Tratamiento del dolor en los 106 puntos tendinomusculares™ (Color) Flossing. Colette Bacchetta
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Tratamiento del dolor en los 106 puntos tendinomusculares™ (Color) Flossing - Colette Bacchetta страница 12

СКАЧАТЬ el corazón ocupa este lugar». Explica esta dinámica en los siguientes términos: «el ritmo está en el corazón de la forma, la forma en el corazón del soplo, el soplo en el corazón del Oriente, el Oriente en el corazón del movimiento y el movimiento en el corazón del ritmo».

      Estos aportes convergen hacia la unidad del hombre, nutrido por el aliento del cielo y llevado por el soplo de la tierra. Ciertos puntos TM establecen una relación entre el estómago y el corazón, y se observan en el marco del método Pyé-Ko Kan-3® en el conjunto del cuerpo. Entre estos puntos TM, algunos son Shu. Se expresan según la relación Yin y Yang por la relación sangre-energía. Algunos son puntos estacionales de regulación energética situados en los doce meridianos. Armonizan las energías hereditarias y nutricionales, la regulación energética y la tranquilidad. Se pueden leer las particularidades de los puntos Shu: «La energía del cielo penetra en el mundo corporal a través de los puntos Shu»24.

      Tras todo lo aprendido, me di cuenta de la importancia de los datos que nos aporta la medicina tradicional china y del papel crucial de Xu Li, que es uno de los elementos esenciales para el método Pyé-Ko Kan-3®. Además, esta energía del corazón insufla una dinámica a toda la organización de la circulación de los puntos TM que no paro de escuchar en mi práctica profesional diaria.

      Mediante mis sensaciones manuales, soy capaz de medir la estrecha relación con el potencial energético de la persona. Para ello, sondeo todos los puntos TM del cuerpo mediante una palpación neutra y ligera y, sobre todo, realizo una observación táctil en conjunto de todo el trayecto global del vector Xu Li. La persona, en contacto con ella misma en lo más profundo de su ser, percibe el tiempo como suspendido, un eco de paz, una pulsación en la profundidad y la riqueza de su silencio interior, ese del vacío medio del corazón. Su inspiración y su espiración reguladas se asientan, y nutren su cuerpo y su espíritu.

      Por consiguiente, el control del Xu Li es esencial para el método PyéKo Kan-3®, y en la formación debe ser objeto de un aprendizaje teórico y práctico profundo.

      CAPÍTULO 4

       Enfoque técnico y modo operativo

      El huevo, tesoro de la concepción, 3-7, Colette Bacchetta (1996), sobre lienzo de lino, aguada, tinta, cera y cordel, 1,25 × 0,75 m.

image

      Para comprender el enfoque técnico del Pyé-Ko Kan-3®, es necesario recordar sus fundamentos. Este método, proceso de acompañamiento holístico, reflexoterapéutico y energético, se apoya en los conceptos de la acupuntura y de la medicina tradicional china, en su principio filosófico; no obstante, sin utilizar sus reglas de funcionamiento, sean cuales sean sus doctrinas de referencia.

      Esta práctica táctil de tratamiento se aplica específicamente en los meridianos tendinomusculares, sus 106 puntos (TM), portadores de la energía ancestral, y los aportes de sus características. Los puntos TM se encarnan en la mesodermis, tejido de referencia en fisiopatología y acupuntura.

      Los objetivos de este método son equilibrar, calmar y aliviar, mediante una palpación neutra y ligera, el punto TM, armonizar la fuerza vital en el plano físico, emocional y psíquico o, incluso, acompañar a la persona en su propia existencia.

      Desde el origen del mundo, la interrelación dual del Yin y el Yang en su movimiento perpetuo, la luz y la sombra, el día y la noche, etc., se desarrolla mediante el paso sucesivo del uno al otro, entre mutación y equilibrio de fuerzas, generando una armonía tanto en el hombre como en el plano cósmico.

      La concentración del Yin y el Yang produce las cuatro estaciones. Esta alternancia de energía está relacionada con el movimiento de la naturaleza. Estos ritmos y movimientos son repetición, oscilación y pulsación, al igual que los movimientos internos y externos del cuerpo humano.

      Para los chinos, a partir del Yin y el Yang, la naturaleza se representa mediante las cinco formas elementales de la energía: madera, fuego, tierra, metal y agua.

      Cada uno de estos elementos corresponde a una estación del año, a un acontecimiento climático, a una actividad visceral, y cada órgano se corresponde con un sentimiento, etc.

      Debido a la bipolaridad del Yin y el Yang, el hombre, en su unidad, se inscribe en la dimensión del ternario Cielo-Hombre-Tierra. Su posición entre el plano telúrico y el plano cósmico se simboliza a través del eje vertical, trazado virtualmente por la geometría de la cruz. La existencia del hombre se representa mediante el eje horizontal que se refiere a los cuatro estados de la materia que determinan sus condiciones existenciales.

      La permanencia de su relación con el espacio nace de las cuatro direcciones cardinales, la permanencia de su relación con el tiempo de las cuatro estaciones, las transformaciones mediante las fases lunares y las energías que generan: trascendente o vital, alimentaria, respiratoria comburante y genética o ancestral.

      Entre verticalidad (espíritu, consciencia, alma) y horizontalidad (sustancia, reflexión, mental), el punto centro, producido por la unión de las ramas reunidas de la geometría de la cruz, sacraliza la quintaesencia, el quinto elemento. Contiene todos los potenciales de las energías del hombre. Permite la realización efectiva del espíritu en la materia y del espacio-tiempo, y la onda vibratoria de la materia en la célula. En el centro de la animación de los cuatro elementos de la naturaleza, está también, tal como lo describen los doctores J. Choain y A. Thooris Van Borre, «el aparato circulatorio que une las funciones de relación y nutrición».25

      El hombre entre Cielo y Tierra, en su espíritu, su alma y su cuerpo, percibe y recibe los cuatro movimientos y las metamorfosis de la naturaleza de los cuatro elementos, fuego, agua, tierra y aire, citados por Empédocles, filósofo del siglo v a.C. y especialista en cosmogénesis.

      Filolao, el pitagórico, que hablaba de un «quinto cuerpo», lo asociaba al dodecaedro, que es el producto del tres vertical (Cielo) y el cuatro horizontal (Tierra), que desarrolla la armonía del ternario (el hombre en la unidad). El dodecaedro (12) transporta al hombre en el tiempo cósmico, en la interpenetración del espacio-tiempo.

      El número doce hace referencia también a los doce meridianos de acupuntura.

      El triple calentador interviene en todas las funciones del organismo mediante los doce meridianos regulares y en los tres planos del hombre psíquico, emocional y orgánico.

      El método Pyé-Ko Kan-3® se dirige a la persona desde su ontogénesis y en su intimidad del ser. Las tres energías hereditarias (original, esencial y ancestral), así como las cinco energías nutricionales (alimentaria, respiratoria, psicosensorial, mental y espiritual) nutren a la persona en su movimiento vital de existencia.

      En embriogénesis, el músculo de los ancestros, armazón vertical mesoblástico primitivo, da lugar a la estructura primitiva del sistema de los vasos extraordinarios y de los meridianos tendinomusculares.

      Ming Men, en el trayecto de la aorta abdominal, entre los dos riñones, es inductor de la dinámica de la embriogénesis, inicia el movimiento del СКАЧАТЬ