Jesús y su misión en la posmodernidad. John Harold Caicedo
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Название: Jesús y su misión en la posmodernidad

Автор: John Harold Caicedo

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия:

isbn: 9781953540355

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СКАЧАТЬ sino un grupo muy específico de personas corruptas que se le opusieron. A lo suyo vino y los suyos no le recibieron. El no vino a tomar partido por uno de los grupos existentes, sino a encarnar la verdad. No era agradar las instituciones, sino ponerlas al servicio de la verdad que Él representaba.

      Hoy en día existe una tendencia reduccionista en el mundo cristiano en la que lo sagrado puede suceder únicamente al interior de los templos, en detrimento de la comunidad, de la sociedad que nos rodea, del trabajo, etc., ambientes aquellos en los cuales la iglesia podría ser iglesia, podría llegar a consumar el llamado de Jesús de ser luz en medio de la oscuridad. Ese desconocimiento de otras realidades sociales, en lugar de propender por un fortalecimiento de la iglesia, lo que hace precisamente es desconectarla de la comunidad, convirtiéndola paulatinamente en un ente irrelevante que ya no tiene incidencia en el diario vivir de la sociedad del presente.

      ¿Cuál es el lugar de la misión? ¿Se centrará en los templos o en los corazones? ¿Buscará atraer prosélitos o intentará la transformación de las vidas?

      ¿Será necesario derribar los templos para que se levante la voz a las naciones?

      ¿Representa el templo a la institución religiosa o al Dios que se confina en el Lugar Santísimo?

      La posmodernidad tiene mucho que ver con las vivencias que se ofrecen al interior de las iglesias. Si bien es cierto que históricamente puede situarse la aparición de la teología de la prosperidad antes de la posmodernidad, es precisamente bajo los postulados esgrimidos por la cultura de nuestros tiempos, donde encuentra un campo de cultivo perfecto para adentrarse en las dinámicas cotidianas del creyente.

      Hoy no se venden palomas o bueyes al interior del templo. Hoy se comercia con bendiciones a través de pactos y alianzas que indiscriminadamente se ofrecen para que las arrebate el mejor postor. Los cambistas ya no se visten con delantales y ropas del campo, ahora usan trajes de última moda, viajan en aviones privados y pisotean billetes en las gradas de los templos, mientras siguen ofreciendo la prosperidad anhelada por sus receptores y se lucran de la ansiedad de sus seguidores.

      La cosmovisión de los tiempos posmodernos rechaza y cuestiona los prejuicios y las formas culturales, pero no establece parámetros radicales de moralidad, de ética o de comportamiento humano basado en normas de convivencia definidas. La verdad se ha vuelto un concepto en perspectiva, es decir que depende de cómo se mire y a qué intereses beneficie.

      Todo esto sucede al interior de los templos o a través de los nuevos templos: los medios tecnológicos y de comunicación. “Ya no se concibe a la iglesia como algo que necesita arreglo, sino como una oportunidad de negocios que apunta a los gustos del consumidor de pecadores con inclinaciones espirituales tanto dentro como fuera de la congregación.”84

      Ahora el evangelio es muy diferente. No es solamente una proclamación del evangelio sin rigor exegético, sino que se convierte también en una respuesta a los interrogantes de la sociedad del presente agobiada por los temores de “guerras y rumores de guerra”, inestabilidad social, política y económica, aparición de amenazas continuas a través de fenómenos naturales o enfermedades para los cuales no se halla cura, la pérdida de valores fundamentales de los cuales valerse en la formación de hijos y de generaciones futuras y el anhelo por las respuestas inmediatas en la época de lo instantáneo.

      De alguna manera el evangelio de la prosperidad ha servido como una catarsis para quienes desean escuchar algo que los motive, con un trasfondo bíblico, aunque sea solo una versión del evangelio acomodada a criterios que benefician altamente a quienes los proclaman.

      Pero un evangelio al que se le quita la cruz, el sacrificio, el “mejor dar que recibir”, etc., es un evangelio corto, pobre, que no contempla la globalidad de la palabra del reino expresada por Jesús, que no compagina con el anuncio del Señor y de sus discípulos.

