Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza (Bicolor). Fernando Lampre Vitaller
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СКАЧАТЬ y que cada mapa está destinado a un uso determinado.

      Vamos a ver algunos ejemplos orientativos donde la escala se adapta a nuestros objetivos y necesidades. En función de la superficie terrestre a cartografiar y del soporte papel u hoja que utilicemos (siempre dentro de unos formatos razonablemente manejables por parte del usuario), nos encontramos:

      •Mapamundis y planisferios: generalmente a escala 1:100.000.000 (formato atlas escolar). Debido a su escaso detalle (pequeña escala), estos mapas sólo reflejan aquellos elementos geográficos de gran relevancia a escala planetaria.

      •Mapas geográficos continentales: de 1:20.000.000 a 1:10.000.000 (por ejemplo, Europa en un atlas escolar). En éstos sólo quedan reflejados los grandes ríos y sistemas montañosos, las grandes ciudades, etc.

      •Mapas estatales y regionales: España a 1:1.000.000 (típico mapa que se pone en las paredes de aulas, despachos, etc.). Los mapas de comunidades autónomas oscilan entre 1:500.000 y 1:200.000 (Aragón a 1:300.000 ocupa un formato de 90 x 120 cm). Muchos mapas de carreteras y viajes poseen estas escalas.

      •Mapas topográficos en general: 1:100.000, 1:50.000, 1:25.000. Estamos ante mapas que ya representan una menor superficie de terreno. Debido a su detalle, estas escalas son las más recomendables para trabajar en el campo del montañismo, senderismo, estancia en la naturaleza, etc. En un formato de papel de 100 x 100 cm puede quedar cartografiado un macizo montañoso, un valle pirenaico o un Parque Natural.

      •Mapas y planos a gran escala: 1:10.000, 1:5.000 para zonas urbanas y poblaciones (por ejemplo, planos de ciudades x), o mayores (1:500, 1:100) para planos catastrales, trabajos de arquitectura, ingeniería, obras públicas, etc.

      Para representar el relieve recurrimos a un ejercicio conceptual que supone cortar el terreno con una serie de planos equidistantes, como si convirtiéramos una montaña en una pirámide escalonada (ver figura 1.11). Los cortes de esos planos imaginarios con el relieve son las curvas de nivel, también denominadas isohipsas. Éstas son líneas que unen los puntos del terreno (y por extensión del mapa topográfico) que se encuentran a la misma cota altitudinal: la curva de nivel de 1.500 m une todos los puntos del terreno que están a 1.500 m de altitud. En los mapas suelen ir trazadas de color marrón.

      Figura 1.11 Representación altimétrica de un relieve mediante curvas de nivel.

      Como también se puede observar en la figura 1.11, las curvas de nivel son siempre estructuras cerradas, es decir, siempre rodean completamente todos los relieves (si este aspecto no se percibe en un mapa topográfico concreto, podremos cerrar cualquier isohipsa en mapas contiguos). Esta afirmación también implica que las curvas de nivel nunca se cruzan o bifurcan.

      A veces, como complemento a las curvas de nivel, en los mapas topográficos adaptados al excursionismo también se emplean sombreados que realzan visualmente el relieve, o tintas hipsométricas que colorean intervalos altitudinales (por ejemplo, en color verde el intervalo entre 0 y 500 m de altitud, en color marrón claro entre 500 y 1.000 m, en color marrón oscuro entre 1.000 y 1.500 m, etc.).

      En un mapa topográfico, el desnivel que se encuentra entre dos curvas de nivel consecutivas es siempre el mismo. Es lo que denominamos equidistancia. A medida que aumenta la escala y el detalle, disminuye la equidistancia: en los mapas escala 1:50.000 la equidistancia es 20 m (curvas de nivel cada 20 m), mientras que en los topográficos escala 1:25.000 la equidistancia es 10 m (curvas de nivel cada 10 m).

      En el mapa sólo llevan indicada la cota unas isohipsas que aparecen rotuladas con un trazo más grueso: son las curvas maestras, cada 100 m en los mapas escala 1:50.000 y cada 50 m en los 1:25.000. El resto de las curvas de nivel es cartografiado con un trazo más fino y no lleva rotulada la cota. Para ponderar su altitud, simplemente tomaremos como referencia las curvas maestras y la equidistancia de las curvas de nivel.

      De forma general, cuando las curvas de nivel aparecen muy juntas, estamos ante una ladera de fuerte pendiente (un ejemplo extremo sería una pared vertical, donde las curvas de nivel se aprietan considerablemente o, incluso, llegan casi a superponerse). Si las isohipsas se separan, disminuye la pendiente de las laderas. En las zonas llanas de considerable extensión escasean las curvas de nivel, hasta el punto de que a veces es necesario introducir curvas auxiliares que, aunque no corresponden a la equidistancia especificada en el mapa, aportan información topográfica y altimétrica suplementaria. Habitualmente las curvas auxiliares tienen un trazo discontinuo.

      Además de toda la información altitudinal que expresan las curvas de nivel, existen también alturas absolutas que designan aquellos puntos clave o de interés (cimas, collados, ríos, puentes, edificios aislados, etc.) que superan la altitud de la isohipsa inmediatamente inferior, pero no llegan a superar la curva de nivel inmediatamente superior. Son las cotas, representadas con un punto de color marrón.

      Los vértices geodésicos son cilindros de 120 cm de altura y 30 cm de diámetro montados sobre una base cuadrangular (una placa recuerda que son propiedad del antiguo Instituto Geográfico y Catastral, ahora I.G.N.). Constituyen puntos básicos de referencia, posición, altura y distancia en las denominadas redes de triangulación (conjunto de operaciones geodésicas y topográficas realizadas desde estos vértices con el fin de establecer la red de coordenadas de un territorio). Son muy habituales en las cumbres y picos de las montañas, pero también en otros lugares cuando no hay relieves relevantes. Están representados en los mapas con triángulos.

      Realmente sólo existe un norte. Es el norte geográfico, Polo o extremo de lo que habíamos denominado en el apartado de las técnicas básicas de orientación como dirección norte-sur o dirección del meridiano. Sin embargo, también hemos visto que existe un norte magnético, resultado del campo magnético dipolar de la Tierra. Desde ambos nortes es factible establecer referencias válidas para orientarnos, puesto que ambos guardan una relación.

      El campo del mapa topográfico aparece orientado según el norte geográfico, razón por la cual las coordenadas geográficas coinciden plenamente con los bordes del mapa: margen superior (norte), margen derecho (este), margen inferior (sur) y margen izquierdo (oeste), o dicho de otra forma, los bordes superior e inferior son paralelos, y los márgenes laterales son meridianos (se alinean con la dirección norte-sur y por tanto convergen en un Polo).

      Puedes coger una regla y medir la longitud de los bordes del campo o territorio representado en un Mapa Topográfico Nacional de España. Observarás cómo los laterales (meridianos) miden igual, mientras que los márgenes superior e inferior (paralelos) miden distinto: el borde superior (norte) mide siempre menos que el inferior (sur) en el hemisferio boreal, de forma que los laterales o meridianos convergen en el Polo Norte. Sucede a la inversa en СКАЧАТЬ