Cuente las estrellas en un cielo vacío. Michael Youssef
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Название: Cuente las estrellas en un cielo vacío

Автор: Michael Youssef

Издательство: Bookwire

Жанр: Религия: прочее

Серия:

isbn: 9781646911097

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СКАЧАТЬ Nuevo Testamento, Hechos 7. Ahí, Esteban, el primer mártir cristiano, se pone de pie frente al Sanedrín, el Consejo de gobierno en Jerusalén. Este es el mismo Consejo de gobierno que condenó a Jesús a muerte y que después también persiguió a Pedro y a Juan. Esteban conoce los corazones asesinos de los miembros del Sanedrín; no obstante, testifica sin temor alguno lo que Dios está haciendo a través de Jesucristo y su iglesia. Esteban está mostrando cómo Dios trabaja entre la gente a pesar de los esfuerzos de esos gobernantes por oponerse a Dios. Esteban dice:

      Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán, y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré. Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora (vv. 2-4).

      Esteban dice que Abraham se quedó en Harán. ¿Qué tipo de lugar era Harán? Era muy semejante a la ciudad de la feria de Vanidad, un lugar de tentaciones y seducción.

      Note la frase de Esteban: «Muerto su padre». Esas tres palabras lo dicen todo. Nuevamente, la Biblia no desperdicia palabras. Esteban está hablando ante el Sanedrín, un grupo de poderosos hombres de Medio Oriente. Quiero que escuche esta historia tal como ellos la escucharon, a través de la perspectiva de la cultura de Medio Oriente. Volveré a contarle la historia de Abraham y su padre, Taré. Quiero dejar en claro que esta es la versión de Michael Youssef de la historia y no tiene la autoridad de las Escrituras. Simplemente estoy usando mi «imaginación bautizada» para contar nuevamente la historia.

      Las correas del delantal de Taré

      Imagine conmigo la escena que tiene lugar en Ur de los caldeos. Dios le dice a Abraham: «Quiero que abandones Ur. Quiero que dejes atrás tu vida actual y que vayas a la tierra que te mostraré».

      De modo que Abraham fue a la tienda de su padre, Taré, abrió la entrada de la tienda, y dijo: «¡Papá!». Bueno, al ser esto el Medio Oriente, probablemente le dijo: «¡Abba!»

      —¿Qué pasa, Abram?

      —Tengo que dejar Ur. Tengo que irme lejos.

      —¿Irte? ¿A dónde vas a ir, hijo?

      —No sé a dónde, Abba. Solo sé que Dios lo llamó Canaán, y Él va a mostrarme a dónde ir.

      —¿Dios? ¿Cuál dios? Hay muchos dioses. Tengo una repisa entera llena de dioses. Dioses de oro, dioses de plata, dioses de hojalata...

      —No, Abba. Hay un único Dios, y Él me está llamando a esa tierra lejana llamada Canaán. Voy a dejar mi ciudad natal e ir a esa tierra. y Abba, voy a tener que dejarte.

      Ahora, la parte de la historia que estoy por describir enseguida es pura especulación de mi parte; no hallará esto en las Escrituras. Pero basado en mi conocimiento de la cultura del Medio Oriente, pienso que esto pudo ser lo que sucedió enseguida. Creo que cuando Taré escuchó a su hijo Abraham decir que iba a dejar Ur, su padre de Medio Oriente probablemente se puso como loco.

      —¿Qué? —dijo Taré—. Abram, hijo mío, ¡no puedo creer que te haya escuchado correctamente! ¿Vas a dejar a tu pobre padre en Ur y salir disparado a lugares desconocidos? ¿Vas a abandonar a tu viejo, el padre que ha sido bueno contigo todos estos años? ¿Quién va a cuidar de mí en mi vejez? Abraham, hijo, ¿no me amas?

      —Bueno, seguro, te amo, Abba. Pero Dios dijo...

      —¡Dios dijo! ¿Desde cuándo los dioses nos hablan? ¡Mis dioses nunca me han hablado!

      —Pero el único Dios verdadero habla, y él me ha dicho que vaya a Canaán. Me dijo que va a hacer una gran nación de mí.

      —Abram, no puedes dejar Ur sin mí. Si vas a Canaán, yo también voy.

