Название: La universidad latinoamericana en la encrucijada de sus tendencias
Автор: Claudio Rama Vitale
Издательство: Bookwire
Жанр: Учебная литература
isbn: 9789506232184
isbn:
http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Ortega_y_Gasset/Ortega_LaRebelionDeLasMasas01.htm
CAPÍTULO II La regulación de la educación superior y la tensión de la des-autonomización
1. La tendencia a las regulaciones gubernamentales
2. La tendencia a la evaluación y la acreditación externa
3. La tendencia a la creación de regulaciones internacionales
4. La nueva etapa del aseguramiento de la calidad de la educación superior: la certificación y recertificación de competencias profesionales
1. La tendencia a las regulaciones gubernamentales
a. El modelo autonomista del siglo XX. b. Las nuevas regulaciones externas a las universidades. c. La tendencia a la creación de sistemas de educación superior y la articulación de sus componentes. d. La desautonomización y la nueva versión de la autonomía en el siglo XXI. e. Los nuevos ejes de las reformas universitaria públicas.
La diferenciación institucional, la expansión del sector privado, las demandas de equidad y de calidad, y la internacionalización de la educación se están manifestando en la aparición de regulaciones sobre la educación superior. Son nuevas tendencias que están conformando las bases de una dinámica sistémica y heterogénea de la educación superior y que indirectamente están planteando una cierta desautonomización de las universidades.
En los últimos años hemos asistido al pasaje de las dinámicas tradicionales de expansión de la matrícula en las universidades a políticas orientadas a la calidad y, a su vez, de las políticas liberalizadoras de los años 90, que propendieron a la expansión de sector privado, hacia un nuevo escenario con la creación de múltiples ámbitos de regulación que, al tiempo que reducen la soberanía de las universidades —tanto públicas como privadas—, propenden a homogeneizar y estandarizar las condiciones de los procesos de enseñanza-aprendizaje y buscan garantizar estándares básicos de calidad.
a. El modelo autonomista del siglo XX
Las grandes universidades públicas son uno de los pilares institucionales más importantes de América Latina, por su fuerte enraizamiento en sus respectivos Estados nacionales y por sus características comunes autonómicas como resultado de una compleja evolución que tiene más de cien años en muchos casos. Ellas han sido el eje de la formación de las elites gobernantes con un rol destacado en la reproducción cultural y económica en sus respectivas sociedades, con relativos niveles de calidad, y fueron además los vehículos de la expansión de la matrícula durante buena parte del siglo XX. Una rápida revisión de su recorrido histórico nos permite ver cómo estas instituciones han tenido una enorme estabilidad institucional, una persistencia en su normal funcionamiento, una consistente y continua dinámica en la prestación del servicio educativo y una fuerte capacidad de amortiguar golpes externos y tensiones internas. En muchos países han tenido más estabilidad de gobierno, más continuidad y más gobernabilidad que muchas de sus instituciones nacionales.
La autonomía y el cogobierno han sido su instrumento en el siglo XX, asociado a la existencia de sistemas democráticos, ya que las permanentes alteraciones en el marco democrático en los países de la región generalmente significaron que se conculcaran las autonomías universitarias. Se construyó un ciclo político de “dictadura = pérdida de la autonomía” versus “democracia = restauración autonómica”. Ello fue determinante en diversa proporción e intensidad en Argentina, Chile, Nicaragua, Perú, Brasil, Bolivia, Uruguay, El Salvador, Honduras o Venezuela, y reafirmó el centro de la autonomía tanto en la dinámica política nacional como en los procesos internos de las reformas universitarias. La lucha por la democracia durante parte importante del siglo XX fue al mismo tiempo la lucha por la autonomía, así como también e inversamente las demandas de autonomía expresaron luchas por la democracia. Muchas veces las conquistas autonómicas están asociadas no solo a cambios de regímenes (dictadura-democracia, como en Honduras, Guatemala o Venezuela) sino a cambios políticos, como en Uruguay. La autonomía expresa una democratización del poder, en tanto a través de ella el Estado delega parte de su potestad de gestión en las propias universidades. En muchas sociedades, durante largos períodos, las universidades fueron inclusive más democráticas que sus respectivos Gobiernos. En este sentido, la actual generalización de la democracia en la región constituye un escenario que cambia el tradicional marco de las relaciones y de las tensiones entre universidad y Gobierno, y reduce muchas de las banderas no académicas de la universidad y las focaliza casi solo en los presupuestos.
Las transformaciones derivadas de las banderas de la reforma universitaria de Córdoba, en 1918, variaron en cada país según las características de la delegación de poderes de los Estados y de la normativa de la autonomía. Gracias a estas leyes, las universidades instrumentaron durante el siglo XX complejas y variadas reformas que siguieron un cierto patrón compartido en casi toda la región y que indirectamente dieron cabida a las demandas de acceso a la educación (36). La dinámica creada por la autonomía y el cogobierno promovió el ingreso de nuevos estudiantes por medio de un acceso gratuito e irrestricto; la diferenciación institucional y disciplinaria en su interior a través de la sucesiva creación de facultades, escuelas y departamentos universitarios; una renovación de su planta física gracias a la construcción de “campos universitarios”, así como una expansión de los procesos de democratización internos a través de normas de ascenso, sistemas de apoyo estudiantil, descentralización interna y mayor participación en el poder universitario de todos los sectores, junto con una mayor gobernabilidad asociada a la complejización de la gestión por medio de la lenta ampliación de los niveles de cogestión con la incorporación directa e indirecta de nuevos actores en la gestión (egresados, obreros, administrativos, colegios profesionales) y, finalmente, una regionalización a través del establecimiento de sedes o subsedes en el interior de sus respectivos países, también con algún nivel de incidencia de los sectores sociales oriundos de esas regiones en la gestión de estas unidades descentralizadas. Este fue el eje de las reformas que recorrieron casi todas las universidades públicas de la región durante una parte importante del siglo XX: facilitar y promover la expansión de la cobertura, y fue derivado de la autonomía y del cogobierno. Fue la primera modalidad sobre la cual se produjo la expansión de la cobertura en la región, que les permitió cabalgar sobre una ola societaria que impulsó, y en algunos países de la región sigue marcando, el pasaje de una educación superior de elites a una educación superior de masas como derivación de las demandas de acceso a la educación de amplios sectores sociales, y de la propia democratización de nuestras sociedades. En ese significativo rol en la movilidad social en el acceso a la educación superior, las universidades aumentaron, además, de manera sistemática su autonomía respecto a los gobiernos.
La autonomía y el cogobierno fueron una derivación, en tensión y lucha, de la democratización del Estado latinoamericano que se expresó en reformas que producían empoderamiento en la sociedad. Al interior de las universidades el ejercicio del poder y de la gestión se basó en consensos lentos y en complejos procesos de negociación, imposición de sucesivas y lentas reformas con ajustes y relegitimaciones permanentes que, en el marco de la autonomía y el cogobierno, de hecho transfirieron los cometidos democratizadores y reformistas que definen al Estado hacia el СКАЧАТЬ