El amor y la sexualidad. Omraam Mikhaël Aïvanhov
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Название: El amor y la sexualidad

Автор: Omraam Mikhaël Aïvanhov

Издательство: Bookwire

Жанр: Философия

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isbn: 9788412406863

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СКАЧАТЬ pudo resistirse a la atracción física que ejercía sobre él esta belleza, permaneció en la región impersonal en donde no hay ni deseo, ni ambición, sino solamente éxtasis, por lo que no coda ningún peligro. Pero Buda, sin querer, bajo el encanto de esta bella joven, permitió que despertara su naturaleza inferior, más personal, más egoísta y se dice que se durmió... Porque, cuando la naturaleza inferior se despierta en el hombre, la otra naturaleza se duerme: es decir olvida la sabiduría, los buenos propósitos, y actúa según los consejos de la naturaleza inferior. Después, se extraña de haber olvidado las promesas que había hecho con la mayor sinceridad.

      El punto más interesante de esta historia, es que Buda logró vencer la influencia de la serpiente con la humildad, no con la fuerza. Porque mientras se trate de fuerzas humanas, la serpiente es la más fuerte, tiene sus raíces profundamente enterradas en toda la naturaleza. Por tanto, debéis comprender que si hasta ahora habéis fracasado en vuestra lucha contra la serpiente, es porque habíais luchado solos, creciéndoos en lugar de empequeñeceros. Éste es un punto tan importante que ¡muy poca gente conoce! Nadie piensa en empequeñecerse, en disminuirse; sólo hay algunos pequeños insectos que han comprendido: para engañar al enemigo y escapar de él, fingen estar muertos. Los insectos han descubierto un secreto, pero, por supuesto, eso no funciona siempre, porque los demás saben que disimulan y que no están muertos...

      Pero volvamos a otro punto muy interesante de esta historia, cuando se dice que Buda amó en esta joven el principio divino. Cuántas veces os lo he repetido: el hombre y la mujer deben siempre considerarse mutuamente como portadores del principio divino, porque en ese momento no corren ningún peligro; se superan, tienen alas, descubren el mundo, son creadores. Bajo este aspecto, todo cambia. Por eso hay que saber ver la creación como un medio de llegar hasta el Creador, una escalera, la escalera de Jacob, si queréis. Cada cosa, cada ser representa un grado a subir, hasta llegar al Señor.

      Si toda la naturaleza os presenta una riqueza indescriptible: las piedras, las flores, los árboles, las mariposas, los pájaros, los peces, y a través suyo lográis comprender los proyectos del Creador, ¿por qué el problema del hombre y de la mujer es tan complejo? Tomemos solamente este precepto, inculcado desde hace siglos por el cristianismo, de que hay que huir de la mujer, no mirarla, y sobre todo no verla desnuda para admirarla. Por supuesto, si estas reglas existen, es debido a la debilidad de los hombres y todo el problema está ahí: cuál es el grado de evolución de los individuos. Para aquél que está muy evolucionado, que una mujer esté vestida o desvestida, siempre será lo mismo: estará siempre tranquilo, en el Cielo, verá siempre la Divinidad.

      Está escrito en los Misterios que el Iniciado debe llegar a contemplar Isis desnuda. Gracias a su pureza y a su sabiduría, el Iniciado debe saber contemplar Isis, es decir la Madre divina, la Madre Naturaleza, por todas partes, en todas sus manifestaciones. Y es Isis misma quien le proporciona finalmente esta felicidad de conocerla en todos sus secretos, toda su belleza, su pureza y su luz. Por otra parte, simbólicamente, idealmente, una mujer desnuda ante su amado representa Isis desnuda ante los ojos del Iniciado. Pero la gente no ha comprendido nada. Toda su vida no hacen más que repetir los misterios de la Iniciación, los misterios de Isis, pero jamás comprenden nada. ¿Por qué la novia va cubierta de velos, y la noche de bodas debe desnudarse ante su amado para ser contemplada? Casi nadie conoce la razón profunda de estas costumbres y se detienen en su aspecto más inferior, más grosero, más material, en lugar de prepararse para comprender uno de los mayores misterios. No se preparan, por eso surgen después tantas anomalías. Los recién casados van de viaje de bodas: a eso se llama “luna de miel”, y comprenden esta luna de miel como un período donde deben abandonarse a los placeres sexuales hasta la saciedad. ¡Es así como repiten el símbolo eterno del Iniciado que se presenta ante su novia, Isis, para celebrar las bodas!

      Cuando se comprendan estas verdades, todo el resto empalidecerá. Todas las nociones erróneas con las que los religiosos se han llenado la cabeza, serán barridas ante la luz poderosa del saber; finalmente la humanidad respirará el aire puro y todos gozarán de la alegría de las Bodas del Cordero. Todos están predestinados a vivir esta alegría. Diréis: “¿E incluso los más ancianos?” Pues precisamente ellos están más preparados para vivir con un novio o una novia que los jóvenes, porque su amor es diferente, sus pensamientos son más elevados, su ideal también, están pues mucho mejor preparados para gozar de las alegrías del amor divino.

      Cuando los hombres sepan ver en una mujer el principio divino, ya esté desnuda o vestida, no querrán abalanzarse de inmediato sobre ella, no perderán la cabeza; dirán: “Oh Madre divina, ¡qué hermosa eres! comprendo porqué el mundo entero Te busca y necesita de Ti, porque Tu eres la fuente de la vida...”

      Todos vosotros habéis constatado el poder de los dos principios. ¿Qué mujer negará haberse emocionado alguna vez al ver un rostro de un hombre en la calle, en un tren, en una película, o incluso en un libro? Y cuál es el hombre que jamás se ha emocionado al contemplar el rostro de una joven?... Esta cuestión está clara, no se puede dudar que los dos principios son poderosos, eficaces, y que СКАЧАТЬ