      Las familias del Medio Oriente son muy unidas. A menudo, cuando un hijo quiere dejar la casa e irse lejos, los padres lo consideran un insulto. Abram amaba y respetaba a su padre, Taré. Lo honró al punto de que su obediencia al llamado de Dios fue estorbada. Taré acompañó a Abraham y a Sarai, y cuando llegaron a Harán, se detuvieron y se instalaron. Y ahí se quedaron hasta que Taré murió y Abram fue libre para continuar su peregrinaje hasta Canaán.

      Si usted es padre de familia, tengo un consejo bíblico para usted: cuando sus hijos alcancen la edad en la cual deban vivir por su cuenta, corte las correas del delantal. Deles su independencia.Si tiene la clase de hijo que quiere ser dependiente, que está contento con vivir en su sótano y jugar videojuegos día y noche, entonces fuércelo a valerse por sí mismo. No le hace ningún favor a su hijo adulto al mantenerlo dependiendo de usted. No malcríe a su hijo ni lo haga sentir culpable por abandonar el hogar. Diga: «Sabes que siempre te amaré y te apoyaré, y siempre serás bienvenido al visitarnos. Siempre oraré por ti, pero es tiempo de que te ganes la vida y vivas tu propia vida».

      Una razón por la que Dios llamó a Abraham para que abandonara Ur fue sacarlo de ese centro de idolatría. Dios quería alejar a Abraham de la mala compañía y el mal entorno. Quería alejar a Abraham de su antigua vida hacia su nueva vida en Canaán.

      Abraham tenía un padre incrédulo. Como cristiano, usted debe siempre amar, respetar y honrar a sus padres. Si ellos son no creyentes, debe orar por ellos, testificarles y ser un buen ejemplo para ellos. Pero si alguna vez todo se reduce a elegir entre obedecer a sus padres y obedecer a Dios, siempre haga lo que Dios le llame a hacer.

      Salga mientras pueda

      Abraham le dijo a su padre que se iba a Canaán, y Taré dijo que él se iba también. Génesis 11:31 contiene un detalle fascinante: «Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán». ¿A quién llamó Dios? A Abram. Pero la Biblia nos dice que «tomó Taré a Abram su hijo». Si Dios llamó a Abram, ¿no tenía Abram que haber llevado a Taré en su travesía en vez de ser al revés? Parece que Taré, el padre de Abram, no dejaba a Abram ir a ningún lugar sin él.

      No sé si usted ve el humor en esto, pero lo encuentro divertidísimo. Dios llamó a Abraham; pero Taré lo tuvo que llevar. Abraham no pudo o no quiso ir por su cuenta. Taré también llevó al sobrino de Abraham, Lot, y a la esposa de Abraham, Sara. Juntos partieron de Ur de los caldeos, con rumbo a Canaán.

      A mitad de su camino, llegaron a Harán, y se establecieron ahí. ¿Por qué? Creo que es porque Harán era el hogar del gran templo de Sin, el dios de la luna. Tamara M. Green, directora del Departamento de Estudios Clásicos y Orientales en Hunter College, de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, escribe: «La relevancia política de Harán en el período asirio se debió en gran medida a su deidad protectora, Sin, el dios de la Luna, y dador de oráculos, guardián de tratados cuyos ojos lo ven y conocen todo».4 El templo de Sin, añade la profesora Green, era llamado Ehulhul, que es el término sumerio para «Templo del Regocijo».

      El padre de Abraham, Taré, vio el templo pagano del dios de la luna y pensó que había muerto y llegado al cielo pagano. Amaba la adoración a la luna en la ciudad de Harán. Para un adorador de la luna como Taré, la ciudad de Harán era como la Meca para los musulmanes, Salt Lake City para los mormones y el Vaticano para los católicos romanos. Este era el lugar de lugares, el Shangri-La de Taré.

      Cuando Taré llegó a Harán, miró alrededor y dijo: —¡Yupi! ¡Abram, hijo mío, estoy muy contento de haber venido contigo! Olvida Canaán. ¡Quedémonos aquí! ¡Este lugar es el Disneylandia pagano!

      —¡Pero СКАЧАТЬ