Pego el grito en cualquier parte. Christian Spencer Espinosa
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СКАЧАТЬ sobre fuentes del pasado ha sido combinada en este libro con una serie de actividades propias del trabajo de campo etnográfico-musical, enriquecidas a través de la inmersión en prácticas musicales del universo sometido a estudio. Se revela exitosa aquí la estrategia de interpretar la música para experimentar “desde dentro” recursos y técnicas de ejecución instrumental y vocal a la par que se observa el modus operandi de los cultores del género, con la intención de descifrar las claves que permiten conocer tanto los mecanismos de su creación, interpretación y recepción, como el apasionante universo de significados individuales y compartidos que activa entre sus usuarios. El estudio de estructuras musicales, literarias y coreográficas se enriquece aquí con el análisis del contexto social y los avatares políticos vinculados de varios modos con las etapas y modalidades del surgimiento y la recuperación de la cueca urbana. En las páginas que siguen se asiste a consideraciones, datos y discusiones acerca de los conceptos de escena musical, las manipulaciones de la cueca huasa por parte de la dictadura militar, la permanente rearticulación de identidades, efectos de las políticas culturales, construcción de arquetipos, generaciones de protagonistas, variantes de cueca (romántica, de fusión, de autor, brava) y los criterios empleados para distinguirlas, así como el paso del canon folcklórico al urbano y del huaso al roto como arquetipo social (con sus relativos repertorios consensuados por el uso y el rol del recurso a la discografía histórica), la transmisión del conocimiento —basada en oralidad, mediatización y cibernética— como responsabilidad social y el aprendizaje como experiencia colectiva (con referencias a las relaciones intergeneracionales en este campo y en otros), los aportes de los intérpretes individuales y grupales de ambos sexos, el incremento de la relevancia social de la autoría, las vías de transmisión y difusión, la relación de los músicos con la industria discográfica, las dimensiones local y virtual, estilos performativos, espacio y relevancia de la música en vivo, economía y muchos otros asuntos que configuran este conjunto de saberes y sugerencias.

      Además de afrontar el reto de aproximarse al inabarcable ámbito del significado, Spencer aborda con ojo crítico las retóricas de autenticidad y sus connotaciones axiológicas, la dialéctica entre anonimato y autoría reconocida, los procesos de emblematización, el espacio como constructo social, el funcionamiento de los procedimientos de fusión y de la tendencias folckloristas y de revival y aún más: el espacio ocupado por la memoria y la nostalgia, así como su actualización en el presente a través de la performance y los discursos de los entrevistados, y también la dialéctica entre cambio y estabilización de la tradición y el recurso a la historia familiar por parte de los jóvenes para validar lo aprendido y conectar pasado con presente, sin olvidar la detallada descripción formalista de los parámetros musicales que conforman el “capital cultural” de músicos y audiencias apoyada en la distinción entre lo performático y lo performativo.

      Algunos de estos ítems (a los que se suman otros, como la etnografía e historia del canto a la rueda y sus múltiples repercusiones, la combinación de elementos escritos y orales en la narrativa de la tradición o los distintos usos de este concepto por parte de los agentes sociales a través del tiempo) son iluminados desde la doble perspectiva emic y etic que el autor puede combinar gracias a su doble posición de intérprete musical y avezado observador.

      Desde las primeras líneas del texto Spencer define con claridad algunos conceptos claves de su objeto de estudio a la vez que especifica los criterios adoptados en relación con categorías y términos que han recibido distintas interpretaciones semánticas (es el caso, entre otros, de los usos del término “folcklore”), con lo cual despeja el camino para permitirnos transitar sin dificultad por los paisajes de su narrativa. Esta fusiona convenientemente perspectivas históricas y etnográficas y establece diálogos entre las afirmaciones procedentes de la bibliografía y el discurso de los protagonistas entrevistados, a la vez que rescata lo útil o pertinente de cada propuesta (véase, por ejemplo, el puente tendido sobre dos modos de concebir la cultura popular sensibles respectivamente a lo tradicional-casero y lo alternativo a la hegemonía).

