Un cuento de magia. Chris Colfer
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Название: Un cuento de magia

Автор: Chris Colfer

Издательство: Bookwire

Жанр: Книги для детей: прочее

Серия:

isbn: 9788412407426

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СКАЧАТЬ por conjurar magia en el Reino del Sur: de pena de muerte a encarcelamiento con trabajos forzosos, aun así la medida no sirvió para salvar todas las vidas inocentes que se pierden alrededor de todo el mundo. En la actualidad, muchos abandonan a sus hijos o emigran a territorios más peligrosos con tal de evitar que los relacionen con la magia. La idea de que la magia es algo malo, algo de lo que se deben avergonzar, es el mayor error de interpretación de nuestros tiempos.

      La magia es un don hermoso y extraordinario que permite manifestar y modificar los elementos. Es una forma de arte pura y positiva que se usa para crear algo de la nada. Es la habilidad de ayudar a aquellos que lo necesitan, de sanar a aquellos que sufren y de mejorar el mundo. A ella solo pueden llegar aquellos con un corazón bondadoso, y no las brujas, como dicta la creencia popular, sino las hadas. Y su talento debe ser celebrado, no reprimido.

      Si bien las brujas existen, solo representan una pequeña parte de la comunidad mágica. La maldad de sus corazones evita que puedan hacer magia, por lo que, en su lugar, practican un arte destructiva y sucia llamada brujería. Y, por lo general, lo hacen con intenciones disruptivas. Merecen los castigos severos que reciben, pero sus actos viles nunca se deben confundir con las bondades que la magia ofrece.

      Puede parecer complicado diferenciar a un hada de una bruja, pero hay una prueba muy sencilla que los miembros de la comunidad mágica llevan usando durante siglos. El siguiente pasaje pertenece a un texto ancestral y cuando se lee en voz alta, el hada, o bruja, que duda de su condición puede determinar con facilidad a qué lado pertenece:

      Ahkune awknoon ahkelle-enama, telmune talmoon ahktelle-­­awknamon.

      A Brystal le pareció una frase tan divertida que la leyó en voz alta para oír cómo sonaba.

      —Ahkune awknoon ahkelle-enama, telmune talmoon ahktelle-­awknamon.

      ¿Se ha manifestado algo macabro cerca? ¿Se ha desatado de repente una tormenta de langostas o una plaga de pulgas? ¿Tu piel se ha cubierto de llagas? Si no se ha producido ninguno de estos cambios visibles en tu cuerpo o entorno, entonces, enhorabuena, ¡no eres una bruja!

      Ahora, si lees el siguiente pasaje en voz alta, podrás descubrir si eres un hada:

      Elsune elknoon ahkelle-enama, delmune dalmoon ahktelle-­awknamon.

      Brystal sabía que leer el segundo pasaje tendría el mismo efecto irrisorio en ella que el primero, pero disfrutaba siguién­dole la corriente a la autora. No todos los días podía una comprobar si tenía habilidades mágicas.

      —Elsune elknoon ahkelle-enama, delmune dalmoon ahktelle-­awknamon —leyó en voz alta.

      ¿Se ha manifestado algo hermoso? ¿Llueven del cielo rubíes y diamantes? ¿Tu ropa es más elegante ahora? Si es así, entonces, enhorabuena, ¡eres un hada! Si leer este pasaje no ha producido ningún cambio físico en ti o a tu alrededor, entonces es seguro suponer que la magia no corre por tus venas.

      Pero a pesar de que no seas parte de la comunidad mágica, espero que sigas apoyando nuestros esfuerzos para encontrar aceptación y...

      De pronto, a Brystal la distrajo un aroma. Como si alguien hubiera encendido una vela aromática, la pequeña habitación se vio consumida por los olores placenteros de la lavanda, el jazmín y las rosas, entre otras fragancias. Con el rabillo del ojo, vio que algo se movía y giró la cabeza en todas direcciones.

