Название: Fotografía infantil
Автор: Manuel Santos
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: FotoRuta
isbn: 9788412251302
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Los anillos de extensión y lentes de aproximación son un poco más incómodos y lentos de usar, porque primero tendrá que elegir el adecuado para el rango de aproximación que desee o probar con varios diferentes hasta encontrar el rango de ampliación deseado. Obviamente, también la calidad de imagen conseguida con las lentes de aproximación es inferior a la de un buen objetivo macro. No obstante suele ser más que suficiente considerando que lo que prima en este tipo de fotografías no es la resolución y nitidez, sino la capacidad del fotógrafo de elegir detalles atractivos y sugerentes que emocionen a los padres al volver a verlos en el futuro.
Con su objetivo 105 mm macro Manuel González se acerca a detalles diminutos de los recién nacidos que, a ser posible, puedan ser muy característicos. Después, en el procesado, convierte sus fotografías a blanco y negro para acentuar las líneas y detalles, así como evitar que sean muy visibles los cambios de color en la piel por las marcas y roces de los primeros días.
Izquierda: Canon 5D Mark III, Sigma 105 mm Macro, ISO 400, f/3,5, 1/160 s.
Derecha: Canon 5D Mark III, Sigma 105 mm Macro, ISO 400, f/2,8, 1/250 s.
Hay fabricantes que producen algunos tipos de objetivos especiales que son usados ocasionalmente en fotografía de niños. Entre los más habituales se encuentran los objetivos de la marca Lensbaby que permiten obtener desenfoques más acusados que con objetivos tradicionales, ofreciendo un aire más mágico a sus fotografías. Además, con ellos se logran desenfoques en planos paralelos a la cámara, al bascular el objetivo hacia los lados, un efecto imposible de realizar en cámaras convencionales digitales pero muy habitual entre los usuarios de las cámaras técnicas de gran formato. En cualquier caso, asegúrese siempre de haber realizado sus tomas fundamentales en una sesión con niños antes de lanzarse a experimentar con este tipo de objetivos.
Pepa Valero controla todo el proceso y factores que intervienen en la creación de sus fotografías, desde el diseño de la escena y estilismo, hasta el más pequeño detalle para lograr el resultado deseado. Para esta imagen buscaba una imagen en clave alta y ajustó la iluminación para que fuera suave y dominaran los tonos claros. Incentivando el juego de la niña con su reflejo, dedicó unos minutos a buscar esa expresión de sorpresa que había imaginado para la imagen. En el postprocesado digital presta mucha atención al color buscando esquemas específicos para cada campaña, e incluso para cada niño si es muy especial, como esta curiosa pelirrojilla.
Nikon D800, Nikkor 24-70 mm f/2,8, ISO 1600, f/2,8, 1/160 s.
Iluminación
Muchos fotógrafos especializados en niños optan por la luz natural o continua en sus estudios. La luz continua tiene la ventaja de poder disparar secuencias de varias fotografías con lo que es más fácil que no se escape algún gesto o mohín divertido. Pepa Valero trabaja habitualmente en su estudio con luz natural que entra por una ventana de unos 4 por 2,70 metros. “No obstante también tengo dos flashes D1 de Profoto y un B1, un B10 y un Multiblitz antiguo, pero que utilizo a veces como luz continua, aunque también disparo con él. También construí dos paneles de 1 x 2 metros con dos cajas en aluminio blanco forradas de papel plata con tubos fluorescentes y filtradas con un panel de PVC blanco, que me dan una luz muy interesante”. Las utilizo con niños más mayores y gente joven porque dan un aspecto muy de publicidad. Y por supuesto un reflector con una cara dorada y otra blanca de 1 x 2 metros, imprescindible. En localizaciones cerradas suelo apoyarme en el B1 y el B10, al ser portátiles son muy cómodos, aunque últimamente coqueteo con el B2, me gusta mucho. ¡Y por supuesto el reflector!, eso no falla. Cuando hago exteriores no utilizó nada, hace tiempo salía con flashes de mano, antorchas o el B1, pero últimamente no los uso. Me gusta trabajar ‘a pelo’, ni siquiera llevo reflector”.
