Fútbol total. Jürgen Weineck
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Название: Fútbol total

Автор: Jürgen Weineck

Издательство: Bookwire

Жанр: Сделай Сам

Серия: Fútbol

isbn: 9788499108490

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СКАЧАТЬ de un déficit que de una situación de mala suerte (ver Holsch, 1989, pág. 27).

      Karlsson/Eriksson et al. (en Lacour/Chatard, 1984, pág. 125) demostraron que los jugadores que tenían menos reservas de glucógeno se lesionaban más a menudo, otra indicación de la importancia de una resistencia básica suficientemente desarrollada o de los peligros de un sobreentrenamiento con reducción de las reservas de glucógeno.

      Las faltas, como orígenes potenciales de las lesiones, aumentan también al empeorar la condición física. La valoración de los partidos de la copa de Europa y de la copa del mundo de 1988 y 1990 hecha por Gerisch/Rei- chelt (1991, pág. 51) parece demostrarlo.

      3.Aumento de los éxitos en portería debido a la disminución de la atención de los jugadores de la defensa:

      Tal como se desprende de las investigaciones de Morris (1981, pág. 101), Piekarski (1987, pág. 37) y Loy (1990, pág. 26), al aumentar el tiempo de juego y al disminuir la capacidad de resistencia, aumentan los goles (ilustración 14,15 y 16). La ilustración 15 muestra el ratio de tiros a portería y el momento en que se han hecho los mismos y se han marcado goles durante el campeonato del mundo de 1990. Una posible razón para el significativo aumento de goles en la segunda mitad del juego puede ser el incremento del cansancio juntamente con una disminución de la capacidad de concentración y por tanto un aumento de los errores técnico-tácticos. Tal como muestran las ilustraciones 17a y b, parece que -a pesar de seguir la misma tendencia- existen diferencias entre los jugadores profesionales y los amateurs. Gerisch/Tritschoks (1985, pág. 48) comprobaron que los futbolistas profesionales en comparación con los amateurs tienen una mayor disponibilidad para compensar el cansancio: son capaces de solucionar sus problemas de resistencia de forma más económica, lo que juntamente con otros factores comporta un tipo de juego más efectivo. La mayor capacidad de regeneración comporta que en la fase final de la competición haya un mejor comportamiento táctico y también un mejor rendimiento.

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      Mientras que en la liga alemana el 43,1 % de los goles se consiguieron en la primera mitad del juego y el 56,9 % en la segunda mitad, en la liga amateur la relación es de 39,04 : 60,96 % (ver Piekarski, 1987, pág. 37). Si se compara la ilustración 17 a y b con la representación de la ilustración 16, puede notarse que en el minuto 35 o 45 se registra la mayor probabilidad de goles mientras que en el minuto 75 se registra el mínimo. Como uno de los motivos psicológicos del descenso de resistencia que conlleva las consecuencias mencionadas anteriormente, debe mencionarse la pérdida de glucógeno (ver ilustración 9) de la musculatura del futbolista: hacia el final de la segunda parte el glocógeno normalmente se ha reducido drásticamente. Esto tiene como consecuencia que, al aparecer las debilidades físicas y de concentración, aumente el ratio de veces que se golpea la pelota hacia el final del partido, aunque a pesar de ello normalmente se juega a un ritmo más reducido (ver también Binz, 1984, pág. 32)

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      La práctica en el juego muestra que la mayoría de faltas que se hacen (algunas con consecuencias de lesiones) se dan especialmente en aquellos jugadores que tienen una inferior condición física y que se cansan más pronto.

      Resumiendo podemos indicar que de un potencial energético elevado (buenas reservas musculares de azúcar y grasas) se desprenden las siguientes ventajas: el jugador que está bien entrenado en resistencia se recupera más rápidamente de las acciones intensas de juego, está en condiciones de reaccionar durante más tiempo y más rápidamente, reduce el tiempo de sus pausas y, por tanto, puede mantener un ritmo de juego elevado; reduce el número de posibilidades de errores técnico-tácticos debidos al cansancio y mantiene el ritmo del juego, incluso hacia el final del partido continúa golpeando la pelota de forma precisa y no la pierna del contrincante; no pierde la concentración, la atención ni la capacidad de observación.

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      Para conseguir un efecto óptimo del entrenamiento no sólo es necesario entrenar intensamente sino también prestar atención a la alimentación. La alimentación juega un papel muy importante en los deportistas de resistencia -y los futbolistas como «deportistas mixtos» entran también dentro de esta categoría-, ya que es decisiva para el éxito del entrenamiento. Por este motivo, antes de presentar los efectos de la resistencia, introduciremos este tema como tratado suplementario.

      Mientras que en estado de reposo la energía se reparte en un 50 % en las grasas y un 50 % en los hidratos de carbono, si aumentamos la intensidad del esfiierzo aumentará el consumo de hidratos de carbono mientras que disminuirá el de grasas. En esfuerzos muy duros se consumirán exclusivamente hidratos de carbono (ver Jacobs, 1988, pág. 23). Un gran número de investigaciones han demostrado que la capacidad de resistencia y la capacidad de poder efectuar esfuerzos violentos durante un período prolongado de tiempo está directamente influenciado por el nivel de reservas de glucógeno de los músculos (ver Bergstóm et al., 1967, pág. 140; Saltin, 1973, pág. 137; Maughan/Poole, 1981, pág. 211; Sherman/Costill, 1984, pág. 445; Kirkendall et al., 1987, pág. 36; Coyle/Cogan, 1989, pág. 59; Jakeman/Pal- freeman, 1989, pág. 8). Tal como ya mostraban las investigaciones de Hermansen/Hultman/Saltin, (1967, pág. 29), la capacidad de resistencia en áreas de intensidad del 60-85 % del consumo máximo de oxígeno -en el fútbol el promedio es del 80 %- está directamente correlacionada con la cantidad de reservas musculares de glucógeno.

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      Por este motivo, la cantidad de glucógeno almacenado en el hígado y la musculatura del futbolista representan un factor de limitación de rendimiento muy importante. Tanto la resistencia como la fuerza-potencia y el rendimiento en el esprint disminuyen cuando bajan las cantidades de glucógeno (ver Jakobs et al., 1981; Maughan/Poole, 1981; Heigenhauseretal., 1983; Young/Da- vies, 1984; Greenhauf et al., 1987). Pasados dos o tres días de un fuerte entrenamiento, la fuerza dinámica y estática todavía continúa estando a niveles bajos incluso cuando la reserva de glucógeno vuelve a estar a su nivel normal (ver Young/Davies, 1984; Sherman et al., 1984; Jacobs, 1987). Pero la pérdida de fuerza se nota todavía más cuando bajan los niveles de glucógeno.

      Saltin СКАЧАТЬ