El Sacro Imperio Romano Germánico. Peter H. Wilson
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Название: El Sacro Imperio Romano Germánico

Автор: Peter H. Wilson

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9788412221213

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СКАЧАТЬ protestantes germanos de la contrarreforma de Fernando. La dimensión religiosa se hizo más pronunciada aún tras la muerte del rey sueco Gustavo Adolfo en la batalla de Lützen, en noviembre de 1632. Dos siglos más tarde, los habitantes de la región celebraron el bicentenario de la batalla y convirtieron el lugar en poco menos que un santuario. La hagiografía correspondiente influyó en profundidad en las interpretaciones posteriores de la Guerra de los Treinta años al transformarla en un conflicto religioso.130 Pero, en la época, Suecia legitimó su participación de acuerdo con la defensa del Palatinado y con su interpretación más aristocrática de la constitución imperial, pues esta debilitaría el control de los Habsburgo sobre el imperio. Los rebeldes exiliados y los Estados imperiales más amenazados por el edicto de Fernando apoyaron las operaciones suecas. Esto hizo que la nueva ronda de hostilidades fuera una continuación de las iniciadas en 1618 y no un conflicto completamente diferente, como sostenía Fernando.

      El apoyo germano creció tras la victoria sueca de Breitenfeld de septiembre de 1631; los alemanes eran un aliado creíble. Los éxitos subsiguientes permitieron a Suecia copiar los métodos de Fernando y redistribuir entre sus aliados las tierras eclesiásticas capturadas. Gustavo Adolfo tenía intención de usurpar las constituciones imperiales para insertar a sus aliados en un nuevo sistema imperial sueco. No obstante, no está del todo claro hasta qué punto pretendía reemplazar al emperador. Su muerte, en 1632, y una serie ulterior de derrotas obligaron a los suecos a reducir sus pretensiones. La victoria imperial de Nördlingen de septiembre de 1634 le dio a Fernando una nueva oportunidad de alcanzar una «paz con honor» mediante concesiones a Estados luteranos moderados como Sajonia. En mayo de 1635 negoció la Paz de Praga, que suspendía el edicto y restablecía el año normativo, que pasaba a ser 1627. Esto permitía a los luteranos conservar muchas de las tierras eclesiásticas ganadas desde 1552, aunque no todas las que tenían en 1618. La necesidad de mantener el apoyo bávaro hizo que el Palatinado, además de muchos otros principados importantes, quedase excluido de la amnistía. Estas excepciones llevaron a Suecia a afirmar que seguía combatiendo para restituir «las libertades germanas».

      La Paz de Westfalia

      En 1643, las localidades westfalianas de Münster y Osnabrück fueron declaradas neutrales para acoger el congreso de paz que debía poner fin a la Guerra de los Treinta Años en el imperio, la lucha de España contra los rebeldes neerlandeses (reiniciada en 1621) y la Guerra Franco-Española que se libraba desde 1635. Las operaciones militares prosiguieron para procurar a los beligerantes mejores bazas negociadoras. En el tratado concluido en Münster en mayo de 1648, España aceptó al fin la independencia neerlandesa, pero la Guerra Franco-Española continuó once años más, pues ambas potencias sobreestimaron sus perspectivas de futuros éxitos militares.

      Tensión y tolerancia después de 1648