El Sacro Imperio Romano Germánico. Peter H. Wilson
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Название: El Sacro Imperio Romano Germánico

Автор: Peter H. Wilson

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9788412221213

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СКАЧАТЬ «romano» perteneciente a Bizancio, término que ha sobrevivido hasta nuestros días para dar nombre a la región en la que se encuentra Rávena.

      El surgimiento del papado

      El que la evolución del papado romano fuera diferente a la del patriarcado oriental de Constantinopla fue importante para el futuro Sacro Imperio Romano. Bizancio retuvo la estructura centralizada imperial, con una cultura de subordinación jerárquica y administración escrita que descendía directamente de la antigua Roma. Esto le proporcionó dos características de las que la Iglesia occidental carecía casi por completo. El patriarca continuó subordinado al emperador y la pretensión de fijar la doctrina teológica por escrito hizo que las diferencias doctrinales fueran mucho más pronunciadas que en la Iglesia occidental, más descentralizada y mucho menos interesada en la comunicación escrita. La Iglesia oriental se distanció de la variante del cristianismo denominada arrianismo, que contaba con numerosos seguidores entre los lombardos, y la disputa en torno a los aspectos humano y divino de la naturaleza de Cristo provocó el surgimiento de una Iglesia copta independiente en Siria y Egipto cuando estas regiones todavía eran provincias bizantinas.

      La ausencia de estructuras imperiales duraderas privó a los papas romanos del fuerte apoyo político de que gozaba el patriarca oriental. La autoridad papal se basaba en el liderazgo moral, no administrativo, de la Iglesia occidental, que siguió siendo un conglomerado laxo de diócesis e iglesias. Desde el siglo V, los papas emplearon el argumento de la sucesión apostólica para reclamar el derecho a pronunciarse sobre la doctrina sin contar con el respaldo de ninguna autoridad política. Esto se amplió al derecho a juzgar si los candidatos escogidos por los reyes y nobles cristianos bárbaros eran adecuados para convertirse en obispos o arzobispos. La autoridad se simbolizaba por medio de la práctica de la investidura papal, desarrollada en el siglo VII; un arzobispo no podía asumir su cargo sin recibir del papa una vestidura, el llamado pallium. A su vez, los papas encargaban a los arzobispos la tarea de revisar las credenciales de los obispos de su archidiócesis, con lo que, de forma indirecta, extendían la influencia papal a las provincias. Wynfrith, un monje anglosajón que llegó a ser más tarde conocido como san Bonifacio (fue el primer arzobispo de Maguncia y una figura clave en la historia de la Iglesia del imperio), recibió en 752 a modo de pallium una tela que había yacido sobre la tumba de san Pedro. El mensaje era diáfano: oponerse al papa venía a ser lo mismo que desobedecer a san Pedro.

      Los francos