Historia de los abuelos que no tuve. Ivan Jablonka
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Название: Historia de los abuelos que no tuve

Автор: Ivan Jablonka

Издательство: Bookwire

Жанр: Философия

Серия:

isbn: 9789875994478

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      8 Anuario de Polonia para el comercio, la industria, el artesanado y la agricultura (Księga Adresowa Polski), 1929, disponible en línea: <http://www.jewishgen.org/jri-pl/bizdir/start.htm>.

      9 Para ver imágenes de la vieja sinagoga de madera de Parczew y la brigada de bomberos judíos, consultar: <http://yivo1000towns.cjh.org>.

      10 Varios autores que contribuyen al Yizker Bukh dan la fecha del 9 Av 1942 (23 de julio de 1942). El 9 Av, variable según los años, conmemora la destrucción de los dos Templos de Jerusalén en el año 586 antes de la Era Común y 70 de la Era Común. Seguramente los nazis eligieron esa fecha clave de la fe judía a propósito, para quebrar el ánimo de las víctimas. En “Parczew” (Spector, 2001: 969) se menciona otra fecha: 16 de agosto de 1942.

      11 Disponemos del relato de uno de los líderes del pogromo, miembro de WiN (“Libertad e Independencia”), un grupo de resistentes nacionalistas. El 5 de febrero de 1946, los milicianos llegan a Parczew, desarman y ejecutan a tres judíos, tras lo cual requisan algunas furgonetas para cargar mercancías que van a saquear; luego se dirigen hacia las casas de los notables. “Esos judíos abandonaron sus armas y fueron a esconderse sin más. La población [católica] se dio cuenta de lo que pasaba y, sin temer los disparos, salió a la calle con júbilo para ver a ‘los muchachos de la guerrilla’. La juventud de Parczew, en particular los estudiantes secundarios, nos ayudó con valentía a buscar a los judíos, a cargar los camiones, etc. Al cabo de cuatro a cinco horas, se dio la señal y todo el mundo se alejó del lugar” (Cała y Datner-Śpiewak, 1997: 37-39).

      12 Tres artículos del Yizker Bukh también mencionan este episodio.

      13 La foto del viejo Zalmen Zysman fumando el día de shabat está disponible en línea: <http://yivo1000towns.cjh.org/>.

      14 En Dos shtetl (1904), Sholem Asch, nacido en Kutno en 1880, pinta un shtetl ideal y preserva, a través de cierta cantidad de escenas: el shabat en familia, el matrimonio tradicional, las fiestas, la solidaridad, la calma alegría de los oficios, las bellezas de la naturaleza, etc. (Niborski, 1985: 9-20).

      15 Archivo de Estado (AE) de Lublin, rama de Radzy´n Podlaski, Akta miasta parczewa (Archivo Comunal de Parczew), 68, censo en Parczew de los hombres nacidos entre 1887 y 1937; y 74, inquilinos que reemplazaron a los inquilinos judíos, por calle (1944).

      16 AE (Radzy´n Podlaski), Archivo Comunal de Parczew, 75, demandas de restitución por parte de los judíos.

      17 Omer Bartov brinda numerosos ejemplos relativos a las regiones de Galitzia y Bucovina, con fotos ilustrativas; así, vemos el antiguo cementerio judío de Kuty invadido de yuyos que las cabras se acercan a comer (Bartov, 2007: 97, 110). Después de la guerra, la administración polaca avala la transformación de los lugares de culto judíos, “siempre y cuando, no obstante, el edificio no sea utilizado para fines incompatibles con su carácter antiguamente religioso (cine, sala de danza o sala de espectáculos)”. Asimismo, en la región de Wlodawa, la administración se enfrenta con el jefe de distrito, que desea transformar una sinagoga en cine (Gross, 2010: 89); así sucedió en Parczew.

