Название: El arte de educar jugando
Автор: Silvia Álava
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: Tu vida en positivo
isbn: 9788412361681
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Cuándo. Siempre que vayamos al supermercado o a otro tipo de tiendas donde sepamos que tardaremos un buen rato.
El cerebro en los niños de 9 a 12 años
En cuanto a los procesos sensoriales, en esta etapa se producen procesos de perfeccionamiento visual. Así, por ejemplo, a los 9 años ya son más capaces de procesar los detalles de las cosas como parte de un todo y a los 11 años dominan este tipo de procesamiento visual.
En cuanto al lenguaje, también se producen mejoras que permiten perfeccionar esta área, ya que entre los 11 y los 13 años se produce un nuevo desarrollo de las áreas cerebrales involucradas en el lenguaje y perfeccionan la gramática y sobre todo la pragmática, es decir, la capacidad de adaptar el lenguaje a distintas situaciones sociales (por ejemplo, utilizar «usted» cuando hablamos con personas mayores o cuando hablamos con personas que no conocemos en una situación formal).
Por otro lado, al finalizar esta etapa ya son capaces de llevar a cabo tareas de resolución de problemas, comprobar hipótesis y planificar estratégicamente una conducta. Su ejecución en tareas de memoria ya es muy similar a la del adulto (a los 12 años ya son capaces de retener series de hasta 6 o 7 ítems). Sin embargo, todavía les falta por desarrollar el componente de regulación emocional y motivacional que les permita ser completamente eficaces en las tareas.
En esta etapa la capacidad de memoria ya es muy similar a la de un adulto.
Lo más llamativo de esta etapa es el gran avance que se produce en la capacidad de razonamiento, dado que a partir de los 11-12 años se desarrolla la capacidad de abstracción y de hacer hipótesis aplicando principios más lógicos que en la etapa anterior (el razonamiento ya no se realiza sobre realidades concretas, sino sobre hipótesis que luego pueden ser contrastadas con la realidad). Además, a partir de los 8-9 años los niños ya pueden utilizar de un modo más eficaz el pensamiento crítico6 y el pensamiento creativo, lo que les permitirá entre otras cosas, pensar de forma novedosa y encontrar soluciones diferentes a los problemas.
Cerebro flexible como una goma
Para qué. Los niños creativos tienen más facilidad para resolver los problemas que se encuentran y lo hacen con menor estrés o ansiedad. Además, su autoestima7 se verá reforzada al sentirse con mayor capacidad y con más recursos para generar ideas nuevas y originales. Así conseguimos que de forma indirecta muestren más tenacidad y una mayor tolerancia a la frustración en situaciones complicadas.
Cómo
1. Una manera de trabajar su creatividad es proponerles juegos o actividades que desarrollen su pensamiento divergente, es decir, la capacidad para dar más de una respuesta diferente a un mismo problema.
2. Un juego que podemos hacer con ellos es hacer un garabato en un papel y que piensen todo lo que podría ser ese garabato. Podemos complicarlo haciendo varios garabatos que tengan que combinar para percibir algo más complejo.
3. También es posible utilizar las nubes para hacer un juego similar, en el que le preguntaremos a los niños a qué objetos o seres vivos conocidos les recuerdan las formas de las nubes.
4. Otra actividad para trabajar el pensamiento convergente verbal puede ser escribir el mayor número de palabras que se les ocurran que cumplan una regla (por ejemplo, que empiecen por s y tengan cuatro letras).
5. O podemos enseñarles un dibujo sobre una situación social y que nos digan todas las preguntas que se les ocurran sobre ese dibujo.
Cuándo. Este tipo de actividades podemos proponerlas cuando realicemos juegos en familia o incluso en cumpleaños o fiestas familiares, donde pasaremos un buen rato, además de estar trabajando la creatividad.
Adivina, adivinanza
Para qué. Jugar a las adivinanzas permite a los niños comprender mejor el lenguaje, así como asociar ideas, razonar de forma lógica y, sobre todo, aprender a «leer entre líneas» estableciendo relaciones entre la información que les da la adivinanza y sus conocimientos previos. Aunque podemos jugar con ellos a las adivinanzas del modo tradicional (se trata de que les leamos adivinanzas y traten de averiguarlas), una manera de complicar el ejercicio para los niños de esta edad es pedirles que creen adivinanzas nuevas.
Cómo
1. Para que elaboren una adivinanza, les diremos que elijan un objeto que haya que adivinar. Por ejemplo, un paraguas.
2. El segundo paso será observar cuáles son las cualidades que mejor lo caracterizan. Por ejemplo, protege de la lluvia, es de tela, tiene un mango…
3. Después les pediremos que traten de encontrar palabras precisas que expliquen bien esas características y que ayuden a adivinar el objeto en cuestión. Por ejemplo, tiene una forma parecida a la de un paracaídas.
4. Posteriormente tienen que tratar de formular la adivinanza con las características básicas, pero con frases cortas y el menor número de palabras. Por ejemplo, «me llevan para la lluvia y me usan de techito, quedándome mojadito».
5. El último paso puede ser que digan la adivinanza a otras personas. Si la mayoría de las personas la aciertan, la adivinanza estará bien hecha. Si las personas contestan cosas distintas al paraguas, le pediremos que revise los pasos para hacer la adivinanza aún más clara.
Cuándo. Podemos utilizar este tipo de juegos en situaciones en las que tengamos que esperar para estar más entretenido, en viajes en coche, etc. También se puede utilizar en reuniones familiares o fiestas de niños.
Recuerda que…