Название: Camilo, señor de la vanguardia
Автор: William Gálvez
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: El hombre es tierra que anda
isbn: 9789874039149
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No hay duda de que en toda América la era definitiva de la liberación se acerca. El proceso revolucionario cubano no se circunscribe a nuestra querida isla, se extiende desde el río Bravo hasta la Tierra del Fuego. El movimiento que nuestro pueblo ha desarrollado tiene marcada influencia sobre nuestros hermanos de toda la América. Ya tiemblan los pocos tiranos que quedan dispersos en nuestro continente (...) Los pueblos oprimidos saben de nuestra identificación con la causa libertadora de América.15
El ideal de unidad latinoamericana aparece fuertemente subrayado por Camilo en estas declaraciones, formuladas en una entrevista al corresponsal de una revista mexicana, a mediados de 1959:
Estamos llamando a los pueblos de América que nos visiten. A los hermanos latinoamericanos que vengan aquí, comprueben la gran verdad, no se hagan eco de las calumnias ni las mentiras de la prensa extranjera, pagada por los intereses poderosos que han afectado las medidas revolucionarias necesarias que se han hecho. Que comprueben nuestro trabajo, queremos ser ejemplo de América y queremos ser ejemplo para que los demás países nos visiten, para que los demás países copien lo bueno que tenemos, para confraternizar con los demás hermanos de América, para aprender de ellos sus cosas útiles y para abrazarnos con ellos en la hora hermosa de la libertad social, de la libertad de todos los tipos que hemos alcanzado en Cuba y que aspiramos que sea una hermosa realidad en toda América muy pronto.16
Hay una foto que se convierte en histórica y, con justicia, en símbolo del triunfo de nuestra Revolución, tomada el 8 de enero de 1959, al cabo de seis años de la dura lucha que se inicia en el Moncada, se continúa en la cárcel, en el exilio, en la expedición libertadora del Granma y, finalmente, culmina tras 25 meses de heroica guerra revolucionaria: Fidel entra victorioso en La Habana; el pueblo lo aclama con desbordada manifestación de júbilo, a su lado, ametralladora en mano, montando guardia junto al Jefe de la Revolución, como en los primeros y azarosos días de la Sierra Maestra, va Camilo.
Puede decirse que esta foto es también como un símbolo del cariño entrañable, la devoción fraterna y la lealtad infinita de Camilo hacia Fidel, que nuestro Comandante en Jefe reciproca a su vez con el afecto y la confianza más absolutos. Esos sentimientos de completa identidad de criterios y de hermandad revolucionaria entre Fidel y los principales luchadores de nuestra Revolución –como ocurre de manera singular en el caso de Camilo–, van mucho más allá de una simple y hermosa expresión de afinidad y compañerismo, para convertirse en un hecho de extraordinaria importancia política e ideológica. Ellos son exponentes de la unidad indestructible del núcleo dirigente de la Revolución Cubana, cimentada en la comunidad de ideales y en el acatamiento de la Jefatura y la guía esclarecida de Fidel,
Camilo [dice el Che] era un devoto de la lealtad que la usaba en dos grandes líneas con el mismo resultado; tan devoto de la lealtad personal hacia Fidel que encarnaba como nadie y era devoto de la voluntad del pueblo; pueblo y Fidel marchan unidos y así marchaban unidas las devociones de Camilo.
Estos sentimientos definen, del modo más claro y preciso, el pensamiento político y revolucionario de Camilo. En aquellos momentos, cuando la Revolución no ha llegado aún a sus últimas definiciones ideológicas, cuando la unidad de todos los revolucionarios y de las masas es más urgente y necesaria que nunca, de la que depende en gran medida la supervivencia misma del poder popular, la lealtad sin límites profesada hacia Fidel y el pueblo, la pureza sin manchas de sus ideales y su conducta revolucionaria, su desinterés absoluto en el servicio de la causa, su enorme autoridad política y su prestigio, son factores de un extraordinario valor para hacer prevalecer los principios en todas las circunstancias y para llevar adelante la línea de amplia unidad revolucionaria que traza el Jefe de nuestra Revolución, opuesta a todo género de sectarismo y divisionismo.
Más que cualquier otro tipo de proclamación teórica o doctrinaria, esta ejemplar e invariable actitud del inolvidable Comandante del Pueblo, al lado de Fidel y de la Revolución, constituye por sí misma la mejor y más radical definición ideológica que cabe esperar entonces de un revolucionario.
Para finalizar, a modo de resumen, quisiéramos agregar que la medida del desarrollo político y revolucionario alcanzado por compañeros que, como Camilo, desaparecen prematuramente durante la lucha insurreccional o en los primeros tiempos de la Revolución en el poder, debe ser abordada con un criterio profundamente dialéctico, con el más estricto rigor histórico, evitando, sobre todo, el error de una deformación esquemática, tanto por defecto como por exceso.
¿Qué es Camilo?, nos preguntamos hoy. Y respondemos sin vacilación:
Camilo es un revolucionario de cuerpo entero, modelo insuperable de combatiente y de vanguardia; hombre de pensamiento radical y antiimperialista; revolucionario surgido del pueblo en el que late y se desarrolla aceleradamente un revolucionario comunista cabal, de sentimientos y de corazón. Porque, ¿qué es un revolucionario comunista? ¿Por qué nuestro pueblo se une al gobierno revolucionario comunista? Para ser revolucionario comunista, hay que tener un profundo sentimiento patriótico; y ese es el sentimiento de Camilo. Para ser revolucionario comunista, hay que querer, respetar y defender al pueblo ¡y Camilo es la imagen del pueblo! Para ser revolucionario comunista, hay que tener una actitud resuelta frente a las injusticias, frente a la explotación y frente al imperialismo ¡y esa es la actitud de Camilo! Para ser revolucionario comunista, hay que poseer calidad humana, sencillez y modestia ¡y Camilo tiene esa calidad, es modesto y fraterno! Para ser revolucionario comunista, hay que ejercer la responsabilidad en el cumplimiento del deber ¡y Camilo es un ejemplo insuperable de disciplina y responsabilidad! Para ser revolucionario comunista, hay que estar dispuesto a pelear, y a morir si es preciso, por la causa de la Revolución y ¡Camilo está siempre en disposición de darlo todo, y arriesga mil veces su vida en aras del triunfo de la Revolución! Para ser revolucionario comunista, hay que tener un profundo sentimiento internacionalista ¡y Camilo manifiesta en muchas oportunidades su disposición de luchar por la liberación de otros pueblos! Para ser revolucionario comunista, en Cuba, hay que estar junto a Fidel y a su probada y acertada dirección histórica; y allí, junto a Fidel, en la primera fila de los hombres de la Revolución, siempre está Camilo.
El autor
3 Periódico Revolución, La Habana, 30 de octubre de 1959.
4 Ibídem, 31 de octubre de 1959, p. 18. Las cartas y documentos que se incluyen en la presentación son copias fieles de los originales presentados por el autor (nota del editor).
5 Copia, archivo del autor.
6 Se refiere a José Martí, máximo líder independentista cubano y padre de la patria.
7 Últimos acentos de una voz revolucionaria. La Habana, Imprenta Nacional de Cuba, 25 de octubre de 1960, pp. 6-7.
8 Ibídem.
9 Ibídem, p. 14.
10 “Siete preguntas al comandante Camilo Cienfuegos al mes y medio de la Revolución”, revista Bohemia, La Habana, 22 de febrero de 1959.