Camilo, señor de la vanguardia. William Gálvez
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СКАЧАТЬ por parte del gobierno. Este pone al servicio de la búsqueda del importante personaje los mayores recursos a su alcance. La prensa nacional, sin duda, recogerá como noticia de primera plana el dramático suceso. Pero cuando el jefe desaparecido es un héroe nacional, cuando este hombre casi pertenece a la leyenda –y ha sabido ganarse la admiración y el cariño de su pueblo, por sus hazañas y modestia–, entonces no solo las fuerzas oficiales se ponen en función de tal empresa, sino que a la búsqueda se incorpora toda la nación, convencida de que ha perdido algo que le pertenece, segura de la trascendencia de la vida de este incansable defensor de su causa. Y, desde luego, el país no escatimará esfuerzos para encontrarlo.

      Esto es lo que ocurre en Cuba cuando la desaparición de Camilo. Son once días de ininterrumpido trabajo. Jornadas en las que todo el pueblo participa y sufre, al hacerse evidente, con el transcurrir de cada día, la dolorosa certidumbre de una desaparición definitiva.

      En un instante, como consecuencia de una falsa noticia echada a rodar por los enemigos de la Revolución, al anunciar la radio que Camilo había sido hallado, estalla la alegría de la espontánea emoción popular. Es aquella falaz noticia una acción de caracteres tan malvados y reaccionariamente sutiles que, luego de desmentida, el pueblo llora unánimemente en montes y ciudades. Sobre los hombros de los enemigos de la Revolución cae la condena de la sensibilidad universal.

      En aquellos días de desesperada búsqueda, personalmente dirigida por Fidel, queda demostrado el enorme esfuerzo realizado por toda Cuba para localizar al desaparecido jefe, en el afán de que este continuara creando y construyendo un mundo mejor.

      ¿Por qué Camilo Cienfuegos gana tan alto grado de admiración y cariño? ¿Por qué esa demostración masiva y espontánea del pueblo por encontrarlo? Estas dos preguntas tienen una sola respuesta: el pueblo, la Revolución y Camilo son siempre factores inseparables de una misma causa.

      Pero, para ampliar esta respuesta es obligación aportar datos que nos permitan conocer a fondo la trayectoria revolucionaria del héroe popular. Sabemos que desde la desaparición física de Camilo hasta la actualidad, se ha escrito mucho acerca de su vida e incansable labor revolucionaria, pero en forma dispersa y no con todo el rigor necesario. En casi todo el material publicado en Cuba pueden encontrarse errores: fechas, exageraciones, mentiras, lugares o cifras que pueden confundir al lector. Indudablemente, todo este material es escrito con la sana intención de dar a conocer la trayectoria del inolvidable héroe de la Revolución Cubana, no así lo escrito por los enemigos; pero a nuestro juicio personal, este propósito no se logra plenamente. En estos reparos incluimos, desde luego, nuestros anteriores trabajos acerca de Camilo –algunos ya publicados–, y somos los primeros en reconocer que adolecen de tales deficiencias.

      Por eso, en esta ocasión, nos proponemos realizar un análisis lo más completo y fiel, de acuerdo con nuestras posibilidades, en torno a la vida de Camilo Cienfuegos. Para aproximarnos a ese objetivo, nos dedicamos durante varios años al estudio de su existencia plena –desde su nacimiento hasta su desaparición física–, con el propósito de que la juventud y nuestro pueblo cuenten con una fuente lo más detallada y veraz, acerca de uno de sus más queridos hijos. Lejos estamos de asegurar que en este trabajo aparece el ciento por ciento de su vida y sus luchas. Lamentablemente, nos es imposible poder recopilar todos los discursos que pronunció, y en ocasiones solo hemos localizado versiones extractadas de algunas de sus intervenciones públicas. Sin embargo, creemos que este libro recoge los principales hechos de su breve pero grandiosa existencia, tanto antes de la lucha de liberación como en ella, y después del triunfo.

      En este bosquejo biográfico acerca de Camilo, se resalta su humilde procedencia y cómo llega a convertirse en un héroe legendario de la lucha insurreccional, dejando a su breve paso una imborrable huella en la larga historia revolucionaria de nuestra patria. Son muchos los años transcurridos desde su triste pérdida, pero el tiempo, lejos de disipar esta huella, hace cada día más concreta y definitiva su trascendencia en la conciencia política y la veneración patriótica de nuestro pueblo.

      ¿Por qué ha ocurrido esto?

      Consideramos que este modesto trabajo puede dar respuesta a esa pregunta. En las páginas de este libro intentamos reflejar cómo, a pesar de su fugaz vida revolucionaria, este humilde hijo del pueblo alcanza en su pensamiento y en su acción, el desarrollo político e ideológico más profundo y completo. La intensa vida revolucionaria de Camilo –que solo en pocos años se coloca a la vanguardia de nuestro pueblo–, experimenta un acelerado proceso de maduración cuando la muerte súbita la troncha prematuramente –a los 27 años de edad–, en el mismo momento en que la Revolución inicia la dura y decisiva batalla frontal contra el imperialismo yanqui y la contrarrevolución interna.

      Ese proceso queda trunco en el instante en que ya el héroe de la Invasión, el guerrillero invicto y audaz, alcanza también la talla de dirigente revolucionario íntegro y experimentado, entregado con todas sus fuerzas a la aplicación de la política de la Revolución y en defensa del pueblo. Pero ni siquiera la estatura alcanzada por Camilo en el fatal momento de su desaparición, podría servirnos para trazar una medida completa acerca de su trascendencia e influencia en nuestro proceso revolucionario. Él es aun mucho más que eso. No olvidemos a Fidel cuando dice: “Camilo seguirá viviendo en hombres como él, y en hombres que se inspiren en él”. No olvidemos que el Che señala que “la vida de hombres como Camilo tienen su más allá en el pueblo; no acaban mientras este no lo ordene”.

      Por eso, aunque muere cuando todo en realidad estaba aún por hacer, Camilo es, y será siempre, para nuestro pueblo ese difícil modelo de lo máximo que puede dar un hombre entregado a la causa de la Revolución, y que se define en una sola palabra: VANGUARDIA.

      He aquí, precisamente, las palabras pronunciadas por Fidel –cuando nuestro Partido comienza a dar los primeros pasos en su organización–, hace ya más de una década:

      Camilo lleva a la lucha el instinto revolucionario de su hogar obrero, el amor a la causa de los humildes y explotados, la más absoluta pureza de ideales y el repudio hacia la explotación y la dominación imperialistas, los cuales no solo sufrió en carne propia como trabajador en Cuba –donde llegado el momento supo estrechar filas con los que estaban dispuestos a todo–, sino también como emigrado forzoso en Estados Unidos.

      Camilo es fiel a su origen de clase. Nace en una de las épocas más convulsas de la historia republicana de nuestro país. Su nacimiento ocurre en una década (1925-1935) decisiva para la toma de conciencia de todo el pueblo –y en especial del proletariado cubano–, en cuanto a la necesidad insoslayable de liberar a Cuba de la férrea dependencia neocolonial a que Estados Unidos sometía a la isla. Recordemos la fundación del primer Partido Comunista y de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC) en 1925, dos hechos ejemplificadores.

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