Calidad de vida en la vejez. María Eumelia Galeano Marín
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СКАЧАТЬ del corazón alcanzaron tasas de 585 muertes para el 2008, 542 en el 2009 y 560 en el 2010 por cada 100.000 personas mayores. Las enfermedades cerebrovasculares e hipertensivas ocuparon el segundo y tercer puesto dentro de este gran grupo.41

      En Colombia, las personas en edades avanzadas sufren con mayor frecuencia enfermedades como hipertensión, alergias, artritis, enfermedades del corazón, enfermedades pulmonares, diabetes, enfermedades respiratorias, enfermedad cerebral, enfermedad renal crónica, cáncer y Alzheimer, siendo las mujeres las más diagnosticadas por hipertensión y artritis, y los hombres por enfermedades del corazón y neumonía.42

      La ciudad de Medellín presenta un perfil epidemiológico mixto, caracterizado por la alta frecuencia de enfermedades infecciosas en la infancia, relacionadas con el proceso reproductivo entre la segunda y cuarta década –propio de los países en vías de desarrollo y pirámides demográficas de base ancha–, junto con una alta frecuencia de enfermedades crónicas en la última etapa del ciclo vital, eventos que ocurren en los países desarrollados y que tienden a incrementarse.43

      Las principales causas en atenciones de salud presentadas en el servicio de consulta externa para personas mayores de 60 años en la ciudad de Medellín, para los años 2010-2011, fueron: hipertensión arterial, con 817.8 casos por cada 1.000 habitantes, y diabetes mellitus, que se presentó en 215.4 casos por cada 1.000 habitantes. Por sexo, la cifra varió en hipertensión esencial. En mujeres mayores de 60 años se presentaron 925.6 atenciones en consulta externa, a diferencia de los hombres, con 665.8 atenciones por cada 1.000 hombres mayores de 60 años.

      En Medellín, por diabetes mellitus se presentaron 237.8 casos en mujeres mayores de 60 años y 183.9 casos en hombres mayores de 60 años por cada 1.000 habitantes. En el servicio de urgencias, las principales atenciones registradas de personas mayores de 60 años son las descritas en el CIE10 como “otros” síntomas, signos y hallazgos anormales clínicos y de laboratorio, no clasificados en otra parte. Como segunda causa fueron los traumatismos en regiones del cuerpo, seguido de dolor abdominal y pélvico. Las principales causas por hospitalización en adulto mayor fueron “otros síntomas”, signos y hallazgos anormales clínicos y de laboratorio no clasificados en otra parte, correspondientes al 8,9 % del total de hospitalizados. La segunda causa fue bronquitis y otras enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, que fueron el 8,8 %, y en tercer lugar la neumonía, con un 6,4 %.44

      La tasa de mortalidad de la persona mayor de 60 años en Medellín, para los períodos 2005 al 2010, se comportó así: en el 2005 representó el 3,4 % de las muertes con respecto al total de adultos para dicho año, proporción que se mantuvo hasta el año 2008; para el 2009 registró una disminución de las muertes al 2,5 % (7.510) y en el 2010 el porcentaje aumenta en una décima, siendo 7.983 muertes para ese año. El patrón de comportamiento de la tasa específica de mortalidad de la persona mayor, en el año 2006, fue de 35,1 muertes por cada 1.000 habitantes mayores de 60 años, en los años 2007 y 2008 murieron 34.4 personas adultas por cada 1.000 habitantes. Entre los años 2006 y 2010 se redujo el riesgo de morir para esta población adulta, al pasar de 35 a 26 por 1.000 habitantes adultos mayores.

      La causa básica de mortalidad de las personas mayores, en el período 2005 a 2010, fueron las enfermedades isquémicas del corazón, enfermedades crónicas de las vías respiratorias, enfermedades cerebrovasculares, la diabetes mellitus –que en el año 2009 no se registró como una de las principales causas–, tumor maligno de tráquea, bronquios y pulmón, y la neumonía, que solo se registró para el año 2009.45

      Si los datos muestran un envejecimiento menos afectado por enfermedades agudas o infecciosas, y más afectadas por enfermedades crónicas y del corazón, lo que queda como resultado de esta transición epidemiológica es una población viva cada vez más vieja, en términos de cantidad y duración. La pregunta ahora es: ¿cómo las personas mayores viven esa vida cada vez más larga? En este punto es donde la pregunta por la calidad de vida es más que pertinente.

      El término calidad de vida se remonta a la primera mitad del siglo XX, cuando la idea del estado de bienestar, derivado de los desajustes socio-económicos procedentes de la crisis de la década de 1930, evolucionó y se difundió sólidamente en la postguerra (1945-1960), en parte como producto de las teorías del desarrollismo económico y social que reclamaban el reordenamiento geopolítico y la reinstauración del orden internacional, luego de terminada la Segunda Guerra Mundial.46

      El concepto, ya en la posguerra, devino en una construcción histórica con múltiples concepciones, para la cual no existe una teoría única que permita su delimitación exacta, pues pertenece al universo ideológico y no tiene sentido sino en relación con un sistema de valores.47 La calidad de vida tiene un carácter multidimensional y ha sido definida desde varios campos del conocimiento: filosófico, económico, cultural, de la salud, sociológico, político y ambiental.

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       FIGURA 3.

      Principales causas de mortalidad en la persona mayor, Medellín 2005-2009.a

      Fuente: Mariela Bustamante Álvarez.

      a. Bustamante, Atenciones en salud.

      Desde el campo de la filosofía, se desarrollaron básicamente tres teorías del bien vivir para las personas: la teoría hedonista, la cual plantea que el bien último para las personas consiste en sostener ciertas clases de experiencias constantes, como placer, felicidad y disfrute; la teoría del deseo o satisfacción de preferencias, entendidas como los estados de situaciones tomados como objetos, y, por último, la teoría de los ideales de una buena vida, la cual se refiere a la realización de ideales específicos, explícitamente normativos. La finalidad de estas tres teorías es el desarrollo del concepto de utilidad. Las dos primeras son teorías subjetivas; la tercera, por su parte, plantea que una buena vida para una persona está determinada por ideales correctos y no depende de lo que la haga feliz o de lo que desea.48

      Desde el enfoque cultural, la calidad de vida está asociada con las tradiciones culturales y su influencia en los procesos de salud-enfermedad, teniendo en cuenta aspectos como los valores éticos, los derechos humanos e incluso las representaciones sociales por parte de los individuos que conforman una cultura particular.49 Por ende, la cultura tiene una influencia importante en la noción que tengan sus integrantes de calidad de vida, otorgando sentidos a aspectos que quizá otra cultura no considere relevantes. En esa misma vía, el enfoque ambientalista, por su parte, plantea la necesidad de tener en cuenta las condiciones ambientales en que vive, crece, se reproduce y muere un individuo, como elementos que modifican y establecen la calidad de vida.

      Por su parte, el concepto condiciones de vida está fuertemente asociado con la calidad de vida y ha ocupado buena parte de la construcción de este concepto, entendiendo condiciones de vida como el conjunto de bienes que conforman la parte social de la existencia humana, dado por: salud, educación, alimentación, sanidad ambiental, vivienda y, en algunos casos, el medio cultural y político. Se tiene en cuenta que este es el entorno social que influye en el logro de objetivos como: seguridad, integridad personal, respeto a la dignidad humana, ejercicio de la libertad y los derechos políticos.50 Se entiende además que el entorno social influye en la formación de las capacidades humanas, en lo que se refiere a estado de salud y nivel de conocimiento.

      Desde las teorías económicas se intentó definir también la calidad de vida. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, estableció una relación directa СКАЧАТЬ