Название: Los santos y la enfermedad
Автор: Francisco Javier de la Torre Díaz
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
isbn: 9788428835091
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Bibliografía
AGUSTÍN, Obras completas, en http://www.augustinus.it/spagnolo/index.htm.
• La bondad del matrimonio
• La Ciudad de Dios
• Comentario literal al Génesis
• Confesiones
• En. Ps. (= Comentarios a los salmos) 1; 7; 33; 37; 62; 85; 86; 118; 140
• Epistula 10; 38; 118; 124; 130; 138; 151; 213
• Homilía sobre la primera carta de san Juan
• La piedad con los difuntos
• Sermón 2; 9; 15a; 20B; 51; 80; 81; 113A (= Den 24); 131; 229B; 278; 299D; 305a; 306C; 355; 356
• Soliloquios
• El trabajo de los monjes
• Tratado sobre el evangelio de san Juan
–, Regla. Trad. de P. DE LUIS, en ORDEN DE SAN AGUSTÍN, Regla y constituciones: texto en latín y español. Roma, Curia General Agustiniana, 2008, pp. 7-31.
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SAN BENITO.
LA TRADICIÓN MONÁSTICA (BENEDICTINA) Y LA ENFERMEDAD
IGNASI M. FOSSAS, OSB
Monasterio de Montserrat
Barcelona
1. San Benito y su experiencia de la enfermedad
Sabemos poco sobre la biografía, en el sentido moderno del término, de san Benito. La única fuente para conocer algo de su vida es el libro II de los Diálogos, de san Gregorio Magno. Como es bien sabido, esta obra de san Gregorio es una recopilación de vidas de santos y, por tanto, hay que situarla en el género literario hagiográfico, cuyo objetivo no es hacer una biografía de los personajes, en el sentido moderno del término, sino más bien edificar a los lectores mostrando la acción de Dios en la vida de unos hombres y mujeres que se dejaron plasmar por la gracia. Esta obra está dividida en cuatro libros, el segundo de los cuales está enteramente dedicado a Benito de Nursia, «varón de vida venerable […] que, deseando agradar solo a Dios, buscó el hábito de la vida monástica» (Introducción), y que «escribió una regla para monjes, notable por su discreción y clara en su lenguaje» (cap. XXXVI) 1.
En relación con la enfermedad y la muerte, interesa al autor de los Diálogos mostrar los poderes taumatúrgicos de san Benito, como expresión de su santidad, fruto del don del Espíritu, a partir, naturalmente, de una clara inspiración bíblica. Así pues, lo vemos en el cap. XI sanando con su oración a un joven monje que había sido aplastado por el derrumbe de una pared, o en el cap. XXVI, donde cura a un leproso, e incluso resucitando al hijo de un campesino (cap. XXXII). Las cualidades curativas se extienden incluso a los lugares habitados por el santo, una vez este ya había fallecido. Así, en el cap. XXXVIII se narra el caso de una mujer que había perdido el juicio y estaba perturbada por completo, y que después de haber pasado una noche en la cueva donde había vivido Benito, al alba del día siguiente salió «tan sana de juicio como si nunca hubiese sufrido perturbación alguna, y conservó durante toda su vida la salud que había recobrado».
De todos modos, resulta más interesante para nuestro estudio lo que cuenta san Gregorio en el cap. XXXVII. Es la única referencia que encontramos a la enfermedad de san Benito, y está directamente relacionada con su muerte. La narración empieza con un «lugar común» en la vida de los santos, a saber, el anuncio del día de su muerte con notable antelación, tanto a hermanos que vivían con él como a otros que vivían lejos. Seguidamente se explica que «seis días antes de su muerte mandó abrir su sepultura. Muy pronto, atacado por unas fiebres, comenzó a fatigarse con su ardor violento. Como la enfermedad se agravaba de СКАЧАТЬ