El continente vacío. Eduardo Subirats
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Название: El continente vacío

Автор: Eduardo Subirats

Издательство: Bookwire

Жанр: Философия

Серия: Historia

isbn: 9786075475691

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СКАЧАТЬ más notable es la negación radical de aquel noble comienzo heroico como un principio criminal jurídico y teológicamente inválido. Su santo y seña es la crítica reformista de la servidumbre y de la destrucción de las Indias. Su última intención es la sublimación de esa misma violencia colonial en un proceso de conversión subjetiva y comunitaria, y la subsiguiente transustanciación de la teología de la conquista como guerra justa y guerra santa, según la habían formulado las bulas papales y los tratados de Juan Ginés de Sepúlveda, en una teología de la liberación. Su gran representante es, sin lugar a dudas, Bartolomé de las Casas. En la tercera fase de la colonización americana aquella teología de la conversión cristiana de los indios se cristaliza en una concepción pragmática. Se redefinen las estrategias de propaganda de la fe y catequesis cristiana, los instrumentos de control social confesional y los sistemas de dominación sacramental de todos los aspectos de la existencia, desde la sexualidad a los medios de producción. Al conjunto de estas estrategias, a los discursos político-teológicos que las articulaban y al proceso histórico de su implantación, coronados por un progreso acumulativo de poder y destrucción, se lo puede subsumir a la categoría general de lógica de la colonización.

      Por una parte tenemos la secuencia de acontecimientos históricos, el relato de las aventuras que protagonizaron la conquista, con sus signos encontrados de novela caballeresca y visiones proféticas de los infiernos, de lucha heroica atravesada por contenidos mesiánicos y apocalípticos, y también por una desordenada acción militar de exterminio. La búsqueda insaciable de quiméricas riquezas culmina en un maravilloso espíritu de misión y de conversión; y el principio de vasallaje violentamente impuesto por la reducción y las reducciones indígenas se cierra con la final transformación compulsiva del imaginario americano a través de la guerra, la tortura y la redefinición sacramental de sus formas de vida. Por otra parte, nos encontramos con la secuencia lógica que define interiormente el proceso constitutivo del poder colonial: un principio de sujeción a un orden exterior de vida; a continuación su transformación en culpa y deber moral; por fin, la redención de la esclavitud en el orden subjetivo de una conciencia vaciada de sus vínculos comunitarios y de sus memorias, y una identidad instaurada como principio subjetivador, racional y universal, en nombre del mesianismo cristiano.

      El deseo de aventuras, la necesidad de escapar a las persecuciones político- religiosas de una Europa sometida a las guerras de religión y a los tribunales de la Inquisición, y, no en último, lugar el afán de riqueza, todo ello desempeñó un papel importante en el relato de la colonización americana. Pero la colonización arrancaba también de un decisivo impulso religioso. Movía el egoísmo material y la crueldad, pero también la fe. Una fe que remontaba históricamente a los comienzos de la Reconquista y al espíritu de Cruzada, y a sus héroes y sus mitos y sus sagas. La lucha cristiana contra el islam de la que surgió la identidad religiosa y la casta cristiano-española levantó los fundamentos del proceso y la suerte de la conquista americana.

      Solo a partir de esta continuidad política y teológica de las guerras contra el islam sobre el proceso colonizador americano es posible revelar su significado interior y su sentido espiritual. Podemos llamar lógica de la colonización a aquel proceso discursivo e institucional por medio del cual se instauró un principio de dominación y dependencia sobre las comunidades y la existencia individual del indio. Proceso que comprende la «conquista espiritual», es decir, lo que se ha llamado vaga e impropiamente «evangelización» (puesto que los breviarios, catecismos y confesionarios son, en rigor, libros doctrinarios, no libros sagrados). Las estrategias misioneras de América que comprenden desde la política sacramental hasta el sistema de impuestos eclesiásticos, y desde la propaganda de la fe hasta los sistemas punitivos de herejías, idolatrías y heterodoxias, constituyen sin duda alguna el centro axial de este discurso colonizador. La razón colonial es, en primer lugar, una teología de la colonización.