Название: Antropología de la integración
Автор: Antonio Malo Pé
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: Cuestiones Fundamentales
isbn: 9788432151996
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El concepto darwiniano de selección natural, aunque es de una gran complejidad, no se basa en teorías sino en datos obtenidos a través de la biología y las ciencias naturales. De hecho, según Darwin, la selección natural logra integrar una serie de elementos que en principio no encuentran conexión alguna, como la adaptación al entorno, las mutaciones, la transmisión genética de algunas características individuales y, finalmente, la desaparición de las especies menos adaptables. A través de la selección natural, Darwin establece una relación causal de tipo eficiente entre todos esos elementos: los cambios en el ambiente conducirían, primero, a mutaciones, y estas, a su vez, a la aparición de nuevas especies y a la desaparición de aquellas que no se han adaptado, pues la finalidad del ser vivo es la supervivencia ante la aparición, por ejemplo, de un nuevo depredador o ante una catástrofe natural. Formulado brevemente, el principio de la selección natural dice así: solo los individuos que son capaces de adaptarse al medio ambiente pueden sobrevivir, mientras que los inadaptados mueren[31].
Problemas del darwinismo y respuestas evolucionistas
A pesar de ser un paradigma científico nuevo y de gran alcance, la teoría darwiniana presenta algunas fallas. Quizá la más importante sea considerar la selección natural como el único principio de la evolución. En realidad, además de la selección natural, deberían incluirse otros principios, como la difusión de individuos de la misma especie por diferentes ambientes climáticos, su diversificación específica (con los consiguientes cambios morfológicos) y solo, al final, la selección de las especies; se explicaría así uno de los datos constantes de la evolución: el genotipo más adecuado para un nicho ecológico es el que se transmite a los descendientes sin que pueda modificarse posteriormente, pues los cambios genéticos que se han producido impiden la hibridación con individuos que carecen de ellos. Por tanto, la selección natural no sería otra cosa que el final de un proceso muy complejo, que comienza con la difusión de los individuos de una especie a otros ambientes. Como veremos, las diferentes versiones actuales del evolucionismo intentan resolver esa cuestión.
Hay también una serie de cuestiones biológicas que el modelo de Darwin deja sin respuesta, como la transmisión de los cambios del fenotipo al genotipo, es decir, del individuo a la especie. Darwin intenta explicar esto recurriendo a la pangénesis, o proceso orgánico de transmisión de los caracteres adquiridos; según él, debido a los cambios del ambiente, se producen en el cuerpo del individuo adaptado una serie de sedimentos o gémulas, que por vía sanguínea llegarían a los gametos[32]. La genética darwiniana, basada en la tesis de Jean Baptiste de Lamarck (1744-1829), parece desconocer las leyes de Mendel y la distinción entre caracteres genéticos dominantes y recesivos, que son esenciales para la comprensión del mecanismo de la transmisión genética. En efecto, de acuerdo con las investigaciones de Gregor Johan Mendel (1822-1884), no todos los caracteres transmitidos al hijo son dominantes, es decir, aparecen en la primera generación, sino que los hay también recesivos, por lo que pueden manifestarse en generaciones sucesivas, o incluso no mostrarse en absoluto. Como es bien sabido, la importancia de la genética en la transmisión de los caracteres se ha puesto de relieve, dos siglos más tarde, gracias al descubrimiento del genoma humano y a su cartografía.
Por último, el rechazo de la finalidad lleva a Darwin, siguiendo en esto también a Lamarck, a apoyar la tesis de que la función crea el órgano; por ejemplo, algunos animales habrían desarrollado el tacto, cuando las condiciones ambientales les obligaban a servirse de la sensibilidad táctil. Sin embargo, como veremos al estudiar las sensaciones, la relación del órgano con la función es precisamente la inversa: es la función la que depende del órgano, ya que la materia orgánica es capaz de ejercitar una función sólo si antes ha recibido un adecuado grado de formalización. Por lo tanto, más que de los cambios del entorno, la función depende del tipo de formalización de la materia orgánica. De ahí que, además de la función táctil, el órgano u órganos del tacto tenga como fin la visión, pues para ver es necesario primero haber adquirido el sentido del tacto. En la evolución se debe incluir de algún modo la idea de fin; se trata, sin embargo, de un finalismo que no se basa en un diseño inteligente, pues se sirve del caso, de la desaparición de las especies y de enteras ramas del árbol de la evolución por quedar interrumpidas o desarrollarse en otra dirección. Quizá el aspecto más importante del paradigma darwinista consista en el intento de explicar el origen de las especies usando solo causas físicas y leyes naturales. Desde este punto de vista, el darwinismo ofrece un modelo todavía válido para las ciencias naturales.
Los seguidores de la teoría de Darwin, los así llamados poblacionistas y representantes de la síntesis moderna, apoyándose en los logros del notable desarrollo de la genética en los siglos XIX y XX y del redescubrimiento de las leyes de Mendel, rechazan la teoría de la pangénesis, aceptando en cambio el planteamiento general del evolucionismo: el ser el producto de una secuencia de modificaciones accidentales físicas y genéticas al servicio de la selección natural. El primer grupo de estos darwinianos está formado por los poblacionistas, o genetistas de las poblaciones (Populations Genetics), los cuales añaden a la selección natural otros tres procesos evolutivos: el cambio en la frecuencia de una variación genética debido al azar; la mutación, y la transmisión de un gen de una población a otra a través de la migración (gene migration)[33]. Por medio de esos nuevos factores, se modifica parcialmente el concepto mismo de selección natural, pues en lugar de indicar como antes la supervivencia del más apto y la transmisión de su herencia genética a la descendencia, esta se refiere ahora a un proceso complejo de gran poder, pues logra modificar la frecuencia con que los genes se transmiten en una entera población[34].
La conciliación entre el darwinismo y la genética mendeliana ha llevado también a considerar el método matemático —utilizado por la genética de poblaciones— como algo esencial en la recogida de los datos más destacados procedentes de las ciencias biológicas, para elaborar una síntesis. De ahí, su nombre de síntesis moderna de la evolución, o simplemente síntesis moderna, la cual ha constituido el núcleo duro del darwinismo del siglo XX[35]. Respecto al evolucionismo precedente, los representantes de la síntesis moderna establecen un puente entre la microevolución, estudiada por los poblacionistas, y la estructura de la macro-evolución, observada en los experimentos biológicos, pues en opinión de estos autores la macroevolución puede reconducirse a la microevolución, es decir, a ser la suma total de pequeñas mutaciones y recombinaciones genéticas, como se observa en el dimorfismo sexual de muchos animales o en los grupos sanguíneos humanos. La síntesis moderna parece, pues, postular que la especiación es el producto final de la acumulación de una multitud de pequeños cambios genéticos[36].
Actualmente, el darwinismo sigue gozando de un amplio consenso en los círculos científicos y académicos, a pesar de que no faltan las críticas desde diferentes disciplinas a algunas de sus tesis. De todas formas, se trata de un evolucionismo evolucionado —valga el juego de palabras— que por eso se ha dado en llamar neodarwinismo, heredero natural de la síntesis moderna. Con el término neodarwinismo nos referimos a autores como R. Dawkins, S. J. Gould, F. Ayala, si bien cada uno de ellos presenta el evolucionismo con sus propios matices. Por ejemplo, Dawkins, que sigue explicando la vida a través de la evolución genética, sostiene la famosa tesis del gen egoísta, que sería el motor de la selección natural, la única causa evolutiva válida, СКАЧАТЬ