Название: La universidad latinoamericana en la encrucijada de sus tendencias
Автор: Claudio Rama Vitale
Издательство: Bookwire
Жанр: Учебная литература
isbn: 9789506232184
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Este es un fenómeno a escala de toda la economía mundial derivada de una revolución tecnológica, que se está expandiendo y distribuyendo global y desigualmente en un proceso de adaptación, asimilación y reestructuración que tiene ya casi dos décadas y que se extenderá por varios quinquenios más (9). No es este, sin embargo, un escenario totalmente novedoso en la evolución de la humanidad, sino que la historia de los últimos quinientos años muestra una evolución económica y social a través de etapas y ciclos basados en tipos de tecnologías como infraestructuras tecno-productivas que modelaron los procesos sociales, tal como en su momento fueron el vapor con la producción textil, el carbón con el ferrocarril de acero o la electricidad con la cadena de montaje fordista (10).
Una revolución tecnológica es un conjunto de tecnologías, productos e industrias nuevas, capaces de sacudir los cimientos de la economía y de impulsar una oleada de cambios sociales a largo plazo en toda la sociedad, en lo que se ha dado en llamar la tecnoestructura (11). Tales cambios, históricamente, se han apoyado en un conjunto de industrias motrices que, al incorporar técnicas de producción que los nuevos paradigmas tecnológicos permitían, empujaron y motorizaron profundos cambios en el conjunto de la sociedad. Son las fases marcadas y caracterizadas por la revolución industrial, con sus diversos ciclos impulsados por industrias motrices. Tales cambios en la base productiva, como derivación de las nuevas tecnologías que fungen como soportes de la economía, impactan en múltiples dimensiones en toda la sociedad. Actualmente, las bases del nuevo sustrato tecnológico descansan en la microelectrónica barata y en la informática, que se comienzan a expandir e incorporar en toda la estructura socio-productiva a través de una multiplicidad de formas. De las cadenas de producción de Ford a los talleres robotizados, de las formas de producción continuas a la producción a medida y flexible, de la producción para stock a la producción “just in time”, de la comercialización física al e-business digital, en red y global (12). Tales motores de la acumulación de capitales están renovando toda la base productiva de las naciones y se están generalizando hacia todos los sectores, transformando radicalmente las formas en las que con anterioridad se producía, consumía, vivía, transportaba, comercializaba, y también educaba, entre otras. Bajo este enfoque se asocian históricamente las reestructuraciones sociales a esas sucesivas oleadas tecnológicas, las cuales no solo cambian las formas de producción, sino que también transforman las organizaciones sociales y las modalidades por las cuales las personas se relacionan e interactúan.
En el ámbito del pensamiento económico se ha conformado una escuela teórica que ha sustentado la dinámica del funcionamiento del sistema capitalista a través de una sucesión de ciclos que encuentran su sustentación profunda en las revoluciones e innovaciones tecnológicas y que impactan a las sociedades impulsando y modelando nuevas estructuras sociales. Este enfoque ha tenido un recorrido intelectual jalonado de diversos momentos teóricos en el siglo XX: por la identificación de los ciclos económicos y por visualizar al sistema capitalista como un proceso de desarrollo de fases de auge y de depresión, con Kondrátiev; por la asociación entre los ciclos y la renovación de los bienes de capital, con Garvy, Mandel y Keynes; por la identificación del rol del empresario y el impacto de las creaciones destructivas, con Schumpeter; por el agotamiento del impacto de los tipos de capitales tradicionales y el nacimiento de un residual explicativo, con Solow; por la teorización del capital humano como el factor determinante de la productividad, con Shultz; por la relación entre salarios y productividad dada por el aumento del capital humano, con Mincer; por el significado de la microelectrónica en la transformación productiva, con Freedman; por la dimensión de este proceso en el nacimiento de una sociedad postcapitalista, con Drucker; por las características del conocimiento desarrollado en la tercera ola en la organización de las sociedades y la transferencia de poder hacia los trabajadores simbólicos, con Toffler; por la forma que asume el nuevo escenario de los comercios en red en la galaxia Internet, con Castells; por la dimensión de los cambios en la tecno-estructura derivada de la generalización de la microelectrónica, con Pérez.
Aunque para algunos el enfoque se apoye en la tercera ola, la larga duración o el quinto ciclo, todos coinciden en poner el acento en una nueva dinámica social y económica basada en la microelectrónica, la gestión informática, las innovaciones permanentes y el reemplazo de tecnologías tradicionales por nuevas técnicas de relación del hombre con la naturaleza, que remoldean las estructuras societales y generan amplias y complejas reingenierías sociales y productivas. Los análisis, sin embargo, han ido avanzando desde un cierto determinismo tecnológico, como muy simplemente lo hemos referido, hacia un marco analítico en el cual se retroalimentan los determinantes de la incorporación de tecnologías y las características de la propia sociedad, y bajo el cual es en el propio impacto social del nuevo modelo —y su grado de estandarización y de aceptación— donde se definen las bases de la efectiva reestructuración y transformación al interior de las diversas sociedades.
2. Las transformaciones de los mercados laborales
Asociado a estas tecnologías y a las derivaciones de la competencia económica, se ha producido un rápido proceso de cambio en la composición de los mercados laborales. En tanto la producción se asocia a la densidad tecnológica y a la innovación, se han generado nuevas exigencias laborales por incremento de competencias específicas y generales. Hay un nuevo contexto global del empleo a escala mundial, en el cual se visualiza la desaparición del empleo industrial y la expansión del empleo en los servicios, el desarrollo de un empleo local que se asocia a la exportación y que se estructura como terminal de redes de empleos globales en función de densidades tecnológicas y de altas especializaciones dadas por la apertura de las economías. Los mercados laborales, por su parte, incrementan su flexibilidad e incertidumbre asociadas a una mayor volatilidad global y a permanentes cambios en la capacidad competitiva. En este escenario, el empleo se internacionaliza y la emigración profesional se comienza a articular con carácter permanente de flujo migratorio y los sectores de baja capacidad y alta formación también se movilizan rápidamente en función de las demandas laborales de otros países. La migración se torna estructural como forma de ajuste de los desequilibrios de los mercados laborales. En el sector formal, la productividad se asocia a la educación superior y la propia inserción en los mercados laborales globales se restringe a profesionales y técnicos. Así, los cambios en los mercados laborales promueven la conformación de un nuevo tipo de estudiante, de un nuevo demandante de conocimientos, y la conformación de mercados con alta dotación de profesionales y técnicos que permitan reducir las altas rentabilidades individuales de la educación superior y facilitar la competitividad de las empresas. Así también, la ampliación СКАЧАТЬ