Название: Miyamoto Musashi
Автор: Kenji Tokitsu
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
isbn: 9788499101378
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Las escuelas que insisten en la importancia de la guardia en el arte del sable164
Es erróneo considerar que la guardia es esencial en sable. En este mundo, cuando no hay adversario es cuando puede establecerse una guardia.165 La razón es que, en la vía del combate, no hay lugar para establecer leyes, tanto si éstas proceden de la costumbre como de las reglas actuales. En estrategia, se trata de elaborar lo que pone en desventaja al adversario. Lo que denominamos la guardia significa recurrir a la inmovilidad. Por ejemplo, para construir un castillo o disponer el orden de una batalla, hay que tener una mente fuerte e inmutable, aun cuando los adversarios ataquen; ésta es la actitud de base. Mientras que en la vía del combate de estrategia hay que procurar tomar iniciativa tras iniciativa, en cualquier situación. Ahora bien, adoptar una guardia es esperar que el otro tome la iniciativa. Hay que elaborar bien esto.
En la vía del combate de estrategia, usted quebranta la guardia del otro, emplea técnicas en las que éste no piensa, le hace perder los estribos, irritarse y asustarse, y le vence, captando la cadencia por la que se pierde en la situación de combate. En esta práctica, es malo adoptar una guardia que es una espera de la iniciativa del otro. En este sentido, en mi escuela insisto en la guardia sin guardia,166 es decir, que aunque haya una guardia, no se trata de una guardia rígida.
En la estrategia de grupo debe conocer el número de adversarios y las condiciones del lugar, así como el número de los suyos y las capacidades de su campo. Lo esencial es comenzar las maniobras del combate de los soldados evaluando el interés de esos elementos. Entre dos situaciones, aquella en que el adversario ha tomado la iniciativa de ataque y aquella en que la ha tomado usted, la desventaja y la ventaja varían del sencillo al doble.
Adoptar una buena guardia y prepararse para bloquear y rechazar bien al adversario, equivale a mover una lanza o un naginata167 para erigir una barrera.168 Si quiere pegar al adversario, la actitud ha de ser la de quitar una estaca de la barrera para utilizarla como lanza o naginata. Hay que examinar bien todo esto.
Las escuelas que enseñan maneras particulares de mirar(98)
Algunas escuelas enseñan maneras particulares de mirar. Esta enseñanza varía de una escuela a otra, hay que fijarse ya en el sable, ya en la mano, ya en el rostro, ya en los pies del adversario. Pero fijar los ojos de esta manera en un lugar concreto puede alterar la mente y constituye un defecto de estrategia.
Voy a intentar explicarme con algunos ejemplos: un jugador de pelota169 da una patada sin fijar la mirada en la pelota, da patadas rozando sus sienes,(99) alcanzando la pelota mientras corre o dando vueltas sobre sí mismo. Una vez acostumbrado, ya no necesita mirar fijamente. Lo mismo pasa con un acróbata;(100) un experto de este arte es capaz de hacer juegos malabares con varios sables y una puerta encima de la nariz.(101)
Las cosas se hacen naturalmente si, en lugar de mirarlas fijamente, las practicamos con constancia.
En la vía de la estrategia, si acumulamos experiencias contra diferentes adversarios, aprendemos la ligereza o el peso de la mente de cada uno de ellos. Si practicamos la vía de esta manera, podemos ver todo lo que está lejos y cerca, y también apreciar la rapidez y la lentitud del sable. Generalmente, en estrategia debe dirigir la mirada a la mente del adversario.170 En la estrategia de grupo, la mirada se fija en la situación y el estado de los soldados del enemigo. Existen dos maneras de hacer, mirar y ver.(102) Hay que mirar con fuerza hasta percibir la mente del adversario y el estado del lugar. También hay que mirar con amplitud a fin de percibir el estado dinámico de la batalla, la fuerza y la debilidad del momento. Es esencial vencer de este modo, justamente. En la estrategia de grupo y también a la individual está fuera de lugar fijar mucho la mirada. Como ya he dicho antes, debido a una visión intensa y minuciosa usted dejará escapar lo grande, y su mente se tornará insegura, lo que le hará perder una posibilidad de ganar con seguridad. Hay que examinar estas razones y entrenarse bien.