      2

      Revolucionarios profesionales

      Parczew, un sábado de 1914. La juventud judía en su conjunto se ha reunido en un gran prado para pensar en cómo organizar una visita del gran escritor de idioma ídish, Sholem Aleykhem, que entonces estaba de gira por Polonia. A pesar de las divergencias políticas “los hijos de buena familia se inclinan por el sionismo, la juventud obrera es de tendencia socialista”, después de múltiples discursos entusiastas, se decide por unanimidad que dos camaradas vayan a Lublin a requerir respetuosamente la presencia del ídolo. Para financiar la escapada, todos los participantes aportan a razón de un rublo por persona. Unas semanas después, al enterarse de que Sholem Aleykhem declina la invitación por razones de salud (en 1916, su entierro en Nueva York será seguido por una muchedumbre de 100.000 personas), la juventud de Parczew estalla en indignadas protestas. Una vez vuelta la calma, los hijos de burgueses recuperan su rublo, pero el “barrio del zapatero” decide destinar el dinero a la compra de libros, inicios de la biblioteca trilingüe en ídish, hebreo y polaco, que verá la luz unos meses más tarde, en el domicilio de Motel Polusetski, encuadernador y uno de los emisarios enviados a Lublin (Polusetski, 1977: 82-86).

      Después de la Gran Guerra, la sed de conocimiento muta en efervescencia política. Al regresar de su cautiverio en 1918, Israel Issar Goldwasser, uno de los primeros comunistas de Parczew, crea clases vespertinas de ídish, se hace cargo del círculo de arte dramático, dinamiza la puesta en escena, propone obras del repertorio reciente (Gottesdiner-Rabinovitch, 1977: 29-38 ). Los clubes deportivos Hapoel (“el obrero”, en hebreo) y Maccabi (judíos que resistieron a los seléucidas en el siglo ii antes de la Era Común) organizan partidos de fútbol, bailes, espectáculos, conferencias. Basta de ese judío debilucho, arqueado sobre el Talmud, incapaz de levantar un martillo y de cruzar el Piwonia a nado: ¡hay que crear al hombre nuevo! Parczew tiene el honor de recibir a ponentes de toda índole, a oradores de distintos horizontes. Se forman círculos de lectura. La biblioteca se agranda, se convierte en un centro asociativo donde se lee, se canta, se declaman poemas, se devoran los diarios de Varsovia, se discute de todo, de religión y ateísmo, de poesía y teatro, de revolución y Palestina, de ídish y hebreo, pero también de crédito popular, política extranjera, milicias de autodefensa (Polusetski, 1977). ¡Hay que reinventar todo!

      Los partidos judíos se multiplican. El Bund, que encabeza decenas de organizaciones, movimientos de juventud, sindicatos, clubes de amigos, clubes deportivos y periódicos, defiende el proletariado aliando cultura ídish y lucha de clases. También está la nebulosa sionista, desparramada en partidos y corrientes por encima de su deseo federativo, la autonomía de la nación judía. Estas últimas reproducen en miniatura casi todo el espectro político: sionistas generales, que defienden los derechos de los judíos en la misma Polonia, obreros religiosos del Poale Mizrahi, socialistas del Poale Tsion de derecha, marxistas del Poale Tsion de izquierda, muy influyentes en la intelligentsia, jóvenes pioneros, y también sionistas de derecha, llamados “revisionistas”, partidarios de una emigración a Palestina. Hasta los ortodoxos tienen su partido, Agudat Israel, guardián de las tradiciones y aliado a Pilsudski a cambio de una mayor autonomía religiosa (Ertel, 1982: 146 y sigs.). En Parczew, entre los judíos, son ellos quienes dominan: controlan la kehilla, el órgano de la comunidad, y en las elecciones municipales de 1929 se hacen con 9 de las 20 bancas en un año (Horoch y otros, 2001: 218). “Cada uno creía en algo y, a su manera, aspiraba a un mundo mejor”, escribe Faiwel Schrager (1979: 19), entonces socialista sionista, nacido en una familia de ocho hijos en un rincón de la provincia de Grodno.