Growin' Up. José Javier Torre Ruíz
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Название: Growin' Up

Автор: José Javier Torre Ruíz

Издательство: Bookwire

Жанр: Сделай Сам

Серия: Crecimiento personal

isbn: 9788418811067

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СКАЧАТЬ amargadas, defraudadas, decepcionadas o desmotivadas cuando se enfrentan a un fracaso.

      ¿Por qué hay que levantarse cada mañana?

      Esta pregunta es como el picotazo de una avispa. Cuando el fracaso llega en modo de pérdida de ilusión por un trabajo, por un desengaño sentimental, o ante una enfermedad crónica… aparece esta cuestión. Podemos ignorarla, pero cada cierto tiempo acudirá irremediablemente, puntual como un reloj suizo, y nos provocará cierta sensación de ansiedad, angustia o vacío. Kierkegaard lo llamó «pavor», mientras que Jean-Paul Sartre, otro existencialista, la denominó «náusea». Cuando de pronto caes en la cuenta de que no tienes una razón para levantarte cada mañana y todo comienza a perder el sentido.

      Con demasiada frecuencia percibimos el fracaso como una puerta que se cierra o un tren que se nos escapa. Somos así de fatalistas. Pensamos que por perder un trabajo, terminar una relación o padecer una enfermedad, la vida deja de tener sentido. Sin embargo, nos olvidamos de otras posibilidades. Podemos ver ese fracaso como una ventana que se abre, o la marcha de ese tren como un espacio que se queda libre para que lleguen otros trenes. Consideramos las crisis en negativo, cuando son oportunidades para cambiar y aprender algo que nos haga superar ese momento. La palabra crisis proviene del griego y significa separar y decidir. Crisis es algo que se rompe, y cuando algo se rompe hay que analizarlo. La crisis nos obliga a parar para pensar y, por lo tanto, genera análisis y reflexión.

      La función de una crisis es obligarnos a frenar para hacernos preguntas sobre nosotros mismos, sobre nuestra existencia y lo que de ella esperamos, sobre nuestras contradicciones y nuestros deseos conscientes e inconscientes. Es en estos momentos donde las tres preguntas que vertebran este ensayo toman fuerza: ¿Cómo vivir el cambio? ¿Qué quieres? y ¿Quién eres realmente? Pero también otras cuestiones relacionadas con la incertidumbre y la duda: ¿Qué es lo que ahora empieza? ¿Qué hay de interesante en la nueva senda que acabamos de tomar? ¿Qué me quiere decir esta situación? O lo que es lo mismo: ¿Para qué o cuál es la intención de este cambio?

      En suma, podemos ver las crisis o los fracasos como un mal momento coyuntural y olvidarlos lo más deprisa posible. O hacer un alto en el camino para analizar lo sucedido, aceptándolo como una parte de la realidad que nos ofrece una información. En este sentido, conviene recordar otra de las ideas estoicas:

      «Las cosas que nos suceden en la vida no son ni justas ni injustas, simplemente son».

      Lo que nos dicen los estoicos es que hay que aceptar la vida tal y como es, y pronunciar con más asiduidad «es lo que hay». Hay una anécdota que cuenta Toni Nadal, el que fuera entrenador de Rafa Nadal y cuya filosofía se asienta en los principios estoicos, que sirve para ilustrar esta idea. Cuando estaba entrenando a su sobrino Rafa Nadal y este se quejaba porque hacía viento, porque las bolas no botaban bien, o por cualquier otra circunstancia, la respuesta de su tío era invariable: «Rafa, no te quejes; esto es lo que hay».

      Aunque lo verdaderamente importante es desde dónde decimos esto. Desde la amargura y la resignación del que se resigna a lo que hay, o desde la aceptación y la valentía para construir algo diferente a partir de lo que hay. Esa es la cuestión. Nos puede servir de guía el famoso poema «Si» de Rudyard Kipling, donde reconoce que hay que saber perder para llegar a ser un hombre. Perderlo todo y ponerse a reconstruirlo.

      «Si soportas ver destruida la obra de tu vida,

      y sin pronunciar palabra te pones a reconstruirla,

      o perder de golpe la ganancia de cien partidas,

      sin hacer un solo gesto y sin un suspiro…».

