La universidad latinoamericana en la encrucijada de sus tendencias. Claudio Rama Vitale
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СКАЧАТЬ sociales, entre las cuales también se ha estado gestando una nueva educación. Este impacto de los cambios en las herramientas de producción con la microelectrónica se ha ido generalizando a todos los ámbitos, conformando muy rápidamente un nuevo tipo de sociedad global que se expande en términos económicos y sociales a través de la digitalización y la introducción permanente de innovaciones que derivan ambas de conocimientos aplicables a la producción. Esta revolución tecnológica está permitiendo la sustitución de procesos de trabajo por otros de alta densidad, con sustitución de un tipo de empleo de baja capacitación por procesos automáticos expandidos gracias a trabajadores simbólicos que requieren, a su vez, trabajadores con alta formación de capital educativo (8). En este escenario, todas las diversas conceptualizaciones se orientan a posicionar el conocimiento como el factor clave y el motor central de la evolución económica y social contemporánea. Es así que se formulan las definiciones de capital humano, capital intelectual, capital ingenieril, capital cultural, o de capital de riesgo, asociados a la innovación, como conceptos de definición de un nuevo impulsor del desarrollo. Ellas remiten, en diversas formas, al proceso mundial en el cual se está creando una nueva sociedad global, con una división internacional del trabajo asociada a tijeras de precios derivadas de la densidad tecnológica de la producción, y donde el conocimiento crecientemente mercantilizado se localiza en los países centrales, que se redefinen como los centros de producción, apropiación y utilización intensiva de esos nuevos saberes protegidos por una ampliación del derecho de propiedad intelectual a escala internacional.

      En el ámbito del pensamiento económico se ha conformado una escuela teórica que ha sustentado la dinámica del funcionamiento del sistema capitalista a través de una sucesión de ciclos que encuentran su sustentación profunda en las revoluciones e innovaciones tecnológicas y que impactan a las sociedades impulsando y modelando nuevas estructuras sociales. Este enfoque ha tenido un recorrido intelectual jalonado de diversos momentos teóricos en el siglo XX: por la identificación de los ciclos económicos y por visualizar al sistema capitalista como un proceso de desarrollo de fases de auge y de depresión, con Kondrátiev; por la asociación entre los ciclos y la renovación de los bienes de capital, con Garvy, Mandel y Keynes; por la identificación del rol del empresario y el impacto de las creaciones destructivas, con Schumpeter; por el agotamiento del impacto de los tipos de capitales tradicionales y el nacimiento de un residual explicativo, con Solow; por la teorización del capital humano como el factor determinante de la productividad, con Shultz; por la relación entre salarios y productividad dada por el aumento del capital humano, con Mincer; por el significado de la microelectrónica en la transformación productiva, con Freedman; por la dimensión de este proceso en el nacimiento de una sociedad postcapitalista, con Drucker; por las características del conocimiento desarrollado en la tercera ola en la organización de las sociedades y la transferencia de poder hacia los trabajadores simbólicos, con Toffler; por la forma que asume el nuevo escenario de los comercios en red en la galaxia Internet, con Castells; por la dimensión de los cambios en la tecno-estructura derivada de la generalización de la microelectrónica, con Pérez.

      Aunque para algunos el enfoque se apoye en la tercera ola, la larga duración o el quinto ciclo, todos coinciden en poner el acento en una nueva dinámica social y económica basada en la microelectrónica, la gestión informática, las innovaciones permanentes y el reemplazo de tecnologías tradicionales por nuevas técnicas de relación del hombre con la naturaleza, que remoldean las estructuras societales y generan amplias y complejas reingenierías sociales y productivas. Los análisis, sin embargo, han ido avanzando desde un cierto determinismo tecnológico, como muy simplemente lo hemos referido, hacia un marco analítico en el cual se retroalimentan los determinantes de la incorporación de tecnologías y las características de la propia sociedad, y bajo el cual es en el propio impacto social del nuevo modelo —y su grado de estandarización y de aceptación— donde se definen las bases de la efectiva reestructuración y transformación al interior de las diversas sociedades.

      Asociado a estas tecnologías y a las derivaciones de la competencia económica, se ha producido un rápido proceso de cambio en la composición de los mercados laborales. En tanto la producción se asocia a la densidad tecnológica y a la innovación, se han generado nuevas exigencias laborales por incremento de competencias específicas y generales. Hay un nuevo contexto global del empleo a escala mundial, en el cual se visualiza la desaparición del empleo industrial y la expansión del empleo en los servicios, el desarrollo de un empleo local que se asocia a la exportación y que se estructura como terminal de redes de empleos globales en función de densidades tecnológicas y de altas especializaciones dadas por la apertura de las economías. Los mercados laborales, por su parte, incrementan su flexibilidad e incertidumbre asociadas a una mayor volatilidad global y a permanentes cambios en la capacidad competitiva. En este escenario, el empleo se internacionaliza y la emigración profesional se comienza a articular con carácter permanente de flujo migratorio y los sectores de baja capacidad y alta formación también se movilizan rápidamente en función de las demandas laborales de otros países. La migración se torna estructural como forma de ajuste de los desequilibrios de los mercados laborales. En el sector formal, la productividad se asocia a la educación superior y la propia inserción en los mercados laborales globales se restringe a profesionales y técnicos. Así, los cambios en los mercados laborales promueven la conformación de un nuevo tipo de estudiante, de un nuevo demandante de conocimientos, y la conformación de mercados con alta dotación de profesionales y técnicos que permitan reducir las altas rentabilidades individuales de la educación superior y facilitar la competitividad de las empresas. Así también, la ampliación СКАЧАТЬ