Las escuelas que enseñan diversas maneras de desplazarse171
Hay escuelas que enseñan diferentes maneras de mover los pies a fin de variar los desplazamientos y de hacerlos más rápidos. Son, por ejemplo, los pies flotantes, los pies saltadores, los pies que brincan, los pies que pisotean,172 o los pies de cuervo.173 Desde el punto de vista de mi estrategia, todos estos desplazamientos presentan carencias.
Hay que evitar los pies flotantes, ya que en la situación de combate tenemos tendencia a sentir que los pies flotan, de modo que hay que moverse con pasos firmes.
Los pies saltadores no son buenos porque, en el momento de saltar, hemos de tomar impulso y hacemos un gesto de amortiguación que frena el cuerpo174 en el momento de tocar el suelo. No hay razón para saltar varias veces seguidas en un combate. Por lo tanto, hay que evitar los pies saltadores.
Con los pies que brincan, la mente también brincará y no podrá realizar un combate eficaz.
Los pies que pisotean son especialmente malos, puesto que son espera.175
Tenemos también los pies de cuervo, así como otras maneras de desplazarse con rapidez.
Pero el combate de sable puede desarrollarse en condiciones variables, por ejemplo en una zona pantanosa, en un arrozal profundo o en una zona montañosa, al borde de un río, en un campo pedregoso o en un sendero estrecho. Hay lugares en los que no podrá saltar o brincar ni tampoco desplazarse con rapidez.
En mi estrategia, la manera de desplazarse no es distinta de la marcha normal por un camino.176 Usted se desplaza con rapidez o con tranquilidad según las cadencias del adversario. En cualquier caso, desplácese sin alterar el movimiento de los pies, sin saltarse un paso, sin que el paso sea excesivo, con una posición adecuada del cuerpo.
El desplazamiento también es importante en la estrategia de grupo, ya que, si efectúa el asalto sin conocer la intención del adversario, con una rapidez imprudente, su cadencia se desfasará y será difícil ganar en esas condiciones. Con unos pasos demasiado lentos177 no es posible encontrar el momento en que el adversario se altera y va a derrumbarse; de modo que se le escapará uno de los elementos de la victoria y no podrá vencer de inmediato. Capte el momento en que sus adversarios se alteran y se derrumban, y no les permita recuperar el aliento; vencer así es esencial. Hay que examinar bien esto y entrenarse.
Las escuelas que insisten en la velocidad178
La rapidez no forma parte de la verdadera vía de la estrategia. Cuando decimos rápido, es que ha habido un retraso en relación con la cadencia179 de las cosas, eso es lo que quiere decir rápido o lento.
Cualquiera que sea el ámbito, los gestos de un buen adepto no parecen rápidos. Por ejemplo, hay correos que recorren corriendo cuarenta o cincuenta leguas en un solo día, pero no corren con rapidez de la mañana a la noche. Sin embargo, un principiante no puede correr una distancia tan larga, aunque por su aspecto parezca que es capaz de correr durante todo el día.
En teatro nô,180 cuando un principiante canta siguiendo a un buen adepto, tiene la impresión de estar retrasado y canta con la sensación de apremio. Asimismo, cuando se toca el tambor de Pino Viejo (Oimatsu),181 que es una melodía lenta, un principiante tiene la impresión de retrasarse y de tener que recuperar. Takasago182 es un canto más bien rápido; sin embargo, no es conveniente repiquetear con rapidez. La rapidez es el comienzo de una caída, porque produce un СКАЧАТЬ