Los niños escondidos. Diana Wang
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Название: Los niños escondidos

Автор: Diana Wang

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Historia Urgente

isbn: 9789873783944

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СКАЧАТЬ el cuidado del Shabat. Tomando como base al judaísmo, se aceptó el Shabat como un día de descanso en el mundo entero.

      4 Comida preparada según las normas rituales judías.

      5 Festividad judía que celebra la liberación de la esclavitud y la búsqueda de la tierra prometida y la libertad. La celebración de la Pascua cristiana coincide en general con la celebración del Pésaj ya que la última cena de Jesús con sus discípulos, ocurrida dos días antes de la resurrección que se celebra en la Pascua, era precisamente una celebración judía del Pésaj. Para los judíos, es la fiesta de la libertad, la lección que se transmite a los hijos sobre el deber de proteger al necesitado y luchar por la justicia, una celebración alegre. Para los católicos es el dolor máximo porque se recuerda la crucifixión, una conmemoración de duelo. “Asesinos de Cristo” era la forma en que se llamaba a los judíos en esos días. Al salir de las iglesias, inflamados por la arenga del sacerdote, los cristianos veían tras las ventanas de los hogares judíos, gente sonriente, comiendo, brindando. En este malentendido trágico, se confirmaban las acusaciones: no solo no estaban de duelo, sino que celebraban, e inferían entonces que la muerte de Cristo los alegraba. Borrachos de vodka, resentimiento y venganza, los campesinos polacos y rusos desataron muchos pogroms (persecuciones) en estas circunstancias ante una complacida pasividad de las autoridades.

      6 No es el verdadero nombre. Los motivos por los cuales Cris Marie no revela su identidad quedarán claros a lo largo de su testimonio.

      7 En castellano, solideo. Trozo de tela que cubre la coronilla. Usado por los judíos observantes.

      8 La Noche de los Cristales Rotos. Ocurrió entre 9 y 10 de noviembre de 1938 en toda Alemania y Austria. Fue el mayor brote de antisemitismo previo a la guerra. Todos los comercios judíos amanecieron con sus vidrieras apedreadas. Fue el comienzo de una escalada de violencia que ya no pararía.

      9 Los nazis prohibieron expresamente el oficio de matrimonios judíos en el gueto de Varsovia. Sin embargo, como expresión de resistencia, muchos jóvenes decidieron casarse, para lo cual se realizaron varias ceremonias colectivas.

      10 No es su verdadero nombre. No quiso revelar su identidad para que sus hijos no conocieran su difícil relación con sus propios padres. El deseo de proteger a sus descendientes de ciertas informaciones dolorosas quizás exprese en un punto el mandato que todos los “niños” recibieron para poder sobrevivir: callar, pasar inadvertidos, ocultarse, no generar problemas.

      CAPÍTULO 2

      EL FIN DEL MUNDO CONOCIDO

      La vida de los “niños”, como la de cualquiera, incluía la expectativa básica de que todo trascurriría con normalidad. Aun cuando el clima prenunciaba para muchos que las cosas no estaban bien, fue siempre sorpresivo el comienzo efectivo de la persecución. El ser humano se aferra hasta el final a la idea de “a mí no me va a pasar”, “esto no puede ser posible” u otras formulaciones acerca de la imposibilidad del Mal.

      Según el país o la zona, este comienzo se dio en distintos momentos y de diferente manera. Pero en todos los casos hubo alertas que indicaban que los tiempos cambiarían atrozmente.

      Estos son los recuerdos de los “niños” de esos días en los que estaban por caer en el temido precipicio de abandono, incertidumbre y miedo, cuando la vida cotidiana dejó de ser una vía segura y se volvió una carrera de obstáculos en el intento de seguir vivos.

