El Sacro Imperio Romano Germánico. Peter H. Wilson
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Название: El Sacro Imperio Romano Germánico

Автор: Peter H. Wilson

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9788412221213

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СКАЧАТЬ siglo XIX. Esta teoría forma parte del relato estándar de progreso hacia el Estado centralizado, ejemplificado en Europa central por Prusia y Austria. A finales del siglo XVIII ambos territorios estaban fuera del entramado legislativo del imperio, por lo que cabría esperar que la posición de los judíos fuera allí mejor que en otras áreas más fragmentadas. Antes del Edicto de tolerancia de 1781, la situación en la monarquía Habsburgo no siempre era favorable. En 1745, el sultán otomano presentó una queja formal a la emperatriz María Teresa por el tratamiento recibido por los judíos de Bohemia.87 En 1714, Federico Guillermo I obligó a los judíos de Prusia a pagar un nuevo impuesto a cambio de retirar la obligatoriedad de portar un gorro rojo distintivo. La imprenta de la corte berlinesa esquivó al censor imperial y publicó la obra El judaísmo al descubierto, de Johann Andreas Eisenmenger, el primer libro antisemita moderno. Aunque estaba prohibido en el imperio, podía circular pues había sido impreso más allá de las fronteras imperiales, en la ciudad prusiana de Königsberg. Para ridiculizar al brillante intelectual judío Moses Mendelssohn, en su visita a Berlín de 1776, se le obligó a pagar la tasa fija que debía abonarse por cada cabeza de ganado que atravesaba la puerta principal de la ciudad. El trato recibido revela la superficialidad de la tolerancia de Federico II de Prusia, muy celebrada.88

      REFORMAS

      La Reforma protestante en el contexto de la historia del imperio

      Las causas de este terremoto cultural van más allá del ámbito del presente libro, pero necesitamos ver el contexto en el que emergió, dado que este explica por qué la nueva controversia religiosa fue diferente a la del imperio medieval. Desde principios del siglo XII, los concordatos entre papas y monarcas habían fomentado por toda Europa el crecimiento de Iglesias nacionales diferenciadas. Este proceso se aceleró hacia 1450 y contribuyó a que Carlos V no pudiera emular en la década de 1520 el éxito de Segismundo en el Concilio de Constanza, en el que logró resolver la reforma mediante un único concilio eclesiástico liderado por él. En esta época, el imperio estaba también evolucionando con rapidez gracias a los cambios institucionales, las llamadas «reformas imperiales», que tuvieron lugar en torno a 1500 (vid. págs. 393-401). Resultó crucial que en 1517 tales cambios no se hubieran completado, pues eso hizo que la resolución de la crisis quedase imbricada en la reforma constitucional.

      El problema de la autoridad

      El fracaso del liderazgo clerical llevó a teólogos y laicos a solicitar protección y apoyo a las autoridades seculares. Pero se había hecho imposible disociar la cuestión religiosa de la política, pues el apoyo político que recibía Lutero le llevó a expandir su movimiento evangélico, que pasó de limitarse a protestar dentro de la Iglesia romana a crear una estructura rival. Hacia 1530, la verdadera cuestión era de autoridad. No estaba claro quién, ya fuera el emperador, los príncipes, los magistrados o el pueblo, estaba autorizado a decidir cuál de las versiones del cristianismo era correcta. Tampoco estaba claro cómo resolver quién poseía la propiedad de la Iglesia o cómo afrontar las disensiones. Ciertos reformadores como Kaspar Schwenckfeld y Melchior Hoffmann rechazaban todas las autoridades establecidas, prácticamente, y unos pocos como Thomas Müntzer aspiraban a una sociedad comunitaria y piadosa. Estos radicalismos quedaron desacreditados por la violencia que acompañó a la revuelta de los caballeros (1522-1523) y la guerra campesina (1524-1526) (vid. págs. 554-555, 584-586).