      ¿Qué clase de purificación necesitan ahora los templos?

      Una enseñanza deformada produce una fe deformada. Un Cristo hecho a la medida produce una fe hecha a la medida, pero que se desvanece tan pronto se pierde esa medida individual.

      Aquellos principios éticos que derivaron en formas de vida, en valores diferenciados entre el conocimiento del bien y del mal, se han derrumbado hoy en día para dar paso a la frivolidad.

      “Necesitamos elaborar teodiceas más complejas porque ahora la gente plantea preguntas más difíciles sobre la benevolencia divina.”85 Todo ser humano puede llegar a reconocer que las raíces del mal enquistadas en la humanidad no son simplemente situaciones coyunturales del presente o tal vez circunstanciales, sino en realidad tienen un origen edénico en la ruptura de la relación perfecta que Dios tuvo con el ser humano. La lógica adámica de la auto justificación es un comportamiento repetido en el ser humano y este proceder permea todo sistema económico, toda estructura de relaciones y todo tipo de organización en la que intervenga el ser humano.

      La sociedad contemporánea ha quedado reducida simplemente a la interacción de individuos para quienes es más importante la satisfacción individual, la búsqueda hedonista de auto complacencia y la relatividad en su pensamiento bajo el cual todo se hace posible y además justificado. “Es posible pensar verdaderamente que la acción de Cristo respecto al mal es también una acción de disolución irónica; todo lo contrario a tantas actitudes cristianas que se creen en la obligación de exagerar el gigantesco poder del mal en el mundo, como si este fuese un modo de enfatizar el poder salvífico de quien nos libera de ello.”86

      Todas las áreas del desarrollo humano, como las ciencias, el arte, la cultura, etc., se ven ahora bajo una perspectiva en la cual las formas de pensamiento derivadas del racionalismo moderno y del humanismo adquieren un papel preponderante en su desenvolvimiento. Y aunque el mundo moderno con el desarrollo de las teorías cuánticas y la interrelación de todo el universo bajo parámetros sistémicos intenta explicar los sucesos a partir de la interconectividad de los elementos, aun el pensamiento humano, prefiere la individualización y el egocentrismo desmedido y al ser humano como eje central sobre el cual gira el mundo y “todo lo que en él habita”.

      En medio de una generación que ha perdido sus ilusiones y se mueve bajo la desconfianza de las instituciones, el individualismo gana terreno y la perspectiva propia se sobrepone a los intereses del común. “Se inventa así un Jesús apócrifo tergiversado y marginal que poco, o nada, tiene que ver con la historia real. Un Jesucristo milagrero que atrae al supersticioso y al ansioso de novedades pero que aleja al ser humano de la auténtica Palabra de Dios.”87

      El posmodernismo con su desvalorización de las instituciones y su relativismo conceptual incentiva aún más las formas de vida individualistas y promueve constantemente una búsqueda de la realización del ser humano centrada en sí mismo, pero en abierto contraste con la proclamación de Jesús en su evangelio. La desacralización de lo que otrora representaban los símbolos intocables de la fe es símbolo del tiempo presente, en tanto se sacraliza lo banal como la moda, el culto al cuerpo, el consumismo desmedido, la posesión de bienes, etc. “Al desacralizar lo sagrado se ha llegado, por el contrario, a sacralizar lo profano.”88

      ¿Cuál es el lugar de la misión?

      El templo no solamente era el lugar de los sacrificios y oficios religiosos. Era también el símbolo de poder de las clases religiosas. Ocupaban los primeros puestos, administraban todo lo concerniente a sus prácticas ritualistas y determinaban la manera en que cada persona, dependiendo de su raza, condición, género, etc., debería estar más cerca o más lejos del Dios que allí se veneraba.

      Para las culturas dominantes existen cierto tipo de parámetros que deben mantenerse tal como están para no amenazar el statu quo y su prolongación indefinida. “Naturalmente, СКАЧАТЬ