El Sacro Imperio Romano Germánico. Peter H. Wilson
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Название: El Sacro Imperio Romano Germánico

Автор: Peter H. Wilson

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9788412221213

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СКАЧАТЬ El papa Pío VII leyó el mismo texto empleado por León III cuando invistió a Carlomagno hacía algo más de un milenio, pero tuvieron que utilizarse réplicas de la espada y de la corona de Carlomagno, pues los austríacos todavía conservaban los originales. Para ganarse a los republicanos, Napoleón publicó una nueva constitución. Pero no consideraba a los franceses como los nuevos ciudadanos de Roma, pues en 1809, cuando anexionó los Estados Pontificios a Francia, declaró a Roma ciudad libre, en lugar de convertirla en su capital imperial.68

      Los acontecimientos de 1804-1806 anunciaban una nueva era para el imperio europeo. Aunque el gran imperio de Napoleón se derrumbó en 1814, su sobrino gobernó un segundo Imperio francés entre 1852 y 1870 y el régimen republicano que le siguió expandió, a partir de los años 80 del siglo XIX, las posesiones de ultramar del país hasta convertirlas en un gran imperio colonial. La victoria de Prusia sobre el segundo Imperio francés llevó a la fundación del segundo Imperio alemán en 1871. La reina Victoria formalizó el imperialismo británico al asumir el título de «emperatriz de India» en 1876. Entretanto, Austria, Rusia y los otomanos siguieron siendo Estados imperiales. Había ahora seis imperios en un único continente. «Imperio» dejó de significar «orden mundial» único y pasó a ser el título otorgado a un monarca que gobernaba un gran Estado.

      NUEVOS MUNDOS

      La España imperial

      Los aspectos hegemónicos del imperialismo europeo de finales del siglo XIX eran más evidentes en la dominación global que compartían incluso los países más pequeños del continente, en particular la dominación del Congo por parte de Bélgica. Esta nueva era imperial, iniciada con las conquistas portuguesas y españolas de finales del siglo XV, era, en esencia, diferente con respecto a la idea imperial encarnada por el imperio. España es el caso más interesante, pues adquirió el mayor imperio europeo (previo al británico) mientras su rey era también emperador del Sacro Imperio con el nombre de Carlos V.

      La península ibérica medieval estaba gobernada por múltiples reinos rivales. Los documentos del rey de Asturias emplearon términos como basileus o rex magnus durante el siglo X. Tales reinos eran imperialistas en el sentido hegemónico de la palabra, pues se basaban en las victorias asturianas sobre los musulmanes. Ese mismo impulso explicaría el uso intermitente del título totius Hispaniae imperator a partir de finales del siglo XI y durante el XII. Hacia 1200, los autores cristianos peninsulares rechazaban la idea de que su país hubiera sido nunca parte del imperio carolingio debido a la derrota de Carlomagno en los Pirineos en 778. Los emperadores del Sacro Imperio, al contrario de lo ocurrido en las cruzadas, no desempeñaron ningún papel en la reconquista de la península ibérica.