Название: Acto matrimonial
Автор: Tim LaHaye
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
isbn: 9788482676371
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Otra ilustración sobre el hecho de que las mujeres carecen del problema de deseo visual ocurrió recientemente en nuestro hogar. Hojeando la revista Sports Illustrated, encontré una fotografía de «Míster América». Mientras estaba admirando sus brazos y musculatura ondulante, Bev se me acercó y, viendo por encima de mi hombro lo que yo estaba contemplando, exclamó espontáneamente: «¡Uf, qué grotesco!» Las mujeres tienen su propia clase de problemas espirituales, pero el deseo tipo actitud mental les significa rara vez un problema.
Hemos revisado todo esto para señalar algo importante. Una esposa cariñosa, con plena respuesta sexual, puede ser una ventaja muy grande para conservar la vida mental agradable a Dios de su esposo. Esto no quiere decir que la victoria y elevación espiritual del marido dependan del comportamiento de su esposa. De hecho, Dios ha prometido dar a un hombre apasionado la gracia para convivir con una esposa fría e indiferente. Pero no pocos esposos cristianos carnales han aprovechado el rechazo sexual de sus esposas como una excusa de que sus derrotas espirituales se hayan agudizado en períodos de deseos sexuales de tipo actitud mental.
Una esposa cariñosa que comprende las tentaciones de su esposo en ese sentido, reprimirá sus deseos de frenar sus impulsos amorosos y, considerando más las necesidades de su esposo que su propio cansancio, le dará su amor libremente. Su recompensa será la respuesta inmediata a su cariño y juntos podrán compartir la experiencia arrebatadora del amor marital.
Notas
1 Catherine Parker Anthony, Libro de texto de anatomía y fisiología (St. Louis: C. V. Mosby Co., 1963), pág. 44.
2 Napoleon Hill, Piensa y enriquécete (Cleveland: Ralston Publishing Co., 1956), pág. 274.
3 Publicado por Fleming H. Revell, Old Tappan, N. J., 1973.
3 | Lo que el acto de amor significa para una mujer |
¡Afortunadamente para las mujeres, los hombres y las culturas están cambiando! Se dice que hace una generación muchos hombres eran amantes egoístas y que la sociedad contribuyó a esa imagen de «macho» e hizo que pareciesen animales en la alcoba. Se suponía que el placer sexual de «la mujercita» era su derecho divino y sus relaciones eran, por lo general, experiencias unilaterales. Asumiendo que el hombre tenía el don del conocimiento intuitivo en esa área, el hombre llevaba a la novia inocente a su nido de amor y le enseñaba solamente lo que era necesario saber para satisfacer «su» instinto sexual. Hombres como estos eran (y son aún) iliteratos sexuales, fallando totalmente en comprender las necesidades emocionales y físicas de la mujer.
No es de extrañar que muchas mujeres llegaran a la frigidez y que el hacer el amor se convirtiese en una tarea. Aún peor, algunas mujeres frígidas se convirtieron en evangelistas de la frigidez. Consecuentemente, novias jóvenes entraron al matrimonio debidamente advertidas por sus amigas casadas de que el hogar, la maternidad y una buena reputación eran cosas maravillosas, pero que había una desventaja en el matrimonio, y ésa era la «escena de alcoba». El esposo cristiano moderno, a su vez, había sido exhortado por la Palabra de Dios y por su pastor con las palabras: «Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia… Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos» (Ef. 5: 25, 28). De modo que un hombre cristiano entraba, y entra, al matrimonio más sensible a las necesidades de amor de su prometida y más preocupado por la satisfacción de ella. La respeta como una creación especial de Dios, la cual ha de ser aceptada y comprendida. Durante la década pasada, varios libros sobre el matrimonio, tratando con franqueza sobre el tema, han dado al hombre una mayor comprensión de la mujer. Salvo que mantenga su cabeza bajo la arena como la avestruz, puede aprender hoy día muchas cosas útiles sobre el amor. Y cuanto más conoce a su esposa, tanto más puede ajustar su propia pasión afectiva a las necesidades emocionales de ella.
Un proverbio dice: «La mujer es la criatura más compleja sobre la tierra.» Ciertamente, no hay hombre inteligente que pueda afirmar que llega a conocerla plenamente. No obstante, después de haber tenido trato con cientos de estas delicadas criaturas en la privacía de la sala de consulta, mi esposa y yo hemos descubierto más ampliamente lo que el acto conyugal significa para una mujer. Todo hombre podrá, pues, beneficiarse de leer este capítulo. Cuanto más sepa un esposo sobre las necesidades eróticas de su mujer, y lo que el acto marital realmente significa para ella, tanto más podrá, juntamente con su esposa, gozarse el uno del otro, no sólo físicamente, sino que en todas las demás esferas de la vida.
Consideremos estas cinco áreas significativas para mostrar lo que el acto de amor significa para una mujer.
1.Da plenitud a su femineidad. Hoy en día la psicología de la imagen propia llega a ser un verdadero furor. Todos los quioscos de libros llevan publicaciones sobre el propio conocimiento de uno mismo, sino muchos best sellers.* Nosotros los cristianos no estamos de acuerdo con todas sus conclusiones humanísticas, mas ciertamente no podemos negar la verdad importante de que una felicidad duradera es imposible hasta que la persona aprende a conocerse y aceptarse a sí mismo. Esto vale también para la mujer casada. Si ella se considera a sí misma fracasada en el lecho, le resultará sumamente difícil aceptar su femineidad total. No debe sorprender a nadie el hecho de que toda novia se sienta insegura al casarse. Pocas personas tienen seguridad entre los dieciocho a veinticinco años. Para que la gente llegue a aceptarse plenamente, puede tardar de un tercio hasta la mitad de toda una vida. Naturalmente, un cristiano lleno del Espíritu Santo poseerá una imagen más positiva de sí mismo, pero el matrimonio es una de las decisiones más importantes que una persona hace en la vida; consecuentemente, toda persona normal se enfrentará a tal decisión con cierto grado de temblor. Si la mayor parte de la vida marital resulta ser insatisfactoria, la imagen de sí mismo se ve complicada. ¡Todavía no hemos encontrado a una mujer frígida que posea una buena imagen de sí misma!
Una manera para comprender la función de la mentalidad femenina es contrastarla con el sistema mental masculino. Un hombre tiene el mandato divino para ser el proveedor de la familia. En consecuencia, su psiquis mental es orientada de tal manera que la imagen de sí mismo la obtiene mayormente a base de los logros y triunfos en su profesión. Esta es la razón por la cual el hombre emprende el camino vocacional hacia sus metas y sueños en la época de su juventud. Sólo hay que preguntar a un muchacho lo que quisiera ser y normalmente responderá que bombero, policía, médico, jugador de baloncesto o piloto de aviones. Aunque cambia su meta varias veces durante su maduración, sin embargo indica su psiquis vocacional. Preguntemos a una niña lo que quisiera ser cuan do sea mujer, y por lo general contestará que «una mamá» o una «ama de casa». Una vez adulta, y aun después de estudios profesionales, muchas mujeres siguen teniendo en la lista de sus intereses el papel hogareño como su principal objetivo vocacional.
Cuando me encontraba en Jackson, Mississippi, para un Seminario de Vida Familiar, fui entrevistado por una joven periodista. En pocos momentos pude detectar su hostilidad derivada de la humillación de tener que entrevistar a un pastor. La mayoría de los periódicos СКАЧАТЬ