Название: El arte de criar un cachorro
Автор: Monks of New Skete
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: Perros
isbn: 9788499109312
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El último tipo de estrés moderado que introducimos durante la parte final del período neonatal consiste en la reducción de la temperatura corporal de los cachorros. Durante la segunda semana de vida, les administramos rutinariamente un breve estrés térmico colocándolos en un compartimento fresco alejado del nido. En concreto, los metemos en cajas de cartón individuales durante tres minutos. Así permitimos que sus cuerpos perciban el descenso de temperatura, lo cual desencadena una respuesta de su sistema pituitario-adrenal consistente en la breve producción de hormonas corticosteroides —un proceso que en una fase posterior permite al cachorro resistir enfermedades. Al realizar este ejercicio, de inmediato los cachorros empiezan a chillar y se revuelven. Al final del proceso, los devolvemos a la calidez del nido y los acariciamos suavemente. Los signos de agitación cesan al instante, y es evidente que los cachorros vuelven a encontrarse relajados y cómodos. Un beneficio añadido de esta separación corta de la camada es que, en cuanto regresan junto a ella, la madre presta un plus de atención a la hora de vigilar a los cachorros.
Es preciso hacer un último apunte relativo a la manipulación y el desarrollo tempranos. A veces, el parto sólo produce uno o dos cachorros. En estos casos, hemos observado que los cachorros pueden tener una mayor tendencia a ser más sensibles al tacto, porque no gozan de la cantidad habitual de contacto físico y estimulación con los demás cachorros propia de las camadas numerosas. Como hemos mencionado, cuando hay un grupo de cachorros, se acostumbran con rapidez a revolcarse y retorcerse unos encima de otros, y se adaptan de un modo natural a diversas sensaciones. Cuando este contacto no existe, es importante que el criador se tome su tiempo para manipular más a menudo a los cachorros e introducir experiencias ligeramente estresantes en un entorno demasiado tranquilo.
* El artículo “Early Neurological Stimulation” [www.breedingbetterdogs.com/articles/early_neurological_stimulation], del Dr. Carmen L. Battaglia, ofrece una perspectiva profunda y clara de este tema.
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La luz brilla en la oscuridad
PERÍODO TRANSICIONAL: 13 - 20 DÍAS
El duodécimo día tras el parto, se vislumbra claramente el primer cambio importante en uno de los cachorros. Kairos, el segundo macho de Anka, empieza a abrir los ojos. Esto indica el comienzo del período transicional del desarrollo, una semana durante la cual comienzan a funcionar buena parte de las capacidades sensoriales de los cachorros. Al contrario de lo que se pueda pensar, no se trata de un logro pequeño. Los ojos de los cachorros no se abren de golpe. En realidad, se trata de un proceso gradual que puede tardar perfectamente más de veinticuatro horas en completarse. Al principio, sus ojos parecen oscuras rendijas pequeñas que parecen suplicar abrirse. A continuación, con lentitud, como si Kairos estuviera despertando de un sueño profundo, se vuelven más visibles, y su color azul grisáceo les confiere un aspecto sobrenatural. No alcanzarán el color adulto hasta las cinco semanas, cuando se volverán más nítidos y distintivos.
Hacia el decimoquinto día, todos los cachorros de la camada tienen los ojos bien abiertos, y con ello aumenta la actividad. Gatean por el nido y chocan continuamente unos contra otros. Aunque ya han abierto los ojos, todavía no ven muy bien. Si iluminamos el ojo izquierdo de Kairos con una linterna de bolsillo, su pupila se contrae; sin embargo, los gestos enérgicos frente a él no provocan reacción alguna, y un movimiento repentino directo hacia él no le hace parpadear. Un cachorro no consigue distinguir con claridad las formas hasta que transcurren veintiocho días, aunque en ocasiones hemos observado que a partir del decimoséptimo día de vida algunos se sobresaltan con movimientos rápidos y amenazantes, en apariencia debido al súbito movimiento de las sombras. Por ese motivo, durante este período tratamos de no hacer movimientos repentinos que pudieran asustar a los cachorros.
Los cachorros aún necesitan dormir mucho durante el período transicional.
El proceso de apertura de los ojos simboliza todo lo que sucede durante este período: una transformación continua y progresiva. Se trata de la primera señal clara del tránsito de la etapa de aislamiento del recién nacido a la existencia plenamente social de un adulto. Es por ello que llamamos transicional a este período. Es una semana de cambios espectaculares. Al final de este período los cachorros habrán recibido, aunque en un grado muy inmaduro, todas las herramientas básicas de la vida: la vista, el oído, el andar, la capacidad de evacuar por ellos mismos, la posibilidad de masticar y un sentido del olfato más fino. Gracias a ello, se volverán mucho más sensibles que antes hacia su entorno.
Durante el período neonatal, por ejemplo, los cachorros no tienen sentido del lugar donde se encuentran. Si tomamos a uno de ellos y lo ponemos a solas en otra habitación, con la misma temperatura que en el nido y en una superficie cómoda, no mostrará signos de estrés, a no ser que esté hambriento. Sin embargo, en este momento, los cachorros de Anka empiezan a tener conciencia de sí mismos y de su nido, y al repetir el experimento con Kipper, observamos un cambio importante. Tras ladear la cabeza en varias direcciones durante un buen rato, de pronto comienza a lloriquear y muestra síntomas de inquietud. El lloriqueo se transforma en un gemido. ¡Queda claro que no le gusta estar solo!
Los ojos de los cachorros comienzan a abrirse.
Los cachorros empiezan a interactuar con los ojos totalmente abiertos
Una vez que tienen los ojos completamente abiertos, empiezan a investigar el pequeño mundo del nido. Al observarlos apreciamos que experimentan la vida por vez primera. Empiezan a gatear hacia atrás, en lugar de limitarse a ir hacia delante, y avanzan con rapidez hacia sus primeros intentos de andar. Este comportamiento refleja el patrón básico que siguen al cobrar conciencia de sí mismos y de su entorno.
Al decimosexto día, durante la sesión diaria de pesado, Oka y Sunny son los primeros en intentar andar. Al tratar de levantarse en la báscula, hacen temblar la plataforma ligeramente y no logran mantener el equilibrio. Sin embargo, esto es sólo el comienzo. Retoman el esfuerzo en cuanto los devolvemos al nido. Sunny se levanta con una extrema precariedad, se tambalea y finalmente da dos valientes pasos hacia delante antes de desplomarse sobre el cuerpo dormido de Kipper, un incidente que provoca un estallido de gruñidos. Sunny gatea hacia atrás con velocidad, ladra con indignación en un tono cómicamente agudo y lo intenta de nuevo. Mientras tanto, Oka es un poco menos intrépida. Se limita a intentar mantenerse en pie sin caerse. Como no se siente lo bastante confiada para intentar andar, termina tumbándose de nuevo, gatea hacia los demás cachorros y se queda dormida. Desde fuera del nido, Anka observa toda la escena con lo que parece ser una expresión de ligera diversión.
La semilla del ejemplo está plantada. Al día siguiente, todos los cachorros menos Yola empiezan a intentarlo, básicamente siguiendo el mismo patrón. Juntos, parecen un grupo de jovencitos aprendiendo a ir en bici. Tienen muy poca coordinación y muchos intentos son fallidos, pero su capacidad mejora día a día. En una semana serán capaces de caminar por el nido sin ningún problema.
En este período empezamos a notar otra cosa: los cachorros comienzan a olfatear alrededor del nido. La mejoría en el sentido del olfato que ha ido teniendo lugar desde el nacimiento estimula su curiosidad, y pronto СКАЧАТЬ