      No es posible hoy, tras las críticas que recibieron corrientes como el estructuralismo o estrategias expositivas basadas en el uso del presente etnográfico, limitarse al enfoque sincrónico en el tratamiento de fenómenos como el de la cueca urbana, ni abordarlo ignorando los cambios sufridos a través del tiempo (y sus causas), la dinámica entre conservación y creatividad o las distintas connotaciones axiológicas que recibe en los estratos sociales (aún existentes en Latinoamérica y condicionantes del tratamiento otorgado a los productos y modalidades expresivas de la cultura). Tampoco lo es remitir a determinadas corrientes interpretativas ignorando otras cuya vigencia obliga a considerarlas, más allá de que dificulten o impidan al investigador delinear teorías de apariencia pacífica y factura tranquilizadora. La “escritura polifónica” que reivindica el autor procede tanto de utilizar distintas personas gramaticales, para especificar su doble postura de “investigador-músico” y “observador-musicólogo”, como de poner en diálogo los puntos de vista de cuatro tipos de agentes sociales, con los riesgos que ello implica para el mantenimiento de una dirección en el discurso y también el incentivo que deriva de la posibilidad de enriquecer el campo hermenéutico, empresa de la que el autor sale airoso para bien de los lectores.

      Como suele suceder cuando se combina la práctica musical con la lectura de textos y el diálogo con los insiders, el trabajo resultante dista de ser monocromo o unidireccional. Por el contrario, cada capítulo aborda aspectos concretos con herramientas elegidas en función de su utilidad y desvela multitud de detalles que configuran panoramas sugestivos en los que no están ausentes los claroscuros. Son mencionados creadores e intérpretes, ediciones discográficas y audiovisuales, prácticas musicales, clases sociales, estudiosos, políticos y otros agentes sociales, letras de canciones, obras de teatro, espacios para la práctica cuequera, eventos oficiales y reuniones informales, conflictos entre visiones asociadas a diferencias de clase social, circunstancias de urbanización de un género, sus transformaciones, interacción y convivencia de espacio físico y virtual (ítem ineludible en el estudio de las realidades sociales contemporáneas).

      Tras un recorrido por esta miríada de circunstancias, procesos y connotaciones que conforman el universo de la cueca urbana, las conclusiones nos ofrecen una serie de tablas que resumen con acierto las líneas principales del trabajo (otro acierto del libro). Todo ello permite augurar un enriquecimiento aportado por su lectura, que sin duda proporcionará muchos momentos placenteros a quienes la emprendan. Gracias, Christian.

      Enrique Cámara

      Palabras preliminares

      La segunda edición de este libro llega en un momento de acelerada producción académica sobre la música en Chile. En los últimos años se han acrecentado notablemente las investigaciones y publicaciones sobre temas variados, engrosando las perspectivas e historias que ya existían sobre la cultura local. Es una buena noticia. Poco a poco el mundo académico y los medios de comunicación toman nota de que el sonido es un eje central para la interpretación de la realidad y no se puede prescindir de él para explicar el entorno que nos rodea. El apuro en el que vivimos, sin embargo, hace que la mayor parte de estas publicaciones responda más a las presiones del mercado académico que al sentido que sostienen las prácticas musicales. Preguntas sencillas como por qué haces música, dónde aprendiste o cómo funciona la escena musical son abandonadas por otras más pragmáticas que —convertidas en cuñas— sirven para los medios y las redes sociales. La tentación de actuar con rapidez es grande. Pero esta no es una imperfección, sino una elección del tipo de profundidad que se quiere para el trabajo que se realiza; un modo de focalizar las necesidades que la investigación satisface, entre las cuales está el tiempo. Siguiendo este derrotero, este libro fue concebido con tiempo: esperando para conocer, preguntando para saber e imitando para perfeccionar hasta saturar de experiencia e información la vida completa.

      La investigación que aquí presento es una etnografía musical centrada en los músicos de cueca urbana de Santiago de Chile, entre los años 1990 y 2010. La investigación surgió como un modo de explicar los СКАЧАТЬ