Название: El Criterio De Leibniz
Автор: Maurizio Dagradi
Издательство: Tektime S.r.l.s.
Жанр: Героическая фантастика
isbn: 9788873044451
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Kamaranda hizo una pausa tras la larga exposición, y después continuó con su razonamiento.
—Evidentemente, el gel es muy denso, por lo que hace falta mucha energía para condensarlo. Por alguna razón que no conocemos, el Conector tiene una duración igual al tiempo de Planck, a pesar de que el suministro de energía es mucho más largo en el tiempo. Dura medio segundo, ¿verdad? —preguntó, dirigiéndose a Kobayashi, que asintió, y añadió:
—Debe haber algo que impide que la existencia del Conector sea más larga que el tiempo de Planck. ¿Qué sucedería si el Conector durase más tiempo? ¿Se volverían a intercambiar los dos fragmentos de espacio desplazados? ¿Se desencadenaría una oscilación continua de intercambio de los dos espacios? No veo que esto sea un problema para la geometría del espacio. Simplemente, desactivando la máquina los dos espacios se encontrarían en la última configuración establecida. Pero puede suceder también que, si el Conector durase más tiempo de lo que dura el tiempo de Planck, se manifestase una paradoja, cuyas características no puedo imaginar en este momento, y que una ley de la naturaleza por ahora desconocida interviniera para impedirlo.
Permanecieron todos en silencio, meditando sobre las consideraciones del matemático hindú.
Tras algunos minutos Novak se levantó de golpe, con la cara pálida.
—¡Dios mío! —exclamó con voz sofocada.
Todos la miraron asustados.
—No hay ninguna paradoja —continuó, sombría—. ¡Lo que hay es una violación!
Se acercó a la pizarra y borró una parte de las ecuaciones que habían deducido con tanto esfuerzo, como si fueran garabatos de algún estudiante irrespetuoso. Dibujó la alfombra elástica de Kamaranda, en una perspectiva de tres cuartos, y un tubo estilizado que, pasando por debajo, unía dos puntos de la alfombra.
—Esto es el Conector, como lo hemos denominado —dijo, señalando el tubo—. En cuanto lo generamos comienza el intercambio. Estamos en el momento 0 del proceso. El volumen de espacio A se activa y entra en el Conector, cómo y de qué manera todavía no lo sabemos, y comienza a viajar hacia el extremo opuesto. Al mismo tiempo, el volumen de espacio B hace lo mismo desde su posición y empieza a viajar hacia la salida opuesta en el Conector. Pasa un intervalo de tiempo igual al tiempo de Planck y los dos espacios llegan a su destino, salen del Conector y se posicionan cada uno donde estaba antes el otro espacio. Estamos en el tiempo 1 y el proceso ha terminado.
Hizo una pausa para crear tensión.
—Pero entre el tiempo 0 y el tiempo 1 —dijo con una voz que crecía en intensidad—, ¿qué hay en el lugar de los espacios que están viajando en el Conector? —concluyó gritando histéricamente.
Por un momento pareció que el tiempo se paraba.
—No... —dijo Kamaranda con la mirada vacía.
—¡Pues sí! —gritó ella todavía más fuerte—. ¡Está la Nada! —anunció con ferocidad.
A Drew se le puso de punta todo el pelo.
Kobayashi abrió la boca y se le cayó la mandíbula completamente.
La cara de Schultz era una máscara rígida, esculpida en una expresión de total desamparo.
Marlon miraba fijamente delante de sí, como si estuviese ausente.
Maoko, sin embargo, observaba complacida a Novak, y sonreía de una manera extraña.
—La Nada, ¿lo comprendéis? —siguió la mujer noruega—. Probablemente es ahí donde va a parar toda la energía que resulta de nuestros cálculos, una energía que se escapa de nuestro universo, alterando el balance energético. Es una violación del postulado de Lavoisier, según el cual nada se crea ni se destruye, solo se transforma. Quizá es por eso por lo que el Conector puede durar como mucho el tiempo de Planck; si no, la Nada absorbería toda la energía cercana. Si le diésemos suficiente tiempo, ¡podría absorber la energía del universo entero!
Se hizo un silencio de ultratumba en el laboratorio.
Era como si el frío de una oscuridad más profunda de cuanto se pueda imaginar hubiera caído sobre ellos y hubiera congelado sus mentes y sus conciencias.
Novak permaneció de pie al lado de la pizarra, con la tiza en la mano.
Pasó más de un minuto sin que nadie moviera un músculo, hasta que Kobayashi se acercó a la pizarra, cogió una tiza e hizo unos cálculos en una zona del encerado todavía libre.
—No —dijo finalmente —, no puede ser así. La función de la triada de traslación indica que la potencia aumenta solo con el cubo de la distancia, independientemente del volumen del espacio intercambiado. Por lo tanto, suponiendo que este volumen permanece constante, eso definirá cuánta «Nada» absorberá la energía que utilizamos en el experimento mientras los dos espacios viajan hacia su destino. No veo por qué al aumentar la distancia de intercambio y manteniendo fijo el volumen la Nada debería aumentar su capacidad de absorción.
Novak lo miró con ojos desorbitados, mientras reflexionaba furiosamente.
Después de algunos segundos se estremeció visiblemente, palideciendo todavía más.
—No..., no..., es una locura..., inconcebible —balbuceó—. No puede ser.
—¿El qué, profesora Novak? —preguntó alarmado Kobayashi.
—¡Esto! СКАЧАТЬ