémica que se daba para los israelitas entre Iahvé, el Dios único, y los dioses, a causa de los atractivos que las civilizaciones paganas presentaban para un pueblo en situación de alto riesgo por andar errante y desprotegido por el mundo tras la guía de un profeta mediador que los vinculaba a un Dios metafísico que no se dejaba representar en imágenes, y en el seguimiento de una aventura en la que nada parecía estable ni seguro.

      El cuarto acto de esta tragedia fue la expulsión de la pareja primordial del paraíso a lo que el texto agrega el irónico comentario de Dios: “Mirad como el hombre se ha vuelto como uno de nosotros conociendo el bien y el mal”. El hecho de que quien pronuncia esas palabras se refiera a sí mismo en plural procede justamente de que el nombre de Dios en los primeros capítulos del Génesis es “Elohim”, un plural que significa las potestades, como antes quedó dicho. Otros comentaristas ven en eso un uso de lo que se llama el plural mayestático.

      Este cuarto acto, que incluye el episodio de la expulsión de Adán del Paraíso, contiene también una referencia al inicio de la etapa agrícola de la especie humana por la mención del pan y la explícita mención del cultivo de la tierra, lo cual parece dirigido también a toda la humanidad. Así se establece el nexo que une los cuatro actos de esta tragedia con la siguiente, la de los “hermanos primordiales”, en la que es posible percibir con más claridad el carácter real de esa ciencia del bien y del mal, adquirida por Adán y Eva, ante la cual su condición primera queda definida solo en términos de carencia, por la desnudez.

      Justamente ese aspecto del relato es el que da la clave para entender que la serpiente, divinidad cananea, al decir a la pareja primordial que Dios les ha ocultado el conocimiento verdadero capaz de cambiar su condición actual por la de la omnisciencia de los “Elohim”, está dejando en evidencia la razón básica por la que los hombres terminaron despreciando su propia naturaleza original para vestirse con los brillantes ropajes de la civilización, esos que el pueblo de Israel admiraba y ambicionaba para sí, incluidos sus dioses, por su falta de fe en el Dios único que había hecho alianza con sus ancestros.

      Llegando a este punto hemos tocado la razón de fondo por la que las interpretaciones que hasta hoy se han hecho de esta narración sagrada sobre el origen de la condición humana no han establecido un vínculo real entre la así llamada caída original y el sentido de la sufrida historia que los hombres hemos vivido por milenios hasta los convulsionados tiempos acaecidos en los dos últimos siglos.

      En esas interpretaciones no se ha podido evitar que la investigación y sus conclusiones permanezcan solo en un plano teórico especulativo y ajeno, como quien está tratando con una rareza arqueológica de la remota antigüedad que solo tendría validez para sus contemporáneos.

      Pero al desenlace de nuestra investigación no se llega sino con la interpretación del episodio de los hermanos primordiales.

      El lazo fraterno que supuestamente habría unido a Caín y Abel podría ser mítico y no real. Y eso para representar a los pueblos pastores e itinerantes en Abel, y a los sedentarios, agricultores, metalúrgicos y guerreros en Caín. Este nombre significa literalmente “herrero”, fundidor de cobre y hierro. En plural designaba al gremio metalúrgico que explotaba las minas de estos metales en el monte Sinaí. Es probable que este mito de los hermanos primordiales haya tenido por base un acontecimiento real en el cual el rey de los pastores fue muerto por el rey de los herreros. En todo caso, la muerte de Abel a manos de Caín está indicando que un nuevo tipo de sociedad ha nacido para transformar el orden antiguo.

      Esa mutación tan radical se comprende mejor atendiendo a la información que el Génesis da acerca de Caín como el constructor de la primera ciudad de que se tiene noticia, su oficio de agricultor, el significado de su nombre, y el hecho de que el más alto exponente de la metalurgia aparezca entre sus descendientes, Tubal-Caín, como también los primeros que usaron instrumentos musicales. De este conjunto polifacético de atributos cainistas se puede concluir entonces que por la vía de este hijo de Adán advino al mundo el homo faber, el homo politicus y el homo ludens. En este contexto, Caín es, en el sentido lato de la palabra, el “héroe civilizador”.

      Aclarado esto, el sentido convergente de las dos tragedias se entiende con el acto final del juicio de Dios, del que resulta una verdad por demás incómoda para todos. Este juicio comienza antes del fratricidio, cuando Dios miró con agrado la ofrenda del pastor, de las primicias de su ganado, y miró con desagrado la ofrenda del héroe civilizador, de los frutos de la tierra. Esta ofrenda de Caín, a juzgar por lo que de ella dice el texto del Génesis, no tiene en sí una apariencia maligna y de ella solo sabemos que la causa de la repulsa divina es que en ella hay algo que Dios considera que no es conforme al recto obrar. Este rechazo de Dios enfureció y abatió a Caín, con lo cual Dios dirigió a él su palabra en los siguientes términos: “¿Por qué te enfureces y andas abatido? Cierto es que si obraras bien tu rostro no decaería, y si obras mal, el pecado acecha a tu puerta y aunque venga sobre ti, tú puedes dominarlo”.

      Para entender la causa no explícita de este rechazo divino cabe considerar, pues, que la cultura de los pastores y los labradores, que en este relato se enfrentan, comportaba también dos formas diferentes de culto, y es en este punto donde reside la diferencia que el juicio de Dios rechaza. Por el contexto del relato completo desde la caída de Adán, se entiende que en los cultos relacionados con la fertilidad estaban ya presentes las simientes del culto a los dioses, entre los que figura la serpiente. En el mensaje de Dios a Caín se menciona el pecado que acecha a su puerta, como una tentación que él puede vencer. Se puede pensar que el sentido de este pasaje está referido a la tentación de dar muerte al hermano menor en quien recae el favor divino, movido a ello por la envidia, pero la línea de pensamiento que como un hilo conductor enhebra los episodios de esta narración apunta más bien a la tentación de confiar el trabajo de la tierra a las divinidades de la fertilidad, como ocurría en la cultura agraria de los pueblos paganos.

      Considerando que hay aquí una tentación que induce a Caín a pecar, la que él habría podido rechazar para obrar bien a los ojos de Dios, nos pone en la línea del pensamiento básico de estos capítulos referentes al origen de la condición humana actual. Caín es tentado como lo será después el pueblo de Israel, el que en incontables ocasiones se vio ante el dilema de optar por Iahvé o por los dioses. En el caso específico de los dioses de la fertilidad, involucrarse en las prácticas rituales de los cultos paganos equivalía al sacrilegio de traicionar la fe en el Dios único, creador y señor del universo, para atribuir su poder de dar y multiplicar la vida a otras potestades, lo cual a su vez arroja más luz sobre la tentación de los progenitores del héroe civilizador.

      El fratricidio viene a ser una consecuencia del hecho de que Caín en su ofrenda ritual se haya aproximado a ese mundo de fundamentos tenebrosos. Por eso el acto de dar muerte a su hermano viene a ser el homicidio fundante de un nuevo orden, el orden civilizado, y oculta el sentido que en las culturas paganas tuvieron los sacrificios humanos. El nuevo orden, por tanto, contiene un ingrediente de violencia que más adelante motivará la decisión de Dios de acabar con la especie humana. El pasaje correspondiente se halla en el capítulo 6 del Génesis, versículos 5 y 6: “Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra, y que todo su modo de pensar era siempre perverso, se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra, y se afligió en su corazón. Y el señor dijo: Yo exterminaré de la faz de la tierra al hombre que СКАЧАТЬ