A cuadro: ocho ensayos en torno a la fotografía, de México y Cuba. Beatriz Bastarrica Mora
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СКАЧАТЬ con ese fin de control social que comenzamos a observar en Occidente poco después de la invención de la fotografía, Magallanes, quizás en colaboración con sus retratados, quiso introducir matices diferentes en estos retratos, esos mismos matices de los que nos hablaba Burke al decirnos que “lo que recogen los retratos no es tanto la realidad social cuanto las ilusiones sociales, no tanto la vida corriente cuanto una representación especial de ella”.25 El retrato de Eduarda Rodríguez (imagen 7) supone, de hecho, un excelente ejemplo de esa “inmunidad transitoria de la realidad” de la que Burke nos habla.

      Imagen 7

      Fuente: Registro de Domésticos de la Ciudad de Guadalajara, Archivo Municipal de Guadalajara.

      Fuente: Colección Particular de las hermanas Ana Rosa y Patricia Gutiérrez Castellanos.

      La muchacha ganaba, en 1894, tres pesos al mes trabajando como recamarera para Octaviana García. Una posición social bastante diferente a la de la mujer que aparece en la fotografía que mostramos junto al retrato de Eduarda, cuyo nombre no ha llegado a nosotros, pero a la cual encontraremos de nuevo en la colección fotográfica familiar de las hermanas Castellanos, fotografiada por Pedro Magallanes con motivo de su boda. En ambos retratos se cuida todo por igual: la pose de la mujer, el fondo, la luz, el encuadre… ambos son retratos meticulosamente elaborados, que seguramente dejaron satisfechas a sus protagonistas, como dispositivo que les permitía pasar a la posteridad de un modo económico y muy moderno.

      Al hacer una segunda comparación, nuestras conclusiones se refuerzan. Marcelino Madrigal, cochero de 23 años, natural de Guadalajara, trabajaba en 1894 para el Sr. Brizuela, por el elevadísimo sueldo, para un doméstico, de 25 pesos mensuales. Él también acudió a retratarse al estudio de Magallanes, y el resultado es la imagen que ven en el lado izquierdo de la página.

      Imagen 8

      Fuente: Registro de Domésticos de la Ciudad de Guadalajara, Archivo Municipal de Guadalajara

      Fuente: Colección Particular de las hermanas Ana Rosa y Patricia Gutiérrez Castellanos.

      Es esta una de las imágenes más bellas del Registro, que sin duda compite en calidad estética y técnica con la que la acompaña a su derecha, perteneciente a la colección familiar de las hermanas Ana Rosa y Patricia Castellanos. El fondo usado por Magallanes para el retrato de Marcelino es, de hecho, el mismo que utilizó para sus propios retratos de boda con Clotilde. En su retrato fotográfico, el cochero se muestra galante, seguro de sí mismo, erguido y fuerte. Algo a lo que ayuda, una vez más, lo cuidado de todos los aspectos técnicos del mismo. Quizás sea mucho suponer, pero no cuesta imaginar a Marcelino encargando más de las dos copias de su retrato requeridas por la Jefatura Política, para así tener alguna que firmar y dedicar como regalo, algo tan común en la época. Costumbre, por cierto, gracias a la cual estamos hablando, en estas páginas, de Pedro Magallanes.

      Y, de este modo, el propio Magallanes encuentra su lugar en la historia, retratando a personas trabajadoras, contribuyendo a la construcción de su imagen pública en un Registro que ciertamente no se pensó con ese fin, pero que acabó por contener, seguramente, la mayor cantidad conocida de retratos realizados en su estudio. Trabajando desde lo más íntimo y para lo más público, como todo un fotógrafo moderno.

      Imagen 9. Autorretrato de Pedro Magallanes

      Fuente: Colección Particular de las hermanas Ana Rosa y Patricia Gutiérrez Castellanos.

      25 Burke, 2005: 32.

      Capítulo ll

      La fotografía de costumbres de José Luis Requena en el semanario ilustrado El Mundo (1896)

      Brenda Ledesma

      Universidad Nacional Autónoma de México

      La fotografía de costumbres (al igual que la pintura de género homónimo) era descriptiva de la gente, de sus prácticas, de los entornos y de los gestos, pero además podía tener el fin de emocionar, de conmover, de entretener, de ridiculizar, o incluso de dar una lección política o moral a sus espectadores. Este capítulo analiza el caso de José Luis Requena, un fotógrafo aficionado mexicano que practicó la fotografía costumbrista siguiendo convenciones pictóricas en la representación de escenas maternales e infantiles.

      En el cambio del siglo eran cada vez menos las operaciones y los instrumentos que se necesitaban para hacer fotografías. La salida al mercado de la cámara Kodak en 1888, que funcionaba con solo girar una manivela y presionar un botón, así como la creación de modelos de cámara de diversos fabricantes como la Poco o la Ray, facilitó el manejo de los dispositivos fotográficos a quienes no eran especialistas. El número de aficionados a la fotografía en el mundo se multiplicó, y México no fue la excepción.