Название: Compañero Presidente
Автор: Mario Amorós Quiles
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: Oberta
isbn: 9788437084350
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El Partido Comunista ha postulado como una solución para las situaciones internas de Chile lo que llama «la unidad nacional». No podemos aceptar nosotros una política de este tipo. Los grandes problemas actuales nos exigen más que nunca una definición clara, que permite a los hombres que tienen una orientación actuar dentro de sus postulados y de acuerdo con las soluciones económicas que estos postulados determinen.
La guerra ha llegado a un punto en que se evidencian ya con violencia las contradicciones sociales en el frente democrático. Y nuestro país no escapa ni puede escapar a enfrentarse con ellas. No somos partidarios de exagerar su intensidad y provocar una solución violenta e inoportuna y de contribuir a trizar la solidaridad de todos los hombres y sectores que están en lucha contra el fascismo; pero tampoco podemos renunciar a conquistar para los trabajadores manuales e intelectuales los derechos y reivindicaciones a que legítimamente son acreedores.
En Chile, la política económica de tiempos de guerra ha significado el enriquecimiento desproporcionado de empresas poderosas y el desarrollo del sector social que vive de la especulación; ha significado también utilidades gigantescas para algunas industrias, limitación de las garantías sociales y sacrificios y cargas para los hombres que producen riqueza.
Esta situación no puede continuar, a riesgo de entregar a la clase obrera a la demagogia de cualquier aventurero, lo que produciría al país más inquietud que los riesgos que se desea evitar. Estamos, en consecuencia, por un programa de realizaciones que se viene postergando mucho tiempo, aun cuando de paso deban herirse los intereses de algunos antifascistas de ocasión.
A continuación detalló los seis puntos que debían concretar una unidad de acción socialista-comunista como paso previo a la convergencia orgánica y como «labor primordial» planteó la movilización unitaria para lograr el aumento de la producción y la contención del alza constante del costo de la vida, así como proporcionar unas «humanas condiciones de vida» a las masas populares. En política internacional, por ejemplo, destacó que el Gobierno de Ríos debía cooperar con las nacientes Naciones Unidas y adoptar medidas políticas y económicas contra los agentes y los capitales de las potencias del Eje en Chile, además de la ruptura de relaciones diplomáticas con esos países. Después de mencionar algunos proyectos legales que podrían promover en el Congreso Nacional y de la necesidad de imprimir un viraje clasista a la Confederación de Trabajadores de Chile (CTCh), propuso que de cara a las elecciones parlamentarias de 1945 socialistas y comunistas fueran en una lista única en todo el país. Sin embargo, el diálogo socialista-comunista no tuvo en aquel tiempo ningún resultado concreto.
En enero de 1944, Salvador Allende remitió un documento a la Convención del Partido Radical que se celebraba en Concepción en la que sugirió un conjunto de medidas orientadas a la acción exterior e interior, ya que el PSCh integraba la Alianza Democrática junto con radicales y comunistas (Archivo Salvador Allende, 6, 1990: 73):
Creemos que Chile es el país indicado para comandar la acción democrática en Latinoamérica. Os invitamos a luchar por la realización de esa aspiración, obteniendo de nuestro Gobierno la adopción de esa iniciativa.
Pensamos también que las naciones de este continente deben vincularse en forma efectiva con los demás países débiles del mundo que se aprestan para librar una batalla económica y moral, por conquistar una ubicación soberana e igualitaria con respecto a las grandes potencias.
Asimismo, creemos que es necesario que Chile establezca relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, gran potencia industrial, que en las deliberaciones de la paz y en la vida futura del mundo ha de ocupar un lugar destacado. (...)
No quisiéramos terminar sin que en esta comunicación insinuáramos la materialización de una idea que dé contenido práctico a la unidad de los partidos que integran la Alianza Democrática, ya que esta unidad no debe expresarse tan sólo en pactos de carácter político y electoral, sino que en una común actitud ante los problemas económico-sociales del país y del continente.
