Название: Cuerpo, función tónica y movimiento en Psicomotricidad
Автор: Miguel Sassano
Издательство: Bookwire
Жанр: Медицина
Серия: Psicomotricidad, cuerpo y movimiento
isbn: 9788418095306
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Pasada la pubertad el tono toma su aspecto adulto definitivo y en la vejez suceden modificaciones menos conocidas, para llegar a la pérdida total del tono con la muerte. Los cadáveres son absolutamente blandos, flexibles al principio, después se produce la rigidez cadavérica, debido a ciertos fenómenos físico-químicos que van a modificar los músculos. Esta rigidez no tiene nada que ver con la hipertonía.
Estas reglas de evolución del tono son fijas en el sujeto normal. Si un niño no se desarrolla de acuerdo con ellas, indica que su desarrollo es patológico desde el punto de vista neurológico o psiquiátrico (Ballesteros Jiménez, 1982).
El examen del tono muscular
La forma de realizar el examen varía con la edad del sujeto. Se puede distinguir entre el examen del recién nacido, el del lactante hasta los dos años y el del niño mayor/adulto.
En el recién nacido
“Se considera dentro de este grupo al niño desde que nace hasta el primer mes de vida. Se tiene que examinar en el recién nacido el grado de elasticidad muscular. Este grado de elasticidad se mide observando la extensibilidad de cada grupo muscular” (Ballesteros Jiménez, 1982).
Suele entenderse, menciona L. Coriat (1974), como sencillo –y en general lo es– decidir si un lactante es normo, hiper o hipotónico. Pero la valoración precisa del tono muscular requiere el apoyo de datos objetivos a los cuales referirse. Para lograr información confiable hay que recoger metódicamente los hallazgos aportados por una cuidadosa semiología y discriminar paso a paso cada una de las propiedades del tono muscular. Después de un detallado trabajo analítico, la síntesis conceptuará la verdadera calidad tónica del niño examinado. Y es importante conocer dicha calidad desde las primeras etapas de la vida porque, como señala Roberts, “…la cualidad de la función muscular parece jugar un rol vital no solamente en el estado neurológico actual del lactante sino también en la futura integridad de toda la función neurológica” (citado por Coriat, 1974).
El estudio semiológico del tono comienza con la inspección del niño desnudo, que informa, a su vez, sobre su estado de nutrición y el volumen de sus músculos. Asevera Coriat:
“La consistencia de las masas musculares se aprecia por palpación y se mide con patrones personales dados por la experiencia de cada observador. Como se trata de pautas subjetivas es imprescindible que se unifiquen criterios entre los miembros de cada equipo, quienes deben examinar a los niños al mismo tiempo como única posibilidad de transmitirse sus impresiones. Los intentos de medición objetiva de la consistencia muscular en lactantes, por no resultar útiles, no se han generalizado. La maniobra semiológica consiste en tomar a plena mano la masa muscular en estudio –generalmente deltoides, bíceps o gemelos–, evitando abarcar los huesos subyacentes. Si se intenta pinzar los músculos con índice y pulgar es probable que se mida sólo la consistencia del panículo adiposo.
La consistencia muscular es, por lo común, uniforme en los cuatro miembros. La buena técnica exige, sin embargo, que se la estudie de modo comparativo en cada uno de ellos por separado para detectar deferencias que puedan tener significación clínica.
La mayor o menor dificultad que presentan los músculos y tendones a la movilización pasiva puede medirse en forma directa o indirecta. (…)
La pasividad directa o resistencia a la movilización se aprecia actuando sobre el segmento corporal en estudio. Para determinarla en los músculos cervicales se moviliza la cabeza a distintas posiciones; en general, en el cuello, el plano extensor ofrece mayor resistencia, es decir, muestra menor pasividad, que el plano flexor. En otros términos, cuesta más lograr flexionar la cabeza del niño que extenderla. En cambio en los miembros predomina el tono del plano flexor, al menos durante el primer semestre. Así se constata al tomar a plena mano el segmento distal de un miembro y probar su resistencia a ser extendido: normalmente es mucho mayor que la que opone a su flexión. Por otra parte, una vez liberado el segmento que se extendió pasivamente vuelve en forma espontánea y rápida a su actitud primitiva.
