Название: La tecnología, siglos XVI al XX
Автор: Leonel Corona Treviño
Издательство: Bookwire
Жанр: Управление, подбор персонала
isbn: 9786070254468
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Un problema serio para las haciendas de beneficio es el desagüe de las minas. A mediados del siglo XVI se introduce el mecanismo de malacate que en forma de noria y movido por tracción animal sube el agua enrollando cuerdas en las que son atadas botas con agua. Las aplicaciones de nuevas invenciones en la minería de la época se complementan con las técnicas simples que aportan los indígenas. Éstos desarrollan, por ejemplo, sistemas de ventilación y de desempedrado sin emplear pólvora.
El desarrollo de esta forma extensiva de la explotación de minerales, dado el bajo contenido de plata, conlleva a una trayectoria tecnológica* de baja inversión en maquinaria, con instrumentos simples y, por tanto, sin grandes requerimientos técnicos. Esta avalancha de invenciones, dada su sim plicidad técnica, no permite construir ni acumular una capacidad tecnológica endógena.
Las técnicas en otras actividades productivas
La hacienda es la unidad productiva más importante durante todo el periodo colonial. En ella se genera la producción para el autoconsumo y para el mercado. Se trata de haciendas de beneficio (mineras) y agrícolas como azucareras, maiceroganaderas, cerealeras, pulqueras, henequeneras y algodoneras.
En el siglo XVII se importan de Europa diversas técnicas, instrumentos mecánicos y herramientas de hierro. Se trata de relojes portátiles, ballestillas y astrolabios, entre otros. Las escuadras, volantes, tórculos, moldes de hierro y cuños se emplean para habilitar la Casa de Moneda, cuyos talleres de fundición, creados en 1531, se consideran los primeros en aplicar normas industriales de producción. La fabricación de tornillos troquelados o tórculos, volantes de cuños y otras máquinas sencillas son también de las primeras en mecanizarse. De igual modo, se introducen prensas para imprimir y otros instrumentos empleados en las liturgias religiosas. Las ruecas o redinas y telares o zarjas utilizados en los obrajes de paños, lanas y sedas son copiados y construidos localmente. También se introducen tornos de alfar en la manufactura de loza blanca y Talavera, la cual implica ciertas complicaciones en la técnica y composición química de los pigmentos y mezclas de la arcilla, junto con el diseño de los hornos.35
Algunos de los instrumentos técnicos empleados en las manufactureras y en los ingenios de azúcar y trapiches (de cierta complejidad) son inventados localmente. No sucede lo mismo con las materias primas de hierro, acero para engranes, ejes, planchas y tornillos, los cuales son importados.36
Las técnicas europeas se difunden en las haciendas agrícolas. En las azucareras se emplean técnicas de irrigación árabes introducidas por los españoles y se explota el trabajo indígena y de esclavos africanos. Se utiliza el molino o el trapiche de madera de tres mazas verticales movidos por una gran rueda hidráulica vertical y la casa de purgar para obtener los panes de azúcar. En la primera mitad del siglo XVIII comienzan a diversificarse las actividades productivas, los talleres de alfarería, fundición, y los obrajes, sin abandonar las formas artesanales de organización.
El pragmatismo científico. Fundación de la Universidad
En 1536 los franciscanos fundan la primera institución de cultura superior en la Nueva España: se trata del Imperial Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, considerado la primera institución de transculturación mexicano-europea, en el que se impartían cátedras de latín, retórica, filosofía, teología, música, lógica y medicina bajo los mismos estatutos de los colegios europeos.37 En el mismo colegio "los niños indios empezaron a escribir en su lengua y en español, y a incorporarse no sólo a la nueva religión, sino a la nueva cultura".38
El primer egresado de ese colegio es un médico, Martín de la Cruz, quien en 1552 escribe el primer tratado de farmacología en el continente americano. Esta primera monografía científica de la botánica indígena trata de los usos medicinales de las plantas en México. Sus principios activos, luego de ser validados, son incorporados a la farmacopea internacional. La obra es traducida del mexica al latín por otro indígena, Juan Bodiano,39 y enviada a Europa.
La creación de la Universidad en 1551 (con el grado de Pontificia a partir de 1595), bajo el modelo de la Universidad de Salamanca, introduce la enseñanza de las ciencias en la Nueva España.40 En su cátedra de artes se enseña matemáticas, dibujo lineal y geométrico, física, teología, astrología, anatomía y cirugía, mismas que se fueron sumando en el transcurso de los siglos XVI y XVII. En los seminarios de San Pedro y de San Pablo, fundados en 1573, se imparte cosmografía orientada a la física práctica y a la topografía.
Con la cátedra de medicina en la Universidad de México inicia el desarrollo formal de la ciencia médica mexicana. En 1567 se gradúa el primer doctor en medicina, Pedro Farfán,41 y tres años más tarde se imprime el primer libro de medicina en América, titulado Opera medicinalia escrito por el español Francisco Bravo.42
Sin embargo, el establecimiento de la Universidad no implica el acceso de los nativos, por lo que la oportunidad de aportar al conocimiento universal durante los dos primeros siglos de vida colonial es limitada, a pesar de la creación de una serie de instituciones de enseñanza que se proponen incorporar al indígena al conocimiento y cultura occidental.
Las ciencias y las enseñanzas técnicas están orientadas a la extracción de minerales. Esto no es así para el fomento de la producción fabril, ya que compite con la metrópoli. Los precursores de los estudios de la ciencia y las técnicas lo fueron a título personal más que a nivel de instituciones.
Las cátedras de astronomía y matemáticas más relacionadas con la generación de conocim ientos en aplicaciones técnicas para las actividades productivas, como la ingeniería, la hidráulica, la arquitectura y la mineralogía, esperan casi cien años para ser impartidas como disciplinas científicas. Su implementación se relaciona con la figura de Carlos de Sigüenza y Góngora, cuya obra abarca desde el ámbito de la ciencia pura hasta el de las artes mecánicas. De hecho, este ilustre personaje es responsable de uno de los primeros levantamientos cartográficos más precisos de los territorios de la Nueva España.43
Sin embargo, los contactos con los científicos europeos son escasos en estos siglos. En todo caso, las pocas aportaciones al Nuevo Mundo se deben a emigrantes, médicos y religiosos europeos.44
En esa época destacan las observaciones naturalistas de Francisco Hernández y el surgimiento y desarrollo de los instrumentos de medición. En 1571 llega a México el doctor Francisco Hernández, designado por Felipe II protomédico general de todas las Indias, quien se da a la tarea de "[...] indagar, describir y comprobar СКАЧАТЬ