Название: 17 Instantes de una Primavera
Автор: Yulián Semiónov
Издательство: Bookwire
Жанр: Языкознание
Серия: Expediciones
isbn: 9789874039255
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—Hoy puede irse a la ciudad a ver a sus hijos —le dijo—. Venga mañana a las seis de la mañana, y si aún no me he marchado, hágame un café fuerte, lo más fuerte que pueda…
De Justas a Alex. Desde Berlín.
Información sobre fuerzas y efectivos de los grupos de Ejércitos en el Frente Oriental durante el mes de febrero.
1. Grupo de ejércitos Curlandia 20 divisiones
Total 232.000
Efectivos 110.000
2. Grupo de ejércitos Norte 28 divisiones
Total 384.000
Efectivos 141.000
3. Grupo de ejércitos Vístula 37 divisiones
Total 527.000
Efectivos 280.000
4. Grupo de ejércitos Centro 43 divisiones
Total 413.000
Efectivos 191.000
5. Grupo de ejércitos Sur 35 divisiones
Total 449.000
Efectivos 143.000
Total de fuerzas 2.005.000
Total de efectivos 865.000
Fuente: Teniente coronel del Ejército de la reserva, Justas.
Dt Schwarz a Alex. Desde Viena.
Contenido: Fuerzas del Ejército de reserva, con fecha de 2 enero de 1945:
personal de reserva, incluidos los convalecientes 546.000
personal permanente en las
unidades de entrenamiento 147.000
cadetes de las escuelas y cursos militares 113.000
en los hospitales 650.000
milicias populares 205.000
unidades de guarnición 18.500
otros servicios y unidades 143.000
h) personal no clasificado 310.000
Total 2.132.500
Fuente: Documentos taquigráficos del Estado Mayor.
Schwarz.
De Greta a Alex.
Documentos obtenidos permiten calcular que, en enero de 1945, la industria de Alemania producía:
Municiones 3 veces más que en 1941
Armamentos 2 veces más que en 1941
Tanques 7 veces más que en 1941
Aviones 3 veces más que en 1941
Buques 1 1/2 veces más que en 1941
Fuente: Secretario del asesor de Speer, ministro de Planificación y Armamento del Reich.
Greta.
De Siegfried a Alex. Desde Copenhague.
Ayer, dos altos oficiales del SD subieron a bordo de un yate con bandera española. El yate, Azul del cielo, zarpó rumbo a Estocolmo. Los oficiales del SD, provistos con documentos de ingenieros-hidrólogos, embarcaron en él. Fueron despedidos por Schellenberg, jefe del espionaje político.
Fuente: funcionarios portuarios de cuarentena.
Siegfried.
Gisela a Alex. Desde Munich.
A la sección local de seguridad llegan autos de altos oficiales de la SS. Aquí toman otros automóviles, casi siempre de marcas francesas o norteamericanas, y se van a Suiza.
Cinco de estos coches partieron ayer para Suiza.
Fuente: Mecánico del servicio técnico de la zona fronteriza.
Gisela.
De Thomas a Alex. Desde Leipzig.
El Banco del Comercio transfiere cada día considerables sumas de dinero a los Bancos españoles (no se ha podido averiguar aún a cuáles). De 100.000 a 400.000 marcos depositan los miembros del partido o sus esposas. Según los datos obtenidos, este dinero no puede pertenecerles.
Fuente: Cajero del Banco.
Thomas.
Todos estos datos, enviados a Alex, jefe del espionaje soviético, fueron verificados minuciosamente hasta donde fue posible. El triple control confirmó la veracidad de las Comunicaciones recibidas. Después fueron enviadas a todos los miembros del Comité Estatal de Defensa.
El jefe del espionaje suponía, con razón, que en los próximos días tendría una tarea sumamente compleja, porque la situación se presentaba interesante, bastante complicada y con muchos interrogantes.
—Para cualquier imprevisto, póngase en contacto con la sección de radio —dijo a su secretario—. Que preparen una transmisión especial para Justas. Nada concreto: que espere una misión. Hay indicios que me hacen suponer que la cumplirá. Tengo muchas esperanzas de que será así y de que será la última.
(Del expediente del miembro del NSDAP1 , iniciado en 1930, Brigadeführer SS Krüger: «Ario genuino, fiel al Führer. Carácter nórdico, duro, sociable, trata bien a los amigos. Implacable con los enemigos del Reich. Hogareño. No ha tenido relaciones comprometedoras. En el trabajo es maestro insustituible en su oficio…»)
Después de que los rusos irrumpieron en Cracovia en enero de 1945 y la ciudad, tan cuidadosamente minada, quedó intacta, Kaltenbrunner mandó llamar a Krüger, jefe de la Sección Oriental de la Gestapo.
—¿Tiene usted alguna justificación lo suficientemente objetiva como para que el Führer pueda creerlo? —le preguntó Kaltenbrunner.
Aunque simplón y cándido en apariencia, Krüger esperaba aquella pregunta y tenía preparada su respuesta. Pero debía mostrar toda una gama de reacciones: quince años de desempeño en la SS y el partido le habían enseñado a actuar. Sabía que era tan inconveniente contestar en seguida como negar por completo su culpabilidad. Había aprendido la exactitud y el control que debía demostrar en todos los lugares y circunstancias. Hasta en su propia casa se descubría transformado en un hombre completamente distinto. Al despertarse por la noche permanecía a veces durante largo rato con los ojos abiertos, escuchando el silencio: le parecía que incluso allí, en un cuarto oscuro, alguien de ojos fríos y serenos continuaba observando. Al principio hablaba con su mujer por la noche, en un susurro pero, a medida que iban desarrollándose técnicas especiales —y Krüger mejor que nadie conocía sus éxitos—, dejó de decir en voz alta lo que a veces se permitía pensar. Hasta en el bosque, paseando con su mujer, callaba o le hablaba СКАЧАТЬ