Verdad tropical. Caetano Veloso
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Verdad tropical - Caetano Veloso страница 25

Название: Verdad tropical

Автор: Caetano Veloso

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Historia Urgente

isbn: 9789878303239

isbn:

СКАЧАТЬ del directorio académico, de asambleas y opiniones formadas sobre hombres públicos cuyos nombres y caras yo no lograba memorizar– me aburría. Por supuesto que las ideas generales respecto de la necesidad de justicia social me interesaban y sentía además el entusiasmo de pertenecer a una generación que parecía tener la oportunidad de cambiar profundamente el orden de las cosas. Pero la expresión “dictadura del proletariado” me sonaba mal: veía la pobreza miserablemente desorganizada a mi alrededor y el “proletariado” de los artículos y los discursos parecía estar formado por obreros con casco. Y los obreros con casco eran una novedad que, en Santo Amaro (donde yo seguía pasando las vacaciones de verano), había aparecido con la Petrobras, cosa que causaba la alegría de muchos jóvenes que se sentían ricos con los sueldos que les permitían renovar las fachadas de sus casas (lo que destruyó en muy poco tiempo gran parte del tesoro arquitectónico del Litoral). Estaba dividido con relación a qué pensar o sentir frente a la pérdida de carácter de mi ciudad; por un lado, extrañaba la unidad visual, por otro, tenía también un deseo propio de casas modernas con pisos de parquet y soñaba incluso con vivir en un departamento nuevo y rectilíneo que me librara del peso de los caserones cubiertos de arcilla entre los que había nacido y crecido. Me parecía que un departamento de aspecto impersonal traería alegría y libertad a mi vida, me sentía, en cuestiones que eran fundamentales para mí, mucho más lejos del pequeño burgués que mis críticos: ellos nunca discutían temas como sexo y raza, elegancia y gusto, amor o forma. En esos aspectos el mundo era aceptado tal cual es. Entre los segmentos más pobres de la población, la categoría de trabajador asalariado era deseable y rara. Sinceramente, a mí no me parecía que los obreros de la construcción civil de Salvador, o los pocos obreros de las fábricas reconocibles como tales o ni siquiera los comparativamente muchos obreros de la Petrobras –tampoco las masas obreras que se veían en películas y fotografías– pudieran o debieran decidir el futuro de mi vida. Por lo tanto, cuando el poeta de Tierra en trance decretó la falta de fe en las energías liberadoras del “pueblo”, desde la platea yo no vi el final de las posibilidades sino, por el contrario, el anuncio de nuevas tareas para mí.

      12 Murió en 2016, a los 77 años.

      PAISAJE ÚTIL

      Rogério se mudó de Santa Teresa al Solar da Fossa. Duda se alojaba conmigo en mi cuarto y, al otro lado del pasillo, vivían el gran compositor, cantante y guitarrista Paulinho da Viola y el letrista y escritor Abel Silva. Creo que Paulinho –el defensor más profundo y refinado del samba tradicional carioca– fue la primera persona que escuchó una canción “tropicalista”: le mostré Paisagem útil en cuanto la compuse y, en su nobleza, vio algo que le resultaba diferente de todo; no le gustaba realmente, pero lo reconocía como íntegro en sí mismo. Me dijo casi textualmente eso que acabo de escribir, con una claridad y elegancia que me desarmaron: ¿cómo podía ser que reconociera el tenor de la novedad de aquella canción y no demostrara ni entusiasmo ni rebelión? Su respuesta definió de inmediato la postura que tendría luego en relación con el tropicalismo; y, viniendo de un hombre joven –exactamente de mi edad– a quien yo admiraba apasionadamente, sus palabras me dieron seguridad y, a la vez, fueron como un balde de agua fría. Entre Paisagem útil y Alegria, alegria, pasé meses meditando sobre la fuerza del proyecto que se asomaba dentro de mí.

      Compuse Paisagem útil, una inversión de Inútil paisagem, el hermoso samba bossa nova de Tom Jobim, básicamente con ritmo de marcha-rancho (un tipo de marcha de Carnaval “arrastrado” y solemne que solía ser la base de desfiles suntuosos –los ranchos– en el tiempo en que las Escolas de samba todavía era modestas y desordenadas) y una melodía que parecía una colcha de retazos de frases musicales de la tradición sentimental brasileña. La letra era la descripción, en imágenes fuertemente visuales, del parque del Aterro do Flamengo, la en aquel entonces reciente obra de ensanchamiento de la rambla de ese barrio; destacaba el efecto de ficción científica de los trazos modernistas, pero sin perder de vista la atmósfera urbana de la velocidad de los vehículos y los habitantes atareados:

      Olhos abertos em vento

      Sobre o espaço do aterro

      Sobre o espaço sobre o mar

      O mar vai longe do Flamengo

      O céu vai longe e suspenso

      Em mastros firmes e lentos

      Frio palmeiral de cimento

      O céu vai longe de Outeiro

      O céu vai longe da Glória

      O céu vai longe suspenso

      Em luzes de luas mortas

      Luzes de uma nova aurora

      Que mantém a grama nova

      E o dia sempre nascendo

      Quem vai ao cinema

      Quem vai ao teatro

      Quem vai ao trabalho

      Quem vai descansar

      Quem encanta

      Quem canta

      Quem pensa na vida

      Quem olha a avenida

      Quem espera voltar

      Os automoveis parecem voar

      Os automóveis parecem voar

      Mas já se acende e flutua

      No alto do céu uma lua

      Oval, vermelha e azul

      No alto do céu do Rio

      Uma lua oval da Esso

      Comove e ilumina o beijo

      Dos pobres tristes felizes

      Si bien en un primer momento la reacción desapasionada de Paulinho da Viola me intimidó, al poco tiempo supe que era paradigmática de la forma que tendría la resistencia al tropicalismo de la historia de la música popular brasileña.

      Después de un receso en Bahía para reponerse de la despersonalización que había traído aparejada el éxito de Carcará, Bethânia estaba de vuelta en Río. En una estrategia concebida en conjunto con el empresario Guilherme Araújo, se presentaba en una boîte de Copacabana cantando con una fuerte carga dramática los sambas-canções sentimentales que siempre le habían gustado. Con este gran éxito de la noche carioca, Bethânia sumó la imagen de figura de culto a la gran popularidad que había adquirido en su debut nacional y entró en el camino que la llevaría a ser la diva que es aún hoy. En ese período fueron sus apariciones con peluca de cabello lacio y el pedido explícito que me hizo de nunca más opinar sobre su carrera o sobre su vida. Ese pedido representaba un golpe de misericordia en relación a la responsabilidad que mi padre me había otorgado sobre ella y fue para mí un gran alivio. Para ella era la emancipación oficial. En consecuencia, aunque la viera todas las noches, nuestros intercambios eran diferentes. Guilherme Araújo me pidió que me ocupara de la producción del show, esto es: que todo estuviese en orden con los músicos, con Bethânia, con el sonido y la luz cuando ella subiera a escena. Recuerdo que Dedé iba conmigo, pero no podía entrar porque era menor de edad (tenía diecisiete) y me esperaba en la puerta. A menudo Edu Lobo le hacía СКАЧАТЬ