Antropología de la integración. Antonio Malo Pé
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СКАЧАТЬ estoica, las virtudes; la hedonista, la variedad de placeres, que van desde la esfera sensible a la espiritual; y la deontológica, el deber. En todas estas escuelas se halla, pues, implícita una precomprensión del hombre y de su bien, que en ellas puede ser más o menos teorizada, y que, sin embargo, es el objeto propio de la antropología. A partir de esta relación entre ética y antropología surgen nuevas preguntas: ¿la ética debe basarse en la metafísica o en la antropología? ¿De qué manera la ética ayuda a la antropología a captar mejor la esencia de la libertad humana?

      La antropología se relaciona también bilateralmente con otras disciplinas filosóficas, como la filosofía política, la filosofía de la cultura, del arte, de la religión, etc., pues, por un lado, proporciona a estas disciplinas el sentido que tiene la existencia humana y, por consiguiente, también el de sus obras y objetivaciones; por otro, son estas mismas disciplinas las que ofrecen a la antropología un conjunto de perspectivas, datos e interpretaciones sobre el hombre, que mejoran la comprensión que ella tiene.

      En una relación semejante se halla la antropología respecto de la teología. Por una parte, la teología estimula y fomenta la comprensión filosófica del hombre a través de una serie de preguntas esenciales: ¿el individuo es totalmente reductible al universo material? ¿Puede ser vano su deseo de felicidad? ¿La muerte del cuerpo pone punto final a la existencia humana?

      [1] El término psicología ha sido puesto en circulación por dos discípulos de Melanton: Rodolfo Goclenio, autor de un tratado cuyo título es Psychologia, hoc est de hominis perfectione (1590), y Otón Cassmann, autor de otro tratado en dos volúmenes con el título de Psychologia anthropologica, sive animae humanae doctrina (1594-6) (cfr. W. ZIEGENFUSS–G. JUNG, Philosophen-Lexicon, Handwörterbuch der Philosophie nach Personen, De Gruyter, Berlin 1949, I, p. 394).

      [2] M. Heidegger, Kant y el problema de la Metafísica, tr. esp. G. Ibscher Roth, Fondo de Cultura Económica, México-Buenos Aires 1954, § 37.

      [3] G. Marcel, Journal Métaphysique 1913-1923, Gallimard, Paris 1927, p. 181.

      [4] He defendido esta tesis en el ensayo Yo y los otros. De la identidad a la relación, Rialp, Madrid 2016, pp. 176-187.

      [5] «Una ciencia del conocimiento del ser humano, compuesta sistemáticamente (antropología), puede ser [compuesta] tanto en sentido fisiológico como [en sentido] pragmático. –El conocimiento fisiológico del ser humano se dirige a la indagación de lo que la naturaleza hace del ser humano; el pragmático, a lo que él, como ente que actúa libremente, hace, o puede y debe hacer, de sí mismo» (I. KANT, Anthropologie in pragmatischer Hinsicht, Akademie-Ausgabe, VII; trad. es. Antropología en sentido pragmático, Siglo XXI, Madrid 2010, p. 119).

      [6] Se cuenta de un rey que, para divertirse, hizo que todos los ciegos de la ciudad fueran convocados en la plaza con el fin de que describieran a un elefante real después de haberlo tocado. El ciego que le tocó las orejas dijo: «Su Majestad, el elefante es como un abanico». Mientras que el que acariciaba sus colmillos dijo: «No, Majestad, el animal es como un arado». La escena volvió a repetirse cuando los otros ciegos tocaron la trompa, el vientre, las patas: continuaron acusándose unos a otros de estar mintiendo y a pelearse porque ninguno de ellos tenía una visión completa del elefante (cfr. O. VON HINÜBER, A Handbook of Pāli Literature, De Gruyter, Berlin 2000, Udana, VI, 4, pp. 66-69).

      [7] Una exposición completa de esta corriente filosófica se encuentra en J. M. BURGOS, El personalismo. Temas y autores de una filosofía nueva, Palabra, Madrid 2000.

      [8] En relación con la idea de libertad como apertura véase J. A. GARCÍA CUADRADO, Antropología filosófica, EUNSA, Pamplona, 2001, pp. 146 y ss.

      [9] El rechazo de la categoría metafísica de accidente para hablar de la relacionalidad humana no se debe al significado ordinario del término “accidente” como entidad de poca importancia, sino más bien al carácter particular que algunos accidentes —como la temporalidad, la virtud, la relación, etc.— desempeñan en la Antropología filosófica, pues, a través de ellos, la esencia humana es capaz de perfeccionarse personalmente. Algo semejante habría que decir de la libertad: no es un accidente, pues se trata de una realidad que es inseparable del ser personal, aun cuando por diversas causas no se manifieste completamente. Todo esto nos habla del ser humano como distinto de los demás seres materiales. Como veremos, esta diferencia proviene del ser espiritual de la persona. La distinción antropológica entre ser y esencia personales, se basa en otra más general, de carácter metafísico, que santo Tomás descubre entre el acto de ser y la esencia. De hecho, en opinión de Leonardo Polo, la persona humana dispone de acuerdo con su esencia porque tiene libertad, es decir, el poder disponer: «Yendo más allá de la simetría con el ser del universo, la libertad humana es trascendental. La libertad es una dotación de la que depende la esencia del hombre, dependencia que asegura el disponer, es decir, la esencia a nivel de los hábitos» (cfr. L. POLO, presente y futuro del hombre, Rialp, Madrid 1993, p. 191).

      [10] «Quien se conoce a sí mismo, conocerá a Dios» (CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, Gredos, Madrid 1998, El pedagogo, III, p. 261).

      [11] «Así lo que es supremo en el género de los cuerpos, es decir, el cuerpo humano de complexión equilibrada, llega a tocar lo más bajo en el género de las sustancias intelectuales, es decir, el alma humana, que podemos descubrir por el modo de conocer intelectualmente. Por eso se dice que el alma intelectual es como el “horizonte” y la “frontera” entre los seres corporales e los incorpóreos, pues es una sustancia incorpórea, que sin embargo es forma de un cuerpo» (SANTO TOMÁS DE AQUINO, Contra Gentiles, III, 112c).

      II.

      EL PRESUPUESTO DE LA INTEGRACIÓN PERSONAL: LA UNIÓN SUSTANCIAL CUERPO-ALMA

      1 Las dimensiones del cuerpo: material, viviente, sentiente, espiritualizado

      2 La corporalidad: el cuerpo vivido y sus expresiones

      3 La unión sustancial cuerpo-alma

      4 El alma como principio vital, sentiente y espiritual

      ¿Por dónde comenzar el estudio de las personas humanas? Esta pregunta es importante pues, según la repuesta que se le dé, así será la perspectiva СКАЧАТЬ