En atención a ello, os invitamos formalmente a propiciar juntos en el seno de la Alianza Democrática, la realización de un Congreso Económico de las fuerzas democráticas de Chile, del cual emerja un concepto claro y definitivo a materializarse a través de la común tarea de conquistar el bienestar y la grandeza de Chile.
Y semanas después pronunció un discurso en un acto de masas celebrado en el Teatro Caupolicán de Santiago en el que defendió la posición adoptada por los socialistas ante la evolución de la coyuntura internacional y su independencia de la II y la III Internacional (Archivo Salvador Allende, 5, 1990: 193-204):
El año 37 se decía: el Partido Socialista afirma y exalta la personalidad propia y definida que debe tener la revolución latinoamericana antifeudal, antiimperialista y antifascista, cuyo objeto esencial es la unión económica y política de Latinoamérica en los marcos de una democracia de trabajadores organizados.
Dentro de esa idea, el VI Congreso Ordinario del Partido Socialista, el año 38, al hacer pública la independencia del Partido de todas las Internacionales y su falta de sometimiento a directivas extrañas a nuestra realidad, expresamos: «A menudo estas directivas han carecido de arraigo en nuestra realidad; no han sabido interpretar nuestra modalidad ni fijar nuestros rumbos. Sus orientaciones han dado resultados contraproducentes y perjudiciales para nuestros movimientos populares. América tiene problemas que le son propios, como la lucha contra el latifundio y el imperialismo, el desarrollo de sus fuentes económicas, y necesita resolverlos de acuerdo con sus modalidades sociales y políticas».
Al sintetizar la realidad nacional en aquellos días, mencionó el eje del proyecto político que encabezó a partir de 1952:
He aquí el panorama de la realidad actual: un gobierno sin base política; una derecha que, usufructuando de él, lo critica; una izquierda que ha comprendido que debe aglutinarse en torno a un programa; un sector que conspira contra el gobierno; y un descontento general por un fenómeno que es la conspiración más efectiva, como ya lo hemos dicho: la de la vida cara. (...)
Los socialistas pedimos a la izquierda el máximo de responsabilidad, no debe dejarse arrastrar por las provocaciones; no puede hacer el juego a los conspiradores. Los socialistas llamamos a la izquierda a unirse en torno a un programa; un programa que agitaremos desde la calle y desde el Parlamento; un programa de interés nacional, que reúna el máximo de voluntades en torno a él. (...)
Sólo un gobierno homogéneo, con un programa y con la decisión de realizarlo, podrá poner atajo a la desorientación, al desconcierto y al caos en que vivimos.
Entre el 6 y el 9 de julio de 1944, días en los que Marmaduque Grove impulsó una escisión y creó el Partido Socialista Auténtico (PSA), el PSCh celebró su X Congreso en la ciudad de Talca, que eligió a Bernardo Ibáñez (diputado por Valparaíso y secretario general de la Confederación de Trabajadores) como nuevo secretario general y a Salvador Allende como uno de los 24 miembros del Comité Central, en el que ya despuntaban jóvenes dirigentes como Carmen Lazo, Raúl Ampuero o Aniceto Rodríguez.
1945, año del final de la Segunda Guerra Mundial, fue importante en la trayectoria política de Allende. Después de su etapa como miembro del gabinete del presidente Aguirre Cerda y como subsecretario y secretario general del Partido Socialista, aparecía a sus 37 años como uno de los políticos emergentes de la escena nacional. Entonces puso a prueba su capacidad de movilizar a las clases populares tras sus propuestas al presentarse como candidato al Senado en uno de los feudos de la derecha, la novena circunscripción, que entonces comprendía las provincias de Valdivia, Osorno, Llanquihue, Chiloé, Aysén y Magallanes.
El 4 de marzo de 1945 fue uno de los cinco senadores elegidos por este enorme territorio СКАЧАТЬ