Violencias que persisten. Francisco Gutiérrez Sanín
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      En general, se observan cuatro dinámicas diferenciadas que, aunque complementarias en la frontera con Brasil, ayudan a entender su condición de ser el primer reexportador mundial de cocaína; estas se relacionan, así mismo, con las fuentes de suministro del psicoactivo.

      La primera de estas cuatro dinámicas es un proceso que gira alrededor de la frontera amazónica entre Colombia y Brasil, y que se sustenta en el uso de una malla fluvial importante entre los dos países, que tiene como eje el río Amazonas.

      • Además de la malla fluvial, se usan avionetas que utilizan aeropuertos públicos de São Gabriel de Cachoeira (noreste del Amazonas), el cual posee 12 aeropuertos y pistas privadas (20 en Pacaraima y 38 en Uiramutã, estado de Roraima).

      • En el arco norte fronterizo existen cuatro aeropuertos internacionales, en Buena Vista (Amazonas), Tabatinga (Amazonas), Cruzeiro do Sul (Acre) y Rio Branco (Acre), controlados por la Policía Federal19.

      • También se presenta el uso de pistas ilegales.

      • Estas tecnologías conectan los estados de Amazonas, Acre y Rondonia.

      En segundo lugar, una dinámica que se inicia en Colombia y usa como puente la zona amazónica de Venezuela, desde la que finalmente se hace trasiego hacia el norte de Brasil, principalmente a Roraima. Observemos ese comportamiento en la figura 4.

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       Figura 4. Mapa de rutas de cocaína y marihuana hacia Brasil

      Fuente: O’Globo, 2006.

      La tercera es que, de acuerdo con la fundación InSight Crime:

      Géner García Molina, alias “Jhon 40”, uno de los principales narcotraficantes de las FARC y exdirigente del Frente 43 en Meta, ha establecido una base al otro lado de la frontera, en Amazonas, Venezuela, con miembros del Frente “Acacio Medina”. Jhon 40 fue en algún momento el encargado de las finanzas del Bloque Oriental de las FARC, que operaba en siete departamentos: Arauca, Casanare, Meta, Guaviare, Vaupés, Vichada y Guainía.20

      Adicionalmente, estuvo relacionado con varios narcotraficantes brasileños y colombianos, como Daniel ‘el Loco’ Barrera, capturado en Venezuela en 2012. Insight Crime agrega:

      […] al trasladarse al Amazonas, Jhon 40 puede recibir los cargamentos de droga que se trafican por los Llanos Orientales de Colombia, bastión de los disidentes del Primer Frente de las FARC, así como a lo largo de los ríos que bañan las selvas de la triple frontera entre Colombia, Venezuela y Brasil. Al parecer también dirige, o al menos cobra “impuestos” sobre las operaciones de minería ilegal en Amazonas, que incluyen oro y coltán.21

      La fundación estima que el número total de combatientes milicianos de las FARC que permanecen activos podría llegar a los 2500, y Venezuela es una importante retaguardia estratégica y financiera para ellos.

      En el lado nacional colombiano, estas circunstancias de cambio y mayor globalización de los mercados llevan a pensar en las conexiones de corredores y rutas que se han creado también en Colombia para una salida expedita de los embarques exportables. El área cocalera y sus transformaciones en puntos equidistantes a Brasil muestran ese comportamiento.

      A modo de ejemplo y tomando como referencia el mapa sobre variación de cultivos de coca 2015/2016 del SIMCI (figura 5), se puede observar la coincidencia que presenta el control que ejerce el Frente Primero de las FARC (grupo disidente del proceso de paz) sobre la zona del núcleo Meta-Guaviare, con 12.306 hectáreas para 2016 y 10.500 en 2017, y que mantiene influencia sobre departamentos como Vaupés, Guainía, Vichada, Amazonas e incluso Caquetá, que a su vez mantienen una cercanía sobre la frontera con Brasil.

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       Figura 5. Mapa de distribución regional según variación del cultivo de coca de 2015-2016 y zona de influencia del Frente Primero disidente de las FARC

      Fuentes: SIMCI “Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2016”, julio de 2017 y Monsalve Gaviria, Ricardo “¿Qué se sabe de la disidencia del Frente Primero de las FARC?”, El Colombiano, abril 10 de 2017.

      Puede inferirse que, de acuerdo con el contexto global del mercado de cocaína, la zona mencionada tendría un potencial económico importante y una eventual ampliación sobre el conjunto de departamentos limítrofes con Brasil. El propósito allí es suministrar suficiente cocaína para atender el influjo de los puertos de salida internacional de Brasil, al lado del papel que desempeña la producción boliviana, influenciada hoy por grupos colombianos con intereses en esa ruta transnacional hacia diferentes mercados.

      También en relación con Brasil, estudios de centros de pensamiento sobre criminalidad en Latinoamérica llaman la atención sobre las nuevas dinámicas de los grupos colombianos que se ponen a tono con el contexto del movimiento de cocaína a escala global. Una de ellas se relaciona con la producción ilegal de coca y su transformación en Bolivia para producir cocaína en conexión con Brasil. De acuerdo con Insight Crime:

      Hoy en día, el crimen organizado transnacional (COT) colombiano está produciendo cocaína de alta pureza en Bolivia y la está enviando a Brasil y Argentina, donde se vende una parte de la droga y el resto es transportada hacia Europa o Asia. Los colombianos siguen siendo los pioneros en el tráfico internacional de drogas, y la lógica actual del negocio indica que el mercado de Estados Unidos ya no es tan rentable para ellos, pues ahora está dominado por los mexicanos, quienes ganan la porción más grande del tráfico de un kilo de cocaína. Lo anterior hace de Bolivia infinitamente más atractiva para el COT colombiano.22

      La cuarta y última consiste en que se ha detectado un crecimiento de las áreas cocaleras en la frontera con Perú; en primer lugar, en la zona alta y media del río Putumayo, donde se da una interacción entre mano de obra colombiana en la faja de frontera entre el río Napo y el Putumayo (figura 6).

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       Figura 6. Mapa de cultivos de hoja de coca para fines de cocaína en frontera colombo-peruana, 2011

      Fuente: Policía de Perú, “Análisis situacional del narcotráfico. Una perspectiva policial” Comunidad de Policías de América (Ameripol), 2013.

      Por otro lado, se da una dinámica de crecimiento de cultivos de coca y su transformación en PBC y cocaína que usa la zona del trapecio amazónico. En detalle, se puede observar esta tendencia en la figura 7.

      Esta producción contiene una infraestructura de servicios óptima, con laboratorios de cristalización entre Caballococha y Tabatinga, la cual circula aprovechando las características de la oferta de vías de navegación fluvial y la infraestructura aeroportuaria que ya hemos reseñado en la primera modalidad de relacionamiento con la frontera brasilera; esta permite los aprestamientos tanto para la exportación internacional como para el suministro de los mercados de consumo interno.

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