Antropología de la integración. Antonio Malo Pé
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СКАЧАТЬ target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_4366053a-e2e6-5767-93e7-8a1dc203d9b4">[11] ARISTÓTELES, Las partes de los animales, 687a, 7.

      [12] Cfr. ARISTÓTELES, Política, 1253a 15-18.

      [13] La relación entre el cuerpo humano y la casa está bien explicada, por ejemplo, en el siguiente texto: «Así como en la propia casa se puede recibir a los amigos, del mismo modo en el cuerpo podemos acoger el mundo que nos rodea y dejar que nos influya, nos enriquezca y nos trasforme. Tener un cuerpo implica estar presente para los hombres y abierto a ellos, sentirse acogido y acoger a los otros en nuestra intimidad» (C. ANDERSON–J. GRANADOS, Chiamati all’amore, o.c., p. 47).

      [14] Se debería distinguir entre la mirada maravillada frente a la belleza del cuerpo, como la de Adán frente a Eva, y la mirada cínica, que ya no se sorprende de nada. De hecho, la corporeidad, cuando no se reduce a pura exterioridad, manifiesta al otro, aunque no se lo pueda percibir en su identidad más profunda, (cfr. V. MELCHIORRE, La via analogica, Vita e Pensiero, Milano 1996, p. 125).

      [15] Si el otro es esencialmente el que me mira «las relaciones particulares de mi ser con el de otro presuponen, por una parte y por la otra, […] nuestra existencia como cuerpo en medio del mundo», no ya como libertad (J. P. Sartre, L’être et le néant. Essai de ontologie phénoménologique, Librairie Gallimard, Paris 1943, p. 428).

      [16] «Es seguro, en efecto, que creemos tener directamente en la risa la alegría, en el llanto la pena y el dolor del otro, en su rubor su vergüenza» (M. Scheler, Esencia y formas de la simpatía, Losada, Buenos Aires, p. 254).

      [17] Cfr. E. STEIN, La estructura de la persona humana, BAC, Madrid 1998, p. 67.

      [18] ARISTÓTELES, De anima, III, 2, 412a 27-29.

      [19] Cfr. SANTO TOMÁS DE AQUINO, In Boethius De Trinitate, q. 4, a. 2.

      [20] «En cualquier naturaleza, persona significa lo que es distinto en aquella naturaleza, como en la naturaleza humana (persona) indica esta carne, estos huesos y esta alma, que son los principios que individualizan al hombre» (SANTO TOMÁS DE AQUINO, S. Th., I, q. 29, a. 4, c).

      [21] ARISTÓTELES, De anima, 415b 13.

      [22] Ibid., 1, 2c 1.

      [23] Cfr. ibid., 413a 22.

      [24] El término acto segundo no es aristotélico, sino tomista (cfr. SANTO TOMÁS DE AQUINO, In II De Coelo, lect. 4, n. 334).

      [25] Cfr. ARISTÓTELES, De anima, 426a 6.

      [26] Cfr. ibid., 434b 20-25.

      [27] La multiplicidad de operaciones de los órganos se encuentra así unificada y finalizada por un primer principio o alma. Sobre el concepto de entelecheia primera en las definiciones aristotélicas del alma véase H. ZUCCHI, Acto y potencia como principios o conceptos explicativos, en L’atto aristotelico e le sue ermeneutiche, M. Sánchez-Sorondo (ed.), Herder, Roma 1990, pp. 69-77.

      III.

      LA VIDA COMO INTEGRACIÓN

      1 Características fenomenológicas de la vida

      2 La noción metafísica de vida

      3 Los grados de vida como grados de integración

      4 Biogénesis

      5 Antropogénesis

      6 Ecología y ecologismo

      Desde un punto de vista fenomenológico, las características esenciales de la vida pueden reducirse a las seis siguientes: autodesarrollo, integración, autoconservación, comunicación, temporalidad y reproducción.

      b) La integración consiste en la unión de lo que originalmente no está completamente ligado, o solo lo está de modo potencial, no actual. Como puede deducirse de la definición anterior, los tipos de integración dependen de los grados de unidad. Así, puede hablarse de integración del círculo de la vivencia, basada en los elementos que la constituyen (tendencias, afectos, razón-voluntad, acción); de integración personal, fundada en la unidad sustancial; e, incluso, de integración familiar y social, a partir de la pluralidad de las personas, СКАЧАТЬ