Название: La tecnología, siglos XVI al XX
Автор: Leonel Corona Treviño
Издательство: Bookwire
Жанр: Управление, подбор персонала
isbn: 9786070254468
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Dos hechos enmarcan las condiciones técnicas a partir de la segunda mitad del siglo XVI en la Nueva España: un gran descenso de la población indígena y, por tanto, de la fuerza de trabajo;26 y las Leyes de Indias decretadas por la Corona para reorganizar el trabajo social e incrementar la extracción de riqueza minera.
En efecto, para mediados del siglo XVI se presenta una escasez de fuerza laboral indígena por las epidemias contagiadas por los conquistadores y la brutalidad de la explotación del trabajo. La encomienda no basta para cubrir las voraces demandas de los conquistadores, pues no hay suficientes trabajadores y muchos terratenientes no encomenderos reclaman mano de obra indígena.
La respuesta ante el problema de escasez de fuerza laboral es el repartimiento que regula la explotación de la fuerza de trabajo. El repartimiento es un método de otorgamiento de encomiendas que pretende racionalizar el empleo de la mano de obra entre los distintos propietarios; se propone abolir el trabajo no recompensado y la esclavitud, la asignación de tierras y la distribución de tributos. Se establece por "Reales Órdenes" para regular el trabajo indígena, el cual permanece 75 años a partir de la segunda mitad del siglo XVI.
El repartimiento que adopta la Corona española se combina con la organización del trabajo a la llegada de los conquistadores. Existen dos métodos de repartimiento: el español y el del coatequitl indígena. En el repartimiento, como en el tributo, los gobiernos españoles trataron de conservar las organizaciones indígenas existentes y las exenciones que se aplicaban a las clases maceguales que permanecieron al servicio de los gobernantes indígenas locales.27
Junto con este proceso se producen cambios importantes en la propiedad de la tierra hacia la creación de grandes propiedades, que culminan en el último tercio del siglo XVII con el establecimiento de la hacienda, constituida en la unidad productiva a lo largo de todo el periodo colonial.
Por diversos medios, en el siglo XVI la Corona trata de crear una fuerza de trabajo con libertad de escoger sus propias tareas y ser recompensada por salarios; sin embargo, dado que la motivación se centra en limitar el poder y controlar la economía de la Nueva España, en los hechos se crea una fuerza laboral restringida sobre todo a la hacienda en la que labora. Por ello las técnicas se adecúan a esta explotación extensiva del trabajo.
La actividad económica de la Colonia se centra en la minería, a la cual se encadenan las otras actividades productivas, principalmente la agricultura, proveedora de alimentos para satisfacer las demandas de las poblaciones mineras.
A partir del segundo tercio del siglo XVI los beneficiados en las concesiones de explotación minera y las autoridades virreinales introdujeron en la Nueva España las técnicas y procedimientos conocidos hasta entonces en Europa. La minería ya era conocida por los indígenas, pues con métodos rudimentarios obtenían oro, plata, cobre, estaño, plomo y mercurio; con excepción del plomo y del mercurio, los metales se obtienen en estado nativo; el oro se recoge en pepitas de las arenas de ríos con alto contenido de plata y casi con completa ausencia de cobre; además hacían aleaciones como la tumbaga de oro y cobre, y la de cobre con plata y bronce con diferentes proporciones de cobre y estaño.28 Sin embargo, la difusión de las técnicas europeas se limita a las herramientas y máquinas sencillas, pues los complejos mecánicos no se adaptan al medio, o hacen faltan recursos técnicos o estudios para su adquisición e instalación.
La introducción de técnicas y las innovaciones realizadas durante el periodo colonial responde más a adecuaciones de las condiciones locales que a la búsqueda de procedimientos de mecanización para sustituir fuerza de trabajo. Así, por ejemplo, no se aplicaron las bombas para desaguar las instalaciones de transmisión remota por ejes; sin embargo sí se introducen y adaptan, a mediados de siglo, técnicas simple como el cabrestante de caballería o malacate para desagüe de minas y la bomba de desagüe de minas profundas. De ahí que es restringido el uso de procedimientos de mecanización.
En este periodo la principal innovación en la minería es el "método de patio", que permite disminuir las grandes cantidades de leña que consume el método de fundición empleado. Al comenzar la segunda mitad del siglo XVI la explotación de plata decae por el alto costo del procedimiento de fundición, que consume gran cantidad de combustible. Su alto costo se recupera al fundir mineral de alta ley, pero se convierte en pérdida si no es tan rico. Para 1550 se agota el mineral más rico y superficial, y la productividad de la minería disminuye por la necesidad de extraerlo de excavaciones profundas. También comienza a escasear la madera, ya que algunas zonas cercanas a las famosas minas de plata del México central han sido casi desforestadas. Esta situación provoca el ímpetu para intensificar experimentos de sistemas menos costosos de beneficio de los minerales dando lugar al desarrollo del método de patio.29
Si bien este método puede derivar de las técnicas alemanas, el uso de mercurio para refinar el mineral argentífero se desarrolla en la Nueva España. Para Bergalló la afirmación del origen mexicano del método deriva de su aplicación comercial en gran escala.30 En efecto, Bartolomé de Medina, primero en solicitar la patente, reconoce haber aprendido de un alemán cómo utilizar el mercurio para refinar la plata.31 Otros inventores de la época, como Miguel Pérez Alemán y Gaspar Lomán de origen alemán, contribuyen al mejoramiento del método y también se les concede patentes.
No toda la plata en la Nueva España se extrae aplicando la técnica del beneficio de patio. Alrededor de 1632 dos terceras partes de la plata se producen mediante esta técnica.32 Sin embargo, dicho método es más rentable en minerales de alta ley, propio de las minas de plata europeas.
Dos de las tres materias primas —sal y magistral o sulfato de cobre— son abundantes en la Nueva España y su abastecimiento no representa obstáculos para el procedimiento de amalgamación. En cambio el azogue (o mercurio) es más costoso por ser un mineral raro y precioso. Dos grandes fuentes mundiales de azogue de la época se localizan en España, en posesión de la Corona. Para asegurar en su favor el control de los beneficios con su comercialización, la Corona decreta en 1559, dentro de las Leyes de Indias, el comercio exclusivo por cuenta del Rey de este insumo clave. La disposición del azogue en esta forma facilita el control de la explotación en gran escala de los abundantes yacimientos argentíferos de la América colonial.
Es sobre todo en torno a las explotaciones extensivas de minerales y a las dificultades que representa el abastecimiento de azogue que surgen algunas invenciones para mejorar el procedimiento de patio. Miguel Pérez Alemán logra un hallazgo químico para fundir los metales de plata (1544); Gaspar Lomán propone un método de fundición (siguiendo prácticas tradicionales en las minas europeas) para hacer rendir la baja ley de los minerales argentíferos (1550).33
La escasez y lo costoso del azogue estimulan el desarrollo de procedimientos que abaraten su uso en el método de patio. Así, sus mejoras responden principalmente a la escasez relativa de los materiales y no a un proceso de mecanización de las actividades mineras y СКАЧАТЬ