Para establecer la pasividad indirecta se actúa sobre un segmento del cuerpo proximal en relación con el segmento a evaluar. Movilizándolo con suave balanceo se mide la mayor o menor amplitud de los desplazamientos que imprime al segmento distal. Tomando al niño por el tronco, a ambos lados del tórax, puede provocarse balanceo cefálico por movimientos de rotación, asimismo, girando el tronco, se mueven los miembros superiores o inferiores para observar la pasividad de brazos y muslos. Para buscarla en manos y pies se agitan respectivamente antebrazos y piernas” (Coriat, 1974).
Continúa Coriat analizando el examen del tono muscular y dice que la cabeza del recién nacido y del lactante muy pequeño muestra amplia pasividad indirecta, pero va adquiriendo firmeza semana a semana y, hacia el cuarto mes, ya casi no se balancea al rotar el tronco. Ocurre lo inverso con los miembros, tanto superiores como inferiores: de un máximo de resistencia y con carencia casi total de balanceo al nacer, se aflojan progresivamente hasta la suelta pasividad indirecta que se observa a fines del segundo semestre.
“La extensibilidad mide la elongación que sufren músculos, tendones y ligamentos cuando se alejan pasivamente sus puntos de inserción. Al estudiar la consistencia y la pasividad queda en el observador exigente un dejo de insatisfacción por no poder cuantificar sus conclusiones. La extensibilidad, en cambio, puede ser expresada en números, que miden el ángulo que abren dos segmentos de miembros cuyos extremos son alejados.
Las maniobras afectan tanto al plano flexor como al extensor, e interesan preferentemente las grandes articulaciones.
La extensibilidad de los músculos del cuello y del tronco es menor que la de los flexores de la misma zona. Si se suspende dorso arriba a un niño del primer trimestre la columna se mantiene recta y hasta dibuja un arco cóncavo hacia arriba; suspendiéndolo dorso abajo, los músculos ventrales se extienden y el conjunto diseña una curva a concavidad inferior. Esta respuesta es más notoria en los músculos del cuello, donde al margen del hecho objetivo de la poca extensibilidad del plano dorsal, reacciones laberínticas coadyuvan para mantener la actitud erecta de la cabeza durante la suspensión dorso arriba” (Coriat, 1974).
Para evaluar la extensibilidad de los músculos del hombro y, en general, del miembro superior, es útil la maniobra “de la bufanda”: fijando el tronco del niño, se toma una de sus manos y se intenta rodear el cuello con el miembro superior. Normalmente el miembro no es tan extensible como para adosarse al cuello y mantiene sus angulaciones normales; así, el ángulo del codo abarca como un compás el cuello, con el que no contacta.
En los miembros superiores se mide la extensibilidad del plano extensor flexionando al máximo los antebrazos sobre los brazos: por lo común las muñecas llegan a contactar con los hombros sólo durante los primeros meses. Extendiendo al máximo los antebrazos sobre los brazos se evalúa la extensibilidad del plano flexor: habitualmente se llega a la línea recta después de vencer la resistencia que ofrece a la movilización pasiva (ibid.).
Para determinar la extensibilidad de los músculos aductores de los muslos, estando el niño en decúbito dorsal se flexionan sus piernas sobre los muslos y, tomando las rodillas, se las separa al máximo: el ángulo abierto entre los muslos, con vértice en el pubis, que no sobrepasa los 90º durante el primer trimestre, se va ampliando progresivamente hasta un máximo de 120 a 160º a fines del primer año. Pero evaluar la extensibilidad consiste en medir el ángulo poplíteo de un niño mantenido en decúbito dorsal, firmemente apoyados dorso y glúteos sobre el plano de la camilla: en esas condiciones se flexionan al máximo los muslos sobre el abdomen y, tomando los pies, se procura СКАЧАТЬ