El Sacro Imperio Romano Germánico. Peter H. Wilson
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Название: El Sacro Imperio Romano Germánico

Автор: Peter H. Wilson

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9788412221213

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СКАЧАТЬ antes del siglo XII la Iglesia de occidente no se interesaba demasiado en lo que la gente creía. Para ganar conversiones y almas se buscaba persuadir a figuras locales poderosas para que se unieran al clero o que ingresaran en un monasterio. En los siglos IX y X, era frecuente que los hijos cautivos de nobles eslavos fueran educados como monjes. Una vez convertidos al cristianismo, esos eslavos utilizaban sus contactos personales y ejercían de padrinos bautismales para aumentar las conversiones entre su propio pueblo. Carolingios y otónidas tuvieron notable éxito persuadiendo a los caudillos vikingos para que se convirtieran, de este modo asimilaban «bárbaros» de forma similar a como lo hacía el antiguo Imperio romano.13

      Los misioneros

      La cristianización no fue igual en todo el imperio. En Borgoña y en Italia la Iglesia había disfrutado del apoyo de las élites locales ya desde la Antigüedad tardía, algo que no ocurrió en Gran Bretaña, donde, hacia finales del siglo VI, la cristiandad se había extinguido casi por completo y tuvieron que reintroducirla misioneros. Es más, la mayor parte de Alemania había escapado tanto a la romanización como a la cristianización. Hasta la rápida conquista de Carlomagno de Alamania, Baviera y Sajonia en torno al año 800, la influencia franca permaneció limitada al eje Rin-Meno. En la mayor parte de lo que acabó por convertirse en el reino de Alemania, conquista y cristianización fueron de la mano, por lo que la estructura eclesiástica tuvo que construirse desde cero. La nueva Iglesia germana era a un tiempo una estructura «nacional» (esto es, general) y local, que debía su configuración a la iniciativa regia, pero su carácter específico a los nobles y a los misioneros sobre el terreno.

      Una vez partían los misioneros hacia las tierras salvajes del norte y del este, el emperador rara vez podía ayudarlos. Los enviados a Dinamarca fueron expulsados en la década de 820 y no fue hasta la conversión de Harald Dienteazul, a mediados del siglo X, cuando la evangelización pudo progresar. La cooperación de las élites locales era indispensable, pues la conversión implicaba la aceptación de la soberanía imperial y el pago de diezmos. El caudillo bohemio Venceslao (el futuro san Venceslao) educado en la fe cristiana, aceptó la jurisdicción imperial pero fue asesinado por orden de su hermano en 929. Bohemia fue obligada a aceptar el dominio imperial en 950, mas la resistencia al cristianismo persistió hasta bien entrado el siglo XI. De todos modos, la conversión de buena parte de sus élites fue un factor importante para la expansión del cristianismo y la influencia imperial sobre los eslavos del este del Elba, polacos y magiares. El misionero Vojtěch (Adalberto), martirizado por los prusianos en 997, era miembro de la familia real bohemia.

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