En gran parte de sus sesiones Alba Soler trabaja en localizaciones en exteriores, donde busca usar la luz existente como base y complementarla con una unidad de flash portátil Profoto B1 o B2 si es necesario. Alba considera que “no siempre la solución es tan sencilla como usar exclusivamente la luz existente o encender el flash. Conviene evaluar la luz disponible en la escena y considerar si puede mejorarse con luz de flash u otro tipo. Usar la luz natural permite concentrarse más en el niño y la escena, sin tener demasiado aparataje técnico que puede abrumar o distraer al niño. Además, la luz natural tiene muchos matices en función del lugar. No hay que limitarse a la luz dorada de atardecer o a la luz suave bajo la sombra de unos árboles, hay también luces muy atractivas en otros lugares. A mí me gustan especialmente los grandes ventanales de edificios antiguos, como casinos, bibliotecas u hoteles. También, simplemente, la luz sin sombras que hay bajo los toldos de una terraza o kiosko, una luz que ilumina casi desde todas direcciones pero con una mínima direccionalidad para que el rostro no quede excesivamente plano”. Puede ver algunos ejemplos de fotografías que ilustran estas ideas de Alba Soler en el capítulo sobre Preadolescentes.
Esquema de iluminación usada por Manuel González en gran parte de sus fotografías de estudio. Se basa en un flash de estudio situado a 45º del eje sujeto y cámara, montado con un accesorio de ventana rectangular de gran tamaño para conseguir una luz difusa.
Manuel González nos explica que, a pesar de dominar la técnica y conocer numerosos esquemas de iluminación, utiliza una sola fuente de luz principal, porque según nos dice Sol solamente hay uno; por esa razón tan sencilla utiliza una única fuente de luz, por regla general siempre situada a la derecha. Además, es de la opinión de que un punto de luz = un problema, dos puntos de luz = dos problemas, tres puntos de luz = tres problemas. Esto sumado al atrezo que se desee utilizar supone tener en cuenta demasiados factores; por eso prefiere simplificar todo a una sola fuente, como el Sol, y mínimo atrezo, consiguiendo prestar atención a lo que realmente le interesa que es el propio niño y conseguir de ese modo las instantáneas tiernas a las que nos tiene acostumbrado. Habitualmente el esquema de luz que más utiliza es el indicado junto a estas líneas.
Una gran parte de las fotografías que realizará un especialista en niños se harán en estudio. Para estas sesiones no hay mejor alternativa que un equipo de flashes de estudio, pues ofrecen potencia suficiente para fotografías individuales o de grupos; así como tiempos de recarga rápidos, lo que es fundamental al trabajar con niños para poder tener la cámara y el flash listo para cualquier gesto divertido o interesante.
Aunque puede optar por equipos de flash basados en un generador que alimenta varios cabezales, no considero que sea lo más barato y cómodo cuando se trabaja con niños. Primero, los generadores suelen ser equipos más potentes y costosos, sin embargo no va a requerir de tanta potencia como entregan y por tanto ¿por qué pagar más? Además, ofrecen menos comodidad para poder trabajar con niños, porque obligan a tener cables de conexión largos desde cada cabezal al generador, con la posibilidad de que un niño se enrede en alguno de ellos y ¡arrastre una cabeza de flash al suelo! Resulta mucho más rápido y seguro trabajar con los cabezales autónomos, al solo requerir unos pocos enchufes distribuidos por las paredes del estudio y cables más cortos desde cada cabezal a dichos enchufes.
La opción más interesante son los flashes de estudio basados en cabezas autónomas que incluyen su propio generador de alta СКАЧАТЬ