Investigación y problematización. Guillermo Londoño Orozco
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СКАЧАТЬ conjunto de valores que hacen posible que se afirmen y construyan sujetos libres y autónomos que consoliden su proyecto de vida personal y profesional en un contexto.

      En el proyecto pedagógico para la formación en investigación y práctica de Trabajo Social se integran principios y relaciones para responder, de manera sistemática y coherente, preguntas como: ¿qué perfil profesional de Trabajo Social se quiere formar?, ¿con qué estrategias y técnicas didácticas puede alcanzarse el perfil esperado?, y ¿con qué proyectos de investigación o intervención profesional se responde a las necesidades del contexto como expresión coherente del compromiso ético del Trabajo Social?

      Referentes para la formación profesional

      En la formación en trabajo social, elementos como el contexto, la investigación, la práctica y la pedagogía son sustentos clave que permiten afianzar los propósitos hacia los cuales se dirige la intervención para la proyección social. A continuación se desarrolla cada uno de estos referentes.

      El contexto en la formación de trabajadoras/es sociales

      … el buen académico universitario no es aquel

      que permanece las ocho horas sentado frente al

      escritorio, sino ese otro que se mueve en el mundo

      del afuera, que participa e interviene en otros

      espacios diferentes al institucional. Es más: gracias

      a esa zona de experiencia, a esos otros públicos y

      a esas otras necesidades de formación, el maestro se

      renueva y cualifica de alguna forma su catedra.

      El afuera contrasta el adentro, lo equilibra

      o lo corrige y, en muchos casos, lo pone en

      cuestionamiento.

      Fernando Vásquez Rodríguez (2007)

      El trabajo social como profesión se orienta al cambio social, la resolución de problemas y la liberación de las personas, en pro de mejorar su calidad de vida. Así mismo, interviene en los ámbitos en los cuales las personas interactúan con su entorno. Para ello asume como principios los derechos humanos y la justicia social (Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social [AIETS] Federación Internacional de Trabajadores Sociales [FITS], 2004). En el ejercicio del trabajo social se requieren diálogos con la realidad social y con otras disciplinas sociales y humanas, en su permanente búsqueda de la interpelación y la transformación (Consejo Nacional de Educación en Trabajo Social [CONETS], 2010). La formación profesional de trabajadoras/es sociales, por su naturaleza, requiere la interacción directa con el contexto.{4}

      El trabajo social como profesión es político, exige reflexividad y conciencia sobre la conducta ética que las y los profesionales deben asumir. Día a día se desafía profundamente la racionalidad instrumental: los valores, los discernimientos, la defensa de derechos y obligaciones, los principios, el contacto con el otro y el ejercicio de la ciudadanía cuestionan los fines del quehacer profesional: justicia, equidad y Derechos Humanos (Aguayo, 2007).

      Morin (1999) afirma que “el conocimiento de las informaciones o elementos aislados es insuficiente; por ello hay que ubicarlas en su contexto, para que adquieran sentido; la palabra necesita del texto, que es su propio contexto y el texto necesita del contexto donde se enuncia” (p. 14). En la formación profesional para la investigación y la práctica, la reflexión contextual se articula en torno al compromiso ético y político como dimensión del quehacer cotidiano de trabajadores y trabajadoras sociales. La responsabilidad con la sociedad se considera como valor fundamental en la formación.

      El contexto “… constituye el mundo real para ser descubierto, estudiado, explicado y comprendido”. Para las y los estudiantes de Trabajo Social es el escenario de mediación pedagógica en el cual se concentran diversos actores (comunidades, actores locales, familias, organizaciones, funcionarios, docentes, e incluso ellos mismos) para el cambio social. El marco formativo permite afianzar las competencias en investigación y práctica. Su necesidad en la formación es innegable y de ahí se conjugan las dinámicas en las cuales los y las profesionales se enfrentan a la realidad que será su espacio de desempeño laboral (Vargas, 2008).

      Para desarrollar procesos articulados de formación en investigación y práctica, asumimos el contexto como centro de atención de estudiantes y docentes: en él piensan para actuar; posteriormente al actuar vuelven a pensar; Asumimos la responsabilidad y el compromiso con el desarrollo de procesos en que los y las estudiantes logren contacto reflexivo con la profesión y desarrollen niveles de análisis para la investigación crítica y la proyección social. Las experiencias formativas afianzan “el diálogo con sujetos y colectivos en los cuales se proyecta, se hace, se debate y se reconstruye la profesión” (Cifuentes, 2009, p. 215).

      La formación en el pregrado es definitiva en la configuración de la identidad profesional: en ella se aprende lo que es, lo que hace, lo que se espera del trabajo social; se apropian representaciones colectivas de la profesión que se consolidan en procesos de interacción directa en las prácticas de investigación y de intervención con actores involucrados, con profesionales de Trabajo Social y de otras disciplinas (Cifuentes, 2009). En ese diálogo se logra la resignificación permanente del conocimiento y de la práctica profesional; el compromiso de la profesión se da en el marco de relaciones que se construyen con las personas en interacción con sus ambientes; se alcanza una visión de los niveles micro, meso y macro estructurales. Al asumir los contextos como escenarios de acción que requieren supuestos epistemológicos, teóricos y éticos, se sustenta la intervención y se desarrollan perspectivas metodológicas, sin perder de vista el horizonte de cambio, su sentido de humanización de las personas y su entorno (Vargas, 2008).

      El contexto contribuye a encontrar el sentido de los componentes de la intervención (Camelo y Cifuentes, 2006), como el sujeto y el objeto. En la fundamentación permite el análisis, la reflexión, la discusión y la visualización de tales componentes. En el acercamiento y en el análisis al contexto se materializan problemas sociales, lógicas institucionales, políticas públicas, organizaciones y movimientos sociales en los sujetos, personas que conocen y transforman su realidad desde sus situaciones y condiciones (Vargas, 2008). A partir del contexto es indispensable volver a reflexionar para comprender los marcos fundamentadores. El proceso de formación se desarrolla en espiral, en niveles de complejidad creciente.

      Desde una concepción pedagógica crítico-social, la formación en contexto es fundamental como una alternativa de construcción social que permite al estudiante construir conocimiento con base en la experiencia (Vargas, 2008).

      Investigación y práctica: componentes esenciales en la formación

      El aprendizaje de la investigación y el desarrollo de la práctica son fundamentales para desarrollar las competencias de un trabajador social en ejercicio. Este interactúa con la cotidianidad de problemas sociales que se manifiestan en desigualdades sociales que legitiman la acción del Estado (Rozas, 2004). Se encuentra con el escenario en el cual interactúan sujetos y profesional (Bueno, 2010). En la investigación y en la intervención el profesional debe asumir los problemas sociales con la debida fundamentación (Grassi, 2011) y coherencia.

      En Colombia el CONETS (2010) le reconoce un lugar privilegiado a la investigación en los procesos de formación en Trabajo Social. Igual importancia le otorga a las prácticas. Algunos rasgos de estos componentes de la formación son: la tendencia a articular la investigación a la práctica, vincular los ejercicios con campos específicos del СКАЧАТЬ