      POLONIA

      El 1o de septiembre de 1939, las tropas alemanas invadieron Polonia y la ocuparon militarmente. Fue el primer acto de la Segunda Guerra Mundial. La resistencia duró un mes, hasta que Polonia se rindió. Los alemanes se retiraron del este de Polonia y el país fue repartido entre Alemania y la Unión Soviética según un protocolo secreto, el pacto RibbentropMolotov que había sido firmado en Moscú el 23 de agosto de aquel mismo año. Polonia quedó ocupada, hasta junio del 41, en el Oeste por los nazis y en el Este por los soviéticos.

      Varsovia

      Cuando los alemanes entraron en Varsovia, sus habitantes organizaron la defensa de la ciudad. Católicos y judíos, hombro con hombro, cavaron trincheras y pelearon juntos, inermes, contra el invasor alemán, dueño de la maquinaria de guerra más poderosa de Europa. Durante casi un mes resistieron los bombardeos constantes sobre la ciudad. Tres mil civiles judíos, además de varios miles de polacos católicos, murieron en los bombardeos de Varsovia.

      Abraham (7 AÑOS)

      EL DÍA DEL ATAQUE. Recuerdo que de golpe una noche empezaron unas explosiones tremendas. Yo estaba durmiendo y pegué un salto en la cama. Empezamos a oír ruido de aviones, explosiones. Había mucha confusión, mucho miedo. Al día o dos se supo que sería una rutina sin previo aviso, que podía ser de día o de noche. Había que organizar un equipo de emergencia. La gente compró máscaras de gas porque se temía que los alemanes usaran gases letales como habían hecho en la Primera Guerra. Enseguida se orga nizó una resistencia civil. Oíamos los infor mativos de radio que anunciaban a toda hora las novedades. Varsovia resistió un mes, el resto de Polonia fue ocupada en una semana.

      LA BOLSITA AL CUELLO. Los chicos teníamos una bolsita al cuello con un papel con nuestro nombre y la dirección de los parientes, por si uno se quedaba solo en medio de un bombardeo. También llevábamos dinero y documentos.

      PROVISIONES. Lo primero que hizo mi padre fue salir a comprar provisiones, alimentos no perecederos y de alto valor nutritivo. Y lo bien que hizo porque en tres días la ciudad quedó sin luz eléctrica ni agua potable, sin gas para cocinar ni transporte. Gracias a la previsión de mi papá, no padecimos lo que otros, al menos en los primeros tiempos. Salir a comprar algo era exponerse porque la lucha era continuada y calle a calle. Había mucha gente que salía y no volvía.

      LA BAÑERA. En mi casa no tuvimos el problema del agua porque como éramos un poco más pudientes que la media, teníamos algunos “lujos”, entre ellos, una bañera que nos permitía evitar bañarnos en los baños públicos. En casa, en esa bañera nos bañábamos todos, con la misma agua porque era muy difícil llenarla. Primero nos bañábamos los chicos y después mis padres. La noche del primer bombardeo justo nos habíamos bañado y quedó la bañera sin desagotar; esa agua, bien filtrada y hervida, nos sirvió para no tener que ir a buscar agua afuera y arriesgarnos.

      EL SÓTANO Y EL MIEDO. No había escuela. Durante los bombardeos pasábamos la mayor parte del tiempo en el sótano donde había una fábrica de espejos. Tenía unas mesas muy largas porque los espejos se fabricaban con cristal y se trabajaban en mesas. Entonces llevábamos unas cobijas y pasábamos la noche ahí. Lo único que se podía hacer era tener miedo, temblar e ir de la mano de un grande adonde a uno lo llevaran. Yo no tenía ningún acto autónomo, absorbía todo lo que pasaba alrededor. Me acuerdo del pánico y, mientras media ciudad ardía, escuchaba con atención lo que decían los grandes.

      LAS BOMBAS. Hablaban de los bombardeos que sucedían de día y de noche, continuamente, y mencionaban dos clases de bombas: las incendiarias y las de demolición, que donde caían deshacían lo que había abajo. Eran tan pesadas que un edificio se podía derrumbar entero. Las incendiarias eran más chiquitas pero donde caían СКАЧАТЬ