A la salud de la serpiente. Tomo I. Gustavo Sainz
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу A la salud de la serpiente. Tomo I - Gustavo Sainz страница 11

Название: A la salud de la serpiente. Tomo I

Автор: Gustavo Sainz

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Biblioteca Gustavo Sainz

isbn: 9786078312047

isbn:

СКАЧАТЬ esa clase de cerebros es la que tiene a su cargo conformar la mentalidad y el espíritu de nuestra juventud, ¿a dónde va a parar México?

      —El párrafo anterior, señor Garcilazo, es bastante delicado. Juzga mi actitud como que ya no parece propia de un cerebro normal… Su acusación es delicada porque juzgar a un hombre sin tener puntos de referencia que relacionados entre sí coherentemente nos den la pauta para profundizar en el conocimiento de ese hombre y en su estructura de personalidad total, me deja con la convicción de que profesionalmente usted es un irresponsable.

      5. … francamente, señor licenciado Padilla, si usted hubiese obligado a una de nuestras hijas a leer tales obscenidades ante sus compañeros y compañeras de clase, a estas horas estaría usted muerto. Ni más ni menos…

      —La reflexión anterior en este editorial, que en forma sincera estoy esforzándome por responder, es muy peligrosa. Constituye, de hecho, una invitación a las personas que no me conocen y que no han escuchado mis puntos de vista al respecto, a que en un acto irracional atenten contra mi vida. Esto constituye una evidencia más de que el señor Cristóbal Garcilazo es un hombre que no está abierto al diálogo sincero, maduro, humano… De que el señor ­Garcilazo, ante quien sostiene algo que no va de acuerdo con sus convicciones, lo primero que se le ocurre es que lo maten. No invita al diálogo. En ningún momento está dispuesto a cuestionar sus convicciones, la validez de sus medios y sus fines, lo que ha hecho como ser humano. Sus juicios son absolutos, al extremo de llegar a enunciar el más absoluto de los juicios: matar a quien sostenga opiniones y actitudes distintas a las suyas. Esto no da pie para el diálogo, pues no tiene actitud de convencerme de sus convicciones ni, mucho menos, de llegar a reconocer que las mías tienen una parte de verdad.

      En la etapa actual de la historia de la humanidad, con toda la violencia que la rodea y muchos otros defectos sociales, debemos aceptar que en mayor o menor medida todos estamos humanamente subdesarrollados. Una de las maneras de superar nuestra situación es dialogando. Pues el monólogo es un egoísmo negativo en tanto que no enriquece ni emocional ni intelectualmente a quien lo realiza, y éste es el precio de la seguridad que se obtiene al practicarlo.

      Me es imposible por límites de espacio exponer de manera rigurosa y sistemática los principios rectores de la teoría literaria que en el proceso de mis clases expongo de manera detallada, sin embargo, si una comisión de padres de familia se llegara a interesar por conocer mis puntos de vista al respecto, tendría mucho gusto en atenderlos, y desde luego, señor Garcilazo, usted sería uno de mis invitados. Asistiré al llamado de esa comisión con la certidumbre de que mucho puedo aprender de las ideas que me expresen.

      Los hechos que he referido pueden constatarlos los alumnos y alumnas del primer año, grupo A, de Preparatoria.

      (Rúbrica)

      Periódico La Voz de la Frontera

      Mexicali, Baja California

      Viernes 8 de noviembre de 1968

      Primera plana

      Atalaya

      por E. Garza Senande

      Estimado lector, muy buenos días:

      Ayer me quedé sin habla, de una pieza, lo que se dice de a seis, cuando leí el editorial que apareció en un hermano matutino, bajo el epígrafe “Prostituyendo a la juventud”, debido a la bien cortada pluma del “chif” Garcilazo. Sería muy de desear la intervención de las autoridades competentes de la Secretaría de Educación Pública o del Gobierno del Estado —en su caso— para poner en claro si esos libros “de texto” que utiliza un “profesor” de apellido Pa­dilla están aprobados por las dependencias oficiales. Eso de que a una jovencita se le haga leer en voz alta, delante de sus compañeras y compañeros libracos francamente pornográficos, se me hace que es el colmo de los colmos. ¿A eso le llama el “Ilustre maistro” (no le vaya a poner maestro compa linotipista) “literatura moderna”? Pues esa “literatura” y no tan refinada, se la escuché a mi viejo sargento Zamarripa allá por 1917, cuando le narraba al pelotón a su mando sus “románticas” hazañas. ¡Bonitas sábanas grises con ciertas preparatorias!

