Camilo, señor de la vanguardia. William Gálvez
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СКАЧАТЬ Maceo’ y ‘Marcelo Salado’ del Movimiento 26 de Julio y la columna ‘Máximo Gómez’ del Partido Socialista Popular”.

      Entre las múltiples reuniones en que participó Camilo con los obreros y campesinos en el norte de la antigua provincia de Las Villas, resaltó la celebración, en el territorio rebelde que comandaba, de un Congreso Nacional de Trabajadores Azucareros, que contó con más de 700 delegados y la constitución de la primera Asociación Campesina de aquel territorio en plena guerra. La satisfacción y alegría que lo embargaban participando en aquel conjunto de actividades obreras, las expresó a Fidel en la carta de la época: “… hoy cuando hablé a los azucareros, sentí una de las grandes emociones de estos años de lucha”.

      La lectura sobre la mantenida acción unitaria de Camilo, nos demuestra que esta fue un elemento de gran importancia para acelerar el avance insurreccional en la provincia donde operaba y aproximar el colapso de la tiranía.

      De enero de 1959 hasta su desaparición en octubre de ese año, Camilo participó junto a Fidel en las más trascendentales decisiones de la Revolución y tuvo la oportunidad de pronunciar más de veinte discursos pletóricos de patriotismo y entrañable fidelidad a la Revolución y a su máximo dirigente.

      Cuando la corriente derechista pequeñoburguesa infiltrada en el movimiento revolucionario trató de frenar el avance del proceso liberador, cuando latifundistas e imperialistas desataron las primeras campañas contra el consecuente castigo a los asesinos y torturadores, y el viejo fantasma del anticomunismo comenzó a ser agitado, Camilo se destacó entre los dirigentes revolucionarios que, con Fidel a la cabeza, promovían y llevaban adelante una solución radical para los tradicionales males de Cuba, cuyo fondo estaba en la dependencia del imperialismo norteamericano y el sistema explotador del capitalismo.

      Una de las expresiones de esa vertical posición quedó demostrada en su clara visión sobre la necesidad de armar y entrenar militarmente a la clase obrera, a los campesinos y al resto del pueblo: “… el trabajador quiere armas y nosotros, el ejército, le vamos a dar a los trabajadores esas armas (…) los obreros quieren instrucción militar y nosotros le daremos a esos obreros instrucción militar”.

      Por ello, cuando la traición levantó su garra en el entonces regimiento de Camagüey, amparándose en la sucia bandera del anticomunismo, Fidel envía a Camilo, una vez más, como vanguardia, en esta ocasión, para iniciar el enfrentamiento definitivo a una maniobra contrarrevolucionaria, enlazada con otras ya en marcha, como el ametrallamiento a la capital por aviones procedentes de Estados Unidos.

      Al seleccionar a Camilo para esta misión tan compleja, Fidel veía en él la más alta representación de la lealtad, la valentía y la audacia, pero simultáneamente, apreciaba en Camilo –para enfrentar un problema de abiertos matices ideológicos–, al dirigente político de sólida e inquebrantable formación proletaria.

      Es así como, bajo la dirección de Fidel y junto a este, encabeza la acción de masas del pueblo camagüeyano, con lo cual se consuma el aplastamiento de la intentona reaccionaria y la Revolución reafirma su rumbo inquebrantable.

      Unos días más tarde se produjo su trágica desaparición, precisamente cuando regresaba de cumplir tareas de consolidación revolucionaria en la provincia agramontina, convirtiéndose desde entonces en alto símbolo y bandera de la Revolución. El Señor de la Vanguardia de los días de la guerra revolucionaria, actuaba ya como un hombre del Partido que construiríamos después.

      Fidel definió para la historia el significado de Camilo al decir que: “Camilo es, sencillamente, un hombre del pueblo, que salió del pueblo. Es decir, que el pueblo ha dado los jefes”.

      Y también enmarcó para los tiempos futuros de nuestro país la vigencia de su excepcional ejemplo personal: “Cada vez que el pueblo vea momentos difíciles, cada vez que los hombres jóvenes, los campesinos, los obreros, los estudiantes, cualquier ciudadano, crea que el camino es largo, que el camino es difícil, se acuerde de lo que hizo él, se acuerde de cómo nunca, ante los momentos aquellos difíciles, perdió la fe”.

      Ese es el Camilo de siempre, que revive entre nosotros esta obra, con aquella jovialidad que no le abandonaba ni aún frente a mortales peligros, armónicamente engarzada con un profundo sentido de la responsabilidad y de la disciplina que en él se daban de forma natural y con un sello personal carismático.

      Camilo, como se reseña en el libro, quiso ser escultor y no pudo. La necesidad de ganar el pan diario con su trabajo lo impidió. Quizás entonces –en 1949–, se sintió como uno más, entre los miles de jóvenes frustrados de aquella triste época. Sin embargo, las páginas que siguen no muestran la vida de un escultor fracasado, sino la vida de un escultor simbólicamente realizado porque él pudo dejar para la eternidad, como uno de sus autores de primera línea, la más hermosa y trascendente de las obras sociales, la Revolución que libra al hombre de la explotación, y le otorga y reconoce su plena dignidad.

      Raúl Castro Ruz

      Ciudad de La Habana, agosto de 1979

      “Año XX de la Victoria”

      2 Todas las citas que aparecen en el prólogo son extraídas de los materiales que conforman este libro.

      Introducción

      … Camilo era Camilo, señor de la vanguardia, guerrillero completo

      que se imponía por esa guerra con colorido que sabía hacer.

      Che

      El 30 de octubre de 1959, los cubanos recibieron, consternados, la edición del matutino Revolución, exponente de una nota de matices dramáticos.

      la sección de prensa y radio del e. m. del ejército rebelde informó anoche lo siguiente:

      Se hace saber por este medio a la opinión pública, que en el día de ayer, 28 de octubre, a las 6:01 p. m. salió del aeropuerto de Camagüey, el avión bimotor de las FAR, marca CESSNA 310 N° 53 de cinco plazas, rumbo a La Habana, conduciendo al Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, Cmdte. Camilo Cienfuegos quien iba acompañado por el piloto de dicho avión, 1er. Tte. Luciano Fariñas Rodríguez y el soldado rebelde Félix Rodríguez, los que desgraciadamente, no han llegado a su destino.

      Las búsquedas efectuadas hasta ahora, han resultado infructuosas, las que se reanudaron hoy en toda el área comprendida entre La Habana y Camagüey. La existencia de turbonadas a esa hora entre Ciego de Ávila y Matanzas, pueden haber ocasionado algún accidente, estimándose que haya ocurrido en un punto al norte de la provincia de Camagüey, Las Villas o Matanzas.

      Al día siguiente, la expectación era aún mayor. Cinco líneas firmadas por un legendario comandante de la Revolución, intentaban llevar al pueblo adolorido y en creciente tensión, la información que el mando revolucionario vinculaba a la solicitud de serenidad y calma ante el dolor popular por la desaparición de uno de sus victoriosos guerrilleros, de una sonrisa que caló muy hondo en el gran corazón del pueblo:

      Informe a la ciudadanía que la búsqueda prosigue con toda intensidad, hasta estos momentos no hay ninguna noticia oficial sobre el avión en que viajaba el comandante Camilo Cienfuegos. Inmediatamente que se tengan noticias confirmadas, serán ofrecidas al pueblo. Se ruega que se tenga la mayor serenidad y calma.