      Para su asombro absoluto, cientos de flores empezaron a crecer en las paredes. Y cuando estas quedaron cubiertas, las plantas empezaron a brotar en el techo, el suelo y los estantes. Brystal gritó a medida que el fenómeno se desarrollaba a su alrededor, y se levantó sobresaltada de la silla cuando vio que las flores también crecían debajo del asiento.

      —¿Qué...?, ¿qué...?, ¿qué está pasando? —preguntó sin creer lo que estaba ocurriendo.

      Brystal lo sabía, pero no quería admitirlo. Al leer el pasaje del libro de magia, había transformado sin querer aquella habitación oscura y sin ventanas en un lugar fantástico, lleno de energía y color. No había otra explicación para el cambio, pero rechazaba los hechos con todas sus fuerzas.

      —No, no, no... ¡Esto no es real! —se dijo—. Es solo una alucinación provocada por la falta de sueño. Dentro de pocos segundos, todo desaparecerá.

      No importaba cuántas veces respirara hondo o con cuánta fuerza se frotara los ojos, las flores seguían allí. Brystal sintió que se mareaba y que las manos no dejaban de temblar, mientras intentaba entender aquella realidad tan inoportuna.

      —¡No..., no!... ¡No puede ser! —insistió—. De todas las personas que hay en el mundo, esto no me puede estar pasando a mí... Esta no puedo ser yo... Ya tengo suficiente en mi contra. ¡Lo último que necesito son habilidades mágicas!

      Brystal estaba desesperada por destruir toda prueba que demostrara lo contrario. Fue a la planta baja de la biblioteca y volvió con el cubo de la basura más grande que encontró. Al borde de la histeria, arrancó las flores de las paredes, el suelo y los muebles, y no paró hasta que acabó con todos los pétalos, con todas las hojas, y la habitación de los jueces recuperó la normalidad. Colocó el libro La verdad sobre la magia en el estante correspondiente y sacó el cubo de la basura de la biblioteca secreta. Cerró la puerta de metal tras de sí con la intención de no regresar, como si pudiera mantener la verdad allí encerrada.

pausa

      Brystal estuvo varios días fingiendo que no había descubierto la habitación secreta en la primera planta. Incluso llegó a decirse que La verdad sobre la magia y los otros libros prohibidos no existían y que no había leído el hechizo de las flores. De hecho, se negaba a aceptar aquella dura experiencia con tanta fuerza que después de limpiar la biblioteca regresaba directamente a casa sin leer nada, temiendo que abrir otro libro le hiciera revivir lo que quería olvidar.

      Por desgracia, cuanto más se esforzaba en borrar de su mente lo ocurrido, más pensaba en ello. La pregunta de si era cierto lo que había pasado enseguida se convirtió en por qué había hecho lo que había hecho.

      —Todo esto tiene que ser un malentendido enorme —se dijo—. Si puedo hacer magia... o si soy un hada, como dice la autora, ¡debería haber visto más señales! Un hada sabría que es diferente... Un hada tendría problemas para integrarse... Se pasaría la vida sintiéndose como si no perteneciera a este lugar. ¡Ay, cállate, Brystal! ¡Te estás describiendo!

      En muchos sentidos, que la magia corriera por sus venas tenía lógica. Brystal siempre había sido distinta de todos los que conocía, y tal vez la magia fuera la fuente de su naturaleza única. Tal vez siempre le había pedido más a la vida porque, muy en el fondo, sabía que había algo más.

      —Pero ¿por qué he tardado tanto tiempo descubrirlo? —se preguntaba—. ¿He sido completamente ajena a esto o una parte de mí siempre lo ha sabido? Por otro lado, vivo en un reino que mantiene a las mujeres jóvenes alejadas de todo tipo de conocimiento. Tal vez esto demuestre lo eficaces que son los jueces a la hora de controlar a las personas. Si antes no era una amenaza para la sociedad, ahora seguro que lo soy.

      Y ahora que sabía la verdad, ¿sería fácil que otros también la descubrieran? ¿Acaso sus compañeros de clase percibirían su magia con la misma facilidad con la que lo hacían con sus otras diferencias? ¿Podría ocultarla o resurgiría sin que lo pudiera evitar y la dejaría en СКАЧАТЬ