      Y sigue lloviendo sobre la milpita de Jacqueline Onassis. ¿Qué no sería posible que ya dejaran en paz a esa mujer? Está bien crecidita para saber lo que hizo al contraer segundas nupcias, y continuar exhibiéndose ante la opinión pública no sólo la daña y perjudica a ella, sino a sus hijos, que es lo peor. Cómo me acuerdo de lo que en algunas ocasiones me decía mi dulce abuelita al salir de la iglesia, a la que la acompañaba los domingos y fiestas de guardar: “El que esté limpio de culpa que arroje la primera piedra”. Y hay cada tipo que la dragonea de muy moralista, que más vale leer Gazapo y La tumba, libros de cabecera del “maistro” Padilla,

      Y como ya Juan Manuel Zavala me está clavando unos ojos como dos puñales de hoja damasquina porque le urge la columneja, aquí me va usted a permitir que con la mejor y más luminosa (¡vóytelas!) de mis sonrisas, le entregue el “material” al compa linotipista, y así tenga oportunidad de comerse a puños —a su debido tiempo— el punto final.

      Periódico El Mexicano

      Mexicali, Baja California

      Viernes 8 de noviembre de 1968

      Primera plana

      La gente

      por E. Galván Ochoa

      México, D. F.: Un laureado libro de mi personal y admirado amigo Gustavo Sainz, intitulado Gazapo, ha movido a indignación a la crítica moral y literaria de la ciudad de Mexicali… Según leí en la edición de ayer de El Mexicano, se acusa al profesor Padilla de propiciar la lectura de semejante libro en las clases de literatura que imparte a los estudiantes de un colegio particular, presumiblemente el cetys, por las señas que de él se dan, ya que su nombre no se menciona…

      Gazapo no es una obra pornográfica. El año pasado, el maestro Juan José Arreola, de cuyo taller literario parece que surgió Gustavo Sainz, me obsequió el libro en cuestión, y recuerdo haberlo leído con especial deleite, porque me pareció un reportaje vívido del sistema de vida de los jóvenes de clase media de esta ciudad de México… El mérito principal —y tiene muchos méritos— en la obra de Gustavo Sainz es haber incorporado en la literatura mexicana el lenguaje cotidiano de la gente común y corriente, con todas sus expresiones características, sus matices, sus significados… Ya una vez dijo Carlos Fuentes que la vida como el arte no son censurables… En el caso concreto de Gazapo ninguna gente sensata y razonable podrá condenarla como obra literaria en sí, a menos de sufrir una regresión a las prácticas hitlerianas de cas­tigar con la hoguera ciertas obras de arte, modelo que Hitler copió de la felizmente desaparecida Santa Inquisición… Y si se trata de condenar la urdimbre de relaciones humanas de las que el libro constituye un reportaje, pues todavía es aconsejable obrar con mayor cautela, porque una de las aventuras más peligrosas y expuestas al fracaso y al ridículo la constituye la de pretender erigirse en árbitro de moral o costumbres, pretensión bíblicamente valorada con aquello de “que quien esté libre de culpa…”

      … el Personal y Admirado Amigo escribiendo como si paladeara las palabras, espaciándolas, como si retomara el hilo de una conversación hacía buen tiempo suspendida, escribiendo fíjate Barry, a los alumnos de la preparatoria Isaac Ochoterena, que era una preparatoria particular, les decían los Arañas, Barry evocando a un cimbrante muchacho negro frente al Pentágono el día de la marcha, con un cartel perturbador, СКАЧАТЬ