      Es obvio que para poder enfrentar un fracaso con esa actitud es necesario haber desarrollado determinadas cualidades que iremos abordando en los próximos capítulos y que permiten forjar el carácter de una persona: esfuerzo, disciplina, perseverancia, resiliencia, valentía, determinación… y, quizá lo más importante, confianza en uno mismo y en la vida.

      La decisión: el fracaso como ocasión de reinventarse

      Como fruto de la reflexión, el análisis y el cuestionamiento de la realidad debe surgir una decisión: continuar en la oscuridad resignándote a tu suerte, como le sucede al protagonista de «Downbound Train», una canción triste y deprimente donde Bruce nos cuenta la historia de un tipo al que todo le sale mal...

      «Joe pierde su trabajo, su chica y su futuro…

      y termina dirigiéndose hacia el abismo».

      ...o decidir salir de ella abandonando la queja y el victimismo y responsabilizándote de tu situación. Es el momento de tomar la decisión, la gran decisión. Seguir hundiéndote en el mismo camino embarrado y ponzoñoso o salir de donde estás y tomar otra senda. En realidad, es el momento de decidir qué hacer, y las posibilidades entre las que podemos elegir son tres: la primera consiste en permanecer en la oscuridad, la segunda implica salir de ahí y elegir un nuevo camino y la tercera, cuando la segunda opción no sea viable por determinadas circunstancias, supone cambiar de actitud.

      En primer lugar, mantenernos en la oscuridad puede resultar una opción atractiva, como hemos visto anteriormente, no exenta de su propia filosofía de vida. No cambiar implica fundamentalmente rechazar la posibilidad de asumir la responsabilidad de lo que nos está sucediendo y, por tanto, dejarse llevar por las circunstancias sin enfrentarse a uno mismo y sin analizar o reflexionar sobre las cosas que nos rodean. En suma, no cambiar significa convertirnos en personas dóciles y obedientes que, por miedo a las consecuencias de un futuro incierto, prefieren dejar en manos de otros la toma de decisiones. No cambiar implica dejar de activar nuestro pensamiento crítico, o lo que es lo mismo, rechazar el lema que nos dejaron los filósofos ilustrados del siglo XVIII: «Atreverse a pensar». Claro que para atreverse a pensar de forma autónoma es necesario ser valiente, apartar la cobardía, el victimismo y dejar de comportarse como una cabeza hueca, que es lo que hacemos cuando dejamos que otros piensen por nosotros.

      En segundo lugar, elegir un camino nuevo es la opción de los valientes, los temerarios o los inconscientes. Suele darse cuando ya no puedes más. Cuando alguien ha agredido tus valores o aquella forma de ser o ver la vida que no estás dispuesto a que nadie ataque. También puedes tomar una senda nueva cuando has llegado a la conclusión de que necesitas cambiar y vivir nuevas experiencias. Sin embargo, el motor que nos impulsa al cambio es diferente, y probablemente el resultado será distinto a medio y largo plazo. Mientras en el primer caso el motor es el resentimiento o la ira, en el segundo, la fuerza para actuar la encontramos en la confianza en uno mismo, que nace de la «seguridad interior» para afrontar nuevos retos, aún sin saber si vamos a acertar o no. Cuando aparecen la ira o el resentimiento conviene tener cuidado, evaluar los riesgos y no dejarse llevar por esa emoción que arrasa con todo. En ambos casos necesitaremos seguir trabajando esa confianza en nosotros mismos que nos permitirá afrontar el proceso de cambio, y de la que hablaremos más adelante. Sin embargo, una persona que ha desarrollado su seguridad interior es una persona que actúa de un modo valiente, entendiendo la valentía en el término medio aristotélico que separa la cobardía de la temeridad.

      Cuando elegimos un nuevo camino estamos tomando la postura de los filósofos existencialistas, de vivir la vida de un modo pleno, haciendo uso de nuestra libertad y en el ejercicio de la responsabilidad individual, para darle un sentido a nuestra existencia. Uno de los máximos representantes del existencialismo, Jean-Paul Sartre, sostenía que:

      «La existencia precede a la esencia».

      Lo que significa que somos libres de existir, de inventarnos y rectificar durante nuestra vida СКАЧАТЬ