Calidad de vida en la vejez. María Eumelia Galeano Marín
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Calidad de vida en la vejez - María Eumelia Galeano Marín страница 8

СКАЧАТЬ conocer el bienestar humano y la preocupación por las consecuencias de la industrialización de la sociedad hicieron surgir la necesidad de medir esta realidad a través de datos objetivos, y desde las ciencias sociales se inicia el desarrollo de los indicadores sociales, estadísticos que permiten medir datos y hechos vinculados con el bienestar social de una población. Estos indicadores tuvieron su propia evolución, siendo en un primer momento referencia de las condiciones objetivas, de tipo económico y social, para, en un segundo momento, contemplar elementos subjetivos.51

      Como resultado de esta concepción, se ha intentado cuantificar la calidad de vida para establecer comparaciones entre naciones. El enfoque económico se ha centrado principalmente en el cálculo de tres indicadores principales: la renta per cápita, el nivel de vida y la calidad de vida52.

      La renta per cápita es el indicador más antiguo para medir la calidad de vida, el cual resulta del cociente entre el conjunto de bienes y servicios producidos por un país durante un año (producto interno bruto, PIB) y el número de habitantes del país durante ese mismo año. Después de la Segunda Guerra Mundial, se introdujo el concepto nivel de vida, entendido como el dominio del individuo sobre los recursos en forma de dinero, posesiones, conocimiento, energía mental y física, relaciones sociales, seguridad y otros medios con los que el individuo puede controlar y dirigir conscientemente sus condiciones de vida. Como indicador, el nivel de vida surge de la sumatoria de la renta per cápita nacional más otros indicadores cuantitativos en las áreas de educación, salud, empleo y vivienda.

      Ahora bien, el desarrollo y perfeccionamiento de los indicadores sociales, a mediados de los 70 y comienzos de los 80, provocó el proceso de diferenciación entre estos y la calidad de vida. La expresión comienza a definirse como concepto integrador que comprende todas las áreas de la vida (carácter multidimensional) y hace referencia tanto a condiciones objetivas, como a componentes subjetivos. La inclusión, en 1974, del término en la primera revista monográfica americana dedicada al tema, Social Indicators Research, y en Sociological Abstracts en 1979, contribuirá a su difusión teórica y metodológica, convirtiéndose la década de los 80 en la del despegue definitivo de la investigación en torno a este concepto.53

      Sin embargo, ante el empuje del análisis económico desarrollista de la calidad de vida se levantaron voces críticas, que ofrecían una visión más integradora. Por ejemplo, Erik Allardt54 planteó que existen tres condiciones asociadas a la calidad de vida: tener, amar y ser. Estas condiciones se refieren a las condiciones materiales que permiten la vida por fuera de la pobreza, a las necesidades emocionales y de relaciones con los otros, y el ser alude a la necesidad del ser humano de integrarse a la sociedad y vivir en armonía con la naturaleza.

      Ahora bien, en el marco de las teorías económicas enfocadas al desarrollo humano que explican la calidad de vida, Amartya Sen55 plantea esta como la posibilidad de vivir realmente mucho tiempo y disfrutar de una buena vida a lo largo de la existencia, entendiendo que estas son cosas que los seres humanos valoramos y deseamos intensamente. Por lo tanto, está íntimamente ligada a la noción de libertad, la cual plantea como capacidad de funcionamiento de las personas llevar el tipo de vida que valoran y tienen razón en valorar. En este sentido, Amartya Sen plantea tres indicadores básicos para comprender la calidad de vida. En primer lugar bienes básicos, luego acceso a dichos bienes y, por último, las actividades o las funciones valiosas que un sujeto efectivamente es capaz de realizar en cuanto integrante de una vida (la cual a su vez se inserta en una sociedad).56

      El modo de vida de una sociedad es una unidad conformada por las diversas condiciones de vida de los diferentes sectores de población que la integran, y por las relaciones que se establecen entre ellos, por su forma particular de inserción en el funcionamiento general de la sociedad. La situación de salud de cada grupo de población, en particular, se articula estrechamente con sus condiciones de vida y con los procesos que las reproducen o transforman. A su vez, cada individuo o pequeño grupo de ellos, como puede ser la familia, tiene un estilo de vida singular, relacionado con sus propias características biológicas, su medio residencial y laboral, hábitos, normas y valores, así como su nivel educativo y conciencia, y su participación en la producción y distribución de bienes y servicios. La situación individual de salud está relacionada también con este estilo de vida singular y con los procesos que lo producen o transforman.57

      Podemos entonces, con J. R. Browne y colaboradores,58 definir la calidad de vida como la interacción dinámica entre las condiciones externas de un individuo y la percepción interna de dichas condiciones, concepto reforzado posteriormente por Ramona Lucas-Carrasco,59 en el que sintetiza la calidad de vida como la percepción del individuo de su posición en la vida, en el contexto de la cultura y el sistema de valores en el que vive, en relación con sus objetivos, expectativas, estándares y preocupaciones.

      Desde el ámbito de la salud, como señalan Doris Cardona, Héctor Agudelo y Ángela Segura,60 se ha entendido la calidad de vida como la salud psicosomática del organismo, la funcionalidad y la ausencia de enfermedad. Por lo tanto, entender la calidad de vida implica una mirada sobre los factores determinantes y condicionantes del proceso salud-enfermedad, tales como aspectos socioeconómicos, socioculturales, estilos de vida y experiencia personal. Todos estos factores tienen una gran incidencia en las formas de enfermar y morir de las poblaciones. Así pues, la calidad de vida, desde la salud, evalúa: impacto físico y emocional de las enfermedades, disfunciones, incapacidades y adaptación a los tratamientos y nuevas terapias. Para la salud pública, en cambio, la calidad de vida es una forma de evaluar la eficiencia, la eficacia y el impacto de determinados programas con las comunidades.61

      Esta aproximación a la calidad de vida desde los determinantes de la salud no es nueva. En la construcción del concepto calidad de vida, la OMS ha transitado por varias definiciones. Para 1994 se plantea que la calidad de vida:

      es la percepción personal de un individuo de su situación en la vida, dentro del contexto cultural y de valores en que vive, en relación con sus objetivos, expectativas, valores e intereses, todo ello matizado por: su salud física, su estado psicológico, su grado de independencia, sus relaciones sociales, los factores ambientales y sus creencias personales; no se ha de tener en cuenta el monto absoluto o relativo de los ingresos, sino el grado de satisfacción que proporcionan esos ingresos, tampoco se tomará en cuenta el número de horas de sueño, pero sí se tomará en cuenta todo problema que se le plantee al individuo con relación a él mismo.62

      Posteriormente, el Programa de Salud Mental de la OMS, en el Foro Mundial de la Salud de 1996, definió la calidad de vida como “La manera en que el individuo percibe el lugar que ocupa en el entorno cultural y en el sistema de valores en que vive, así como en relación con sus objetivos, expectativas, criterios y preocupaciones”.63 Todo ello matizado por las dimensiones (facetas): física (dolor, malestar, energía, cansancio, sueño, descanso); psicológica (sentimientos positivos, labor de reflexión, aprendizaje, memoria, concentración, autoestima, imagen y apariencia corporal, sentimientos negativos); grado de independencia (movilidad, actividades de la vida diaria, dependencia respecto a medicamentos o tratamientos, capacidad de trabajo); relaciones sociales (relaciones personales, apoyo social, actividad sexual); entorno (seguridad física, entorno doméstico, recursos financieros, atención sanitaria y social, actividades recreativas, entorno físico, transporte) y espiritual (espiritualidad, religión, creencias personales).64

      Seis años más tarde, en 2002, la OMS definió la calidad de vida como “la percepción individual de la propia posición en la vida dentro del contexto del sistema cultural y de valores en que se vive y en relación con sus objetivos, esperanzas, normas y preocupaciones”.65

      La calidad de vida se analiza desde dos esferas. La primera es la individual o privada, teniendo en cuenta percepción, sentido de vida, utilidad, valoración, felicidad, satisfacción de necesidades y demás aspectos subjetivos que son difícilmente cuantificables